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El país|Lunes, 11 de abril de 2005
LA ARGENTINA NO ACEPTARA “POSTURAS DISCRIMINATORIAS” DEL FMI

Una reestructuración muy especial

Para Roberto Lavagna, antes que ser un mal precedente, el canje argentino descubrió las limitaciones de la actual arquitectura financiera internacional. Estados Unidos apoyaría ante el FMI.

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Lavagna adelantó críticas al rol de los organismos.
En su discurso ante la asamblea anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la ciudad de Okinawa, Japón, el ministro Roberto Lavagna insistió en que, frente a las presiones del FMI y de algunos países del G-7, la Argentina no aceptará “posturas discriminatorias”. Con esta expresión, intentó sintetizar las características “especiales” que tuvo la reciente reestructuración de deuda en relación con los procesos vividos por otros países. Contra quienes insisten en que el caso argentino sentará un “mal precedente” para el sistema financiero internacional, recordó el enorme costo social y económico que debió pagar el país. Dando vuelta la argumentación, Lavagna afirmó que la experiencia argentina será en cambio un precedente útil para “la mejora de la arquitectura financiera internacional”.
El subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, John Taylor, también presente en Japón, afirmó que Washington está dispuesto a apoyar un nuevo acuerdo entre Argentina y el FMI. “Un nuevo programa donde el criterio sea tan satisfactorio como el viejo programa”, se limitó a expresar.
Al referirse a la trabada renegociación con el FMI, Lavagna consideró que “mantenemos conversaciones donde se manejan, por un lado, conceptos de estrategia realista y, por parte de Argentina, de estrategia no discriminatoria”. “Si de parte del Fondo logramos acordar una estrategia que sea realista, como la que hasta ahora la Argentina ha seguido, y al mismo tiempo no discriminatoria, creemos que están dadas las condiciones como para llegar a un acuerdo de interés, por cierto para Argentina, pero también de interés para el funcionamiento del sistema financiero en general”, agregó.
En esta línea, luego de rechazar que el caso argentino siente un mal precedente para el sistema financiero internacional debido al enorme costo y la gran crisis que atravesó el país, Lavagna sostuvo, por el contrario, que servirá para “reflexionar” sobre “la mejora de la arquitectura financiera internacional”, entre cuyas graves “fallas de conducta” destacó:

- “No dejar en claro el carácter de acreedor privilegiado de los Organismos Multilaterales, al tiempo que se escuda en estos organismos para que defiendan sus intereses”.

- “No decir con claridad que no se espera recurrir a fondos públicos para cubrir perdidas privadas tal como ocurrió durante la década pasada”.

- “No fijar posición frente a las burbujas financieras”.

- “No proteger a los inversores minoristas no sofisticados, tratando como iguales a quienes no tienen igual información ni capacidad de evaluación”.

- No discriminar entre tenedores originales y compradores post default.

- “Sobrerrepresentar a los acreedores especulativos en el momento de las reestructuraciones”.

- “No decir nada sobre la ‘buena fe’ con que deben actuar, también, los acreedores”.

- “Omitir la responsabilidad de los organismos de regulación y de las entidades colocadoras cuando actúan fuera de los establecido en los prospectos de colocación”.

- “Poner a la ‘aceptabilidad’ de los mercados por encima de la ‘sustentabilidad’”.

- “Ignorar que ningún artilugio financiero reemplaza al crecimiento económico sustentable en términos de generar capacidad de pago”.

El ministro también deslizó que el Gobierno planea, en algún momento, una solución para quienes no aceptaron el canje. Lo dijo en clave: “La estrategia realista” seguida por la Argentina le permitió “salir del default” con buenos indicadores de crecimiento y realizando pagos netos por 11.500 millones de dólares a los organismos. “La continuidad de esta estrategia, sin aceptar presiones, será la que servirá también, como en la reestructuración de otros países, para ocuparse en el debido tiempo y dentro de las normas del Prospecto de pasivos eventuales que quedaron, por su propia decisión, fuera de la reestructuración.” Traduciendo, en algún momento por ahora no definido existirá algún tipo de alternativa extrajudicial para los que se quedaron afuera del canje.
Ello a pesar de que también remarcó que la posición de Argentina con respecto a los tenedores que no aceptaron el canje es “exactamente la misma” que la de cualquier otra reestructuración, porque no hubo ninguna con una adhesión del 100 por cien.
Por último, Lavagna resaltó la contracara del pedido del FMI sobre el 24 por ciento de los acreedores que no aceptaron el canje, al sostener que la adhesión del resto de los tenedores a los nuevos títulos, exactamente del 76,15 por ciento, “es más de lo que hoy requieren las cláusulas de acción colectiva para dar por reestructurada una deuda determinada”, concluyó.

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