Una semana después de los acalorados debates sobre el proyecto de ley que modifica la Ley de Estupefacientes, la Cámara de Diputados aprobó ayer la desfederalización de la competencia judicial para los casos de delitos menores vinculados al narcotráfico. Los legisladores incluyeron modificaciones, por lo tanto la norma vuelve al Senado para su eventual sanción definitiva. Durante aquel debate, la diputada del ARI Marcela Rodríguez había advertido que esta reforma habilitará “nuevas cajas a la maldita policía bonaerense con el chiquitaje de la droga”, además de señalar que posee “errores técnicos”. La iniciativa, cuyo tratamiento estuvo trabado varios meses por la propia interna del PJ, fue impulsada y reclamada por el gobernador bonaerense, Felipe Solá.
Ayer, algunos diputados justicialistas votaron en contra, tal el caso de Cristian Ritondo y Juan José Alvarez, y fue notoria la ausencia de Hilda “Chiche” Duhalde al momento de la votación.
Fue una jugada veloz. La oposición especulaba con dejar sin número la sesión, que se había interrumpido la semana pasada después de un extenso debate, cuando el presidente de la Cámara, Eduardo Camaño, constató que se había alcanzado el quórum y enseguida sometió a votación el proyecto, obteniendo 111 votos a favor sobre 20 contrarios.
Para el gobernador Solá, los juzgados federales, que en la actualidad son los únicos con facultades para investigar los delitos de narcotráfico, sólo persiguen a las grandes bandas y dejan sin castigo el menudeo de drogas ilegales. Por el contrario, la UCR, el ARI y el Partido Socialista consideran que la aplicación del proyecto conseguirá el efecto contrario al deseado, entre otras razones porque la Justicia local está más colapsada que la federal. En varias oportunidades, Solá dijo que el objetivo es que la gente tenga mayor número de ventanillas, y más cercanas, para denunciar casos de venta de drogas, porque considera que la falta de infraestructura en la Justicia Federal hace que “se deje de lado al chiquitaje” que “inunda de droga a nuestros pibes”. El gobernador graficó que “la señora con ojotas termina el puchero y va a vender marihuana”. Al argumentar su voto en contra, la diputada Patricia Walsh expresó que “a Solá debería preocuparle que “esa señora con ojotas, además de narco, sea pobre”. Por su parte, el socialista Eduardo García recordó que un senador, al argumentar su posición favorable a la reforma, expresó que “hay que pegarle al perro para que aparezca el dueño” y destacó que “esto implica seguir castigando al consumidor”.
La modificación de los diputados consistió en bajar la pena para el consumidor ocasional. Y eliminaron la penalización de la entrega gratuita de droga, resumida en la frase “el primero te lo regalan, el segundo te lo venden”. De todos modos, la diputada Rodríguez destacó la mala redacción del proyecto, que en uno de sus artículos establece que la competencia será local en los casos en que la droga se encuentre “fraccionada en dosis al consumidor”. Por lo tanto, ejemplificó: “Si se secuestra un kilo de cocaína pero en bolsitas, es menor y para la Justicia local”.
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