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El país|Sábado, 11 de mayo de 2002
OTRO DIA CON VERSIONES ALARMANTES EN LA CITY GENERO HISTERIA EN LA GENTE

Una corrida que vació los cajeros

Ayer se reiteraron las versiones sobre el cierre de bancos de primera línea. En el Gobierno no descartan maniobras orquestadas por los bancos para presionarlo en los temas pendientes: Plan Bonex, corralito y CER. El Banco Central asegura que el lunes habrá actividad normal.

Por Claudio Zlotnik
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La furia de los ahorristas, esta vez, alcanzó a todos los clientes bancarios. Muchos recorrieron los cajeros sin suerte.
A la una menos cuarto de la tarde Mario Blejer, presidente del Banco Central, empalideció con el título del e-mail que acababa de recibir en su computadora: “Cierra el BankBoston”. Minutos más tarde, y tras verificar que se trataba de un correo de los enviados “en cadena” por la red, el funcionario recuperó la calma. A diferencia de Blejer, que por su cargo maneja información calificada, la gran mayoría de las personas que ayer temió por la suerte de sus depósitos se movió presurosa de un cajero automático a otro en busca de su dinero. Los había ganado la histeria. La corrida dejó vacíos a los ya raleados cajeros, y las versiones sobre inminentes cierres bancarios crecieron como bola de nieve durante la jornada. “El lunes abren todos los bancos en forma normal”, aseguraron anoche voceros del Central. Desde el Gobierno creen que hubo una “operación” de los propios bancos para presionar a los funcionarios en medio de la guerra que mantienen con Economía por el Plan Bonex, el CER y el levantamiento del corralito.
La ola de versiones sobre posibles quiebras en el sistema financiero fue tema excluyente en la reunión reservada que, entre las 19 y las 20.30, mantuvo Eduardo Duhalde con los ministros Roberto Lavagna, Jorge Matzkin, Alfredo Atanasof, el gobernador cordobés José Manuel de la Sota y el vocero Eduardo Amadeo. Ante las insistentes preguntas de los demás, el titular del Palacio de Hacienda intentó tranquilizar a sus interlocutores. “Todo forma parte de una operación mediática de algunos bancos”, resumió. Consultado por periodistas, el jefe de gabinete aseguró que “hay un solo banco con dificultades: el Scotiabank”, que se encuentra suspendido por el Central y busca comprador.
Aunque no haya sido explícito frente al Presidente y los demás ministros, Lavagna está seguro que en los dos últimos días fue víctima de una manipulación de los banqueros. Sospecha que la usina de los rumores se ubicó en la city porteña y que la maniobra formó parte de las fuertes presiones de los financistas en torno del Plan Bonex, la anulación del corralito y del CER. Las diferencias entre ambas partes son tan profundas que las negociaciones se encuentran suspendidas. Si bien en un primer momento desde Economía trataron de bajarle el perfil a la disputa, anoche un estrecho colaborador del ministro retomó el embate: “Quieren un Plan Bonex II ridículo. Vamos a tomarnos un tiempo para analizar la mejor opción”, dijo la fuente a Página/12.
–”¿No creen que los bancos extranjeros puedan cumplir con sus amenazas y se vayan del país?”, preguntó este diario a la fuente oficial.
–”Nadie avisa antes de suicidarse”, fue la lacónica respuesta.
Cerca de Lavagna se mostraron renuentes a dar cuenta de esas diferencias. Los funcionarios prefieren “bajar los decibeles de la disputa” para volver a sentarse a negociar. La guerra entre Economía y los bancos abarca tres frentes:
- Plan Bonex II. Los bancos se revelaron y se resisten a otorgar garantías adicionales de sus activos. El Plan Lavagna contemplaba que los bancos garantizaran la emisión de los nuevos Bonex con 30 por ciento de su cartera de préstamos.
- Corralito. La idea de Economía es liberar las cuentas a la vista en 120 días, y que los bancos extranjeros aporten capitales frescos desde sus casas matrices. Las entidades piden más tiempo y pretenden que el Banco Central las auxilie con préstamos baratos.
- CER. La eliminación del índice para los créditos hipotecarios, prendarios y personales supone una pérdida de entre 4 y 7 mil millones de pesos para los bancos, según cuánto sea la inflación de este año. Además de reclamar una compensación por este concepto, los banqueros quieren que el Estado se haga cargo del CER que dejarán de percibir por la cartera de préstamos que le den al Gobierno como garantía del Bonex. “El plan de los banqueros tiene un costo fiscal elevadísimo. Es ridículo”, descalificó la alta fuente de Economía.
Más allá de la disputa técnica existe también una realidad política imposible de obviar. La crisis en la relación con los banqueros encuentra a un Gobierno débil para tomar decisiones audaces. Este es un Gobierno que apuesta a todo o nada a un acuerdo con el FMI. En este contexto, los financistas se sienten seguros. En la city creen que si Duhalde fue capaz de dar luz verde a un plan de salvataje para el Galicia para evitar un sacudón extra de la economía, cederá ante la banca extranjera. “Si se van dos o tres grupos grandes podrían arrastrar al Gobierno. No olvidemos que el sector emplea a 100 mil personas y manejan cuentas de millones de clientes”, analizó el ejecutivo de un banco público en diálogo con este diario.
Para los banqueros, la Ley Antigoteo no alcanza y es urgente implementar el Bonex. Durante abril, se fugaron 4143 millones de pesos. Y en los primeros tres días hábiles de este mes se fueron otros 318 millones. En este marco, sin ayuda desde sus casas matrices y con pocos redescuentos del Central para evitar una híper, los cajeros estuvieron menos cargados que de costumbre. De esta circunstancia a la histeria colectiva por los rumores hubo un solo paso. El BankBoston, los españoles Santander-Río y el BBVA Banco Francés, el Sudameris, el Bansud y el Suquía figuraron en la lista de los sospechados. Fuentes inobjetables afirmaron a este diario que, por el contrario, en medio del tiroteo, el Citibank está ganando depósitos. “No descartemos la posibilidad de que la ola de versiones responda también a una histórica puja entre los bancos por quebrar a otros y quedarse con el mercado”, añadieron en el Central.
Por las especulaciones se formaron largas filas frente a los cajeros automáticos. Por la iliquidez, hubo entidades financieras que rebotaron la acreditación de cheques aduciendo faltas menores, como la no correspondencia de las firmas. En Córdoba, el Banco Suquía debió cerrar sus puertas antes de hora por las aglomeraciones frente a sus puertas. “Cerramos por una cuestión de seguridad”, dijeron en el banco.
Frente a las presiones y las zancadillas para ganar terreno, de cara a una reestructuración bancaria que seguramente se vendrá, en el Central y la Rosada juraron que los bancos reabrirán pasado mañana como todos los lunes. Sin embargo, ningún funcionario podría anticipar cómo seguirá la guerra con los bancos.

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