El ex presidente espera la llegada de Kirchner desde Alemania para darle forma definitiva al acuerdo electoral. La esposa del Presidente, al frente de la lista de senadores a cambio del armado de listas provinciales.
Por Diego Schurman
El ex presidente Duhalde hizo todo para bajar el tono de la polémica con el kirchnerismo.
¿Cuál fue la razón por la que todos los protagonistas de la interna del PJ bonaerense, después de haberse armado hasta los dientes, decidieran fumar la pipa de la paz? Hubo una y contundente: en las últimas horas Eduardo Duhalde transmitió a los suyos y a la Casa Rosada su decisión de respaldar la candidatura a senadora de Cristina Fernández de Kirchner. El dato, al que accedió Página/12, no hizo más que desactivar el conflicto entre los sectores en pugna y agilizar las negociaciones por la composición de las boletas nacionales y provinciales del distrito.
El ex presidente rompió su silencio en la intimidad del poder, luego de largas semanas en las que kirchneristas y duhaldistas buscaron mejorar su posición de fuerza. Unos lo hicieron resaltando las condiciones de Cristina, los otros ubicando a Hilda “Chiche” Duhalde como su eventual competidora, una manera de poner límites a la “avanzada cristinista”.
Duhalde, un hombre que ha sabido hacer un culto de la lectura de encuestas, terminó por convencerse de que la primera dama está muy por encima del resto de los candidatos. Y transmitió al gobierno nacional que no está en su cabeza la idea de “jorobar” –tal es la expresión exacta que utilizó– al Flaco, como suele apodar a Kirchner.
Nadie sabe si habrá una foto formal entre ambos, una vez que el Presidente vuelva de Alemania. Es que a cambio del apoyo a Cristina, Duhalde quiere la potestad para el armado de la boleta de candidatos provinciales. Y esto significa que buscará doblegar a Felipe Solá en la pelea distrital. Habrá que ver entonces si Kirchner deja al gobernador librado a su suerte.
El apoyo de Duhalde a Cristina fue sugerido por los ministros Aníbal Fernández, de Interior, y José Pampuro, de Defensa. Se trata de dos hombres que también han integrado el gabinete duhaldista. Ambos consideraron ayer que “es muy posible el acuerdo”, acaso sabiendo que su ex jefe ya le había dado el ok a la primera dama.
A diferencia de muchas otras voces del propio PJ, Duhalde está convencido de que el tira y afloje de este último mes no hizo más que “consolidar” el poder del justicialismo en el distrito. “Sacamos a la oposición del mapa”, lo escucharon decir al titular de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, contento por la manera en que la discusión de la interna del peronismo dejó prácticamente sin espacio en los medios a los dirigentes opositores, entre ellos el titular de Recrear, Ricardo López Murphy, y la candidata del ARI, Marta Maffei.
El guiño de Duhalde a Cristina destraba las negociaciones por el armado de listas, que se han dado hasta ahora de manera informal entre distintos protagonistas. Eso sí, sobrevive la duda de cómo el ex presidente “bajará” la candidatura de Chiche sin que ello sea leído como una derrota.
Resuelta la cabeza de la lista de senadores ahora empieza la difícil tarea de completar el resto de los casilleros. Quien ansía secundar a la primera dama es Juan José Alvarez. El duhaldista secretario de Seguridad porteña no ahorra elogios para Kirchner y Cristina.
“Duhalde sabe que es la hora de Kirchner, ha ganado un liderazgo que es indiscutible”, dijo ayer el funcionario de la ciudad, quien ha multiplicado en los últimos días sus contactos con el jefe de Gabinete de la Nación y mano derecha del Presidente, Alberto Fernández.
Como cabeza de lista de diputados se menciona permanentemente a Alberto Balestrini. El intendente de La Matanza tiene una excelente relación con Kirchner pero bastante mala con Duhalde, quien no le perdona su coqueteo con Solá. De todos modos, el ex mandatario cedería al dedo de Kirchner la designación de la mayoría de los candidatos nacionales. Su preocupación, ya se dijo, es el armado de las boletas provinciales. La semana próxima, con Kirchner en Buenos Aires, seguirán las negociaciones.
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