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El país|Domingo, 15 de mayo de 2005
LO QUE DECLARO MARIA JULIA ANTES DE SER LIBERADA

“Cavallo miente”

El miércoles, antes de salir de prisión, la polifuncionaria declaró en la causa de los sobresueldos y fue tajante: los sobresueldos no fueron reemplazados por “gastos protocolares”, sino que todo el mundo pasó a cobrar ambas sumas.

Por Marcelo Zlotogwiazda
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Horas antes de que fuera liberada, el miércoles pasado, María Julia Alsogaray se presentó a declarar en la fiscalía que investiga el tema de los sobresueldos, y entre otras cosas dijo que Domingo Cavallo “miente” cuando afirma que a partir de 1994 los funcionarios menemistas dejaron de cobrar sobres en negro y pasaron a recibir solamente gastos protocolares. El retruque de la ingeniera coincide con el testimonio del ex ministro de Defensa Oscar Camilión, pero también con muchos otros que, como el secretario del ex ministro de Justicia Raúl Granillo Ocampo, no tendrían necesidad de mentir para justificar un enriquecimiento personal.
En la declaración que realizó en la fiscalía federal a cargo de Paul Starc, la ex presidiaria salió al cruce de las acusaciones que Cavallo había disparado pocos días antes a través de su sitio en Internet, cuando en un artículo titulado “Siembran confusión para cosechar impunidad” escribió que “la discusión mediática sobre los denominados sobresueldos es fruto de una operación destinada a que quede sin castigo el enriquecimiento de quienes habiendo pasado por la función pública no pueden justificar su patrimonio, (y entonces) argumentan que por ley secreta recibieron sobresueldos de la magnitud suficiente para justificar aquel aumento”. Según la versión del ex dos veces titular de Economía, los sobresueldos en negro se mantuvieron nada más que hasta 1994, a partir de entonces fueron blanqueados como gastos protocolares por el decreto 838, y nunca superaron los 6500 pesos mensuales.
“Cavallo miente”, respondió María Julia el miércoles pasado. Según pudo averiguar Página/12, luego de decir eso la privatizadora de ENTel y Somisa y luego subsecretaria de Recursos Naturales repitió lo mismo que en dos oportunidades anteriores en el contexto de la causa en la que está condenada por enriquecimiento ilícito. Sin negar que a partir de 1994 se comenzaron a pagar gastos protocolares, reiteró que no obstante se siguieron pagando “sobres en negro”, que en conjunto sumaban en su caso 50.000 pesos/dólares por mes. Y al igual que en sus testimonios previos, explicó que cuando entró en vigencia el decreto 838, la cantidad de dinero dentro de los sobres se redujo pero siguió siendo la parte más importante. Además de calificarlo de mentiroso, María Julia se permitió incluso ironizar sobre Cavallo. Según contó alguien que estuvo presente durante la declaración del miércoles pasado, dijo con indisimulada soberbia: “Prepárense para que Cavallo grite y se enoje, y tengan en cuenta que cuando se comporta así es porque está y se siente acorralado”.
No se sabe cuándo Cavallo se va a presentar a la indagatoria, luego de la postergación que pidió días atrás. En cambio, todo indica que mañana será el turno de Camilión, quien más de una vez (la última en un anticipo espontáneo a su declaración que trascendió la semana pasada) reconoció haber cobrado 30.000 pesos por mes provenientes de fondos reservados y que la práctica del cobro de sobresueldos se extendía a todos los ministros, secretarios y subsecretarios.
El futuro judicial del ex ministro de Defensa es más que complicado. Aun sin considerar su difícil situación en la causa de contrabando de armas que lleva adelante el juez en lo Penal Económico Julio Speroni, en el tema de sobresueldos su posición es peor a la de otros, en la medida en que la ex directora general de Programación Presupuestaria de ese organismo, Lidia Gibellieri, declaró en la fiscalía de Starc que su jefe se quedaba y repartía, además, sobrantes de la partida de gastos reservados que le correspondía al ministerio. Es decir que habría habido sobresueldos procedentes de la SIDE reconocidos por él mismo (que de por sí ya constituiría un delito), a lo que se agregaría la apropiación indebida de fondos reservados que tenían como destino cuestiones atinentes a la seguridad nacional y no a reforzar el ingreso de los funcionarios.Una anécdota que figura en el expediente cuenta que el encargado del reparto de los sobrantes era el entonces secretario de Asuntos Militares, Jorge Baeza, y según la simpatía que éste les tenía a los distintos jerarcas del ministerio era la rapidez con que les entregaba los sobres. Uno de los secretarios de aquella época que recibía sobresueldos en negro ocupa ahora un cargo diplomático en la Cancillería.
Los casos de María Julia y Camilión podrían encuadrarse en la lógica citada de Cavallo, en la medida en que son dos funcionarios acusados de enriquecimiento ilícito que podrían estar apelando a la excusa apuntada por el autoexiliado en Harvard para justificar su aumento patrimonial.
Pero el argumento de Cavallo se debilita sobremanera atendiendo a lo que en diversas ocasiones testimonió Roberto Martínez Medina, ex secretario privado de Raúl Granillo Ocampo, en cuanto a que él personalmente retiró los sobresueldos en negro de la Jefatura de Gabinete hasta el final del mandato de Carlos Menem, es decir, durante casi seis años posteriores al dictado del decreto 838.
Según Martínez Medina (que no enfrenta ninguna imputación de enriquecimiento), el dinero le era entregado por Rodolfo Aiello, un alto funcionario de la Jefatura. La versión es congruente con los testimonios de una de las secretarias de Aiello, que confirmó la asistencia mensual de Martínez Medina en la Jefatura de Gabinete, y del chofer de Granillo Ocampo, que reconoció que lo llevaba a ese lugar cada treinta días. Martínez Medina incluso contó que con el dinero en negro su jefe pagaba las cuotas de tres departamentos céntricos que había comprado, y una versión no confirmada que se cuenta en Tribunales indica que, cuando se acabó ese dinero extra con el menemismo, Granillo Ocampo lo reemplazó con un crédito tomado en el Banco Hipotecario gracias a una gestión de Pablo Rojo. La declaración indagatoria de Granillo Ocampo está agendada para el jueves próximo, y la de Aiello para el día siguiente.
Fuentes de la investigación consultadas por este diario aseguran que no advierten en el gobierno nerviosismo por el avance de la investigación, más allá de que algunos altos funcionarios del kirchnerismo hayan ocupado cargos durante aquellos años. Por el contrario, reconocen que toda colaboración solicitada es respondida sin resistencia y en plazos razonables. Eso no quita que haya algunos miembros jerárquicos del oficialismo intranquilos. Sería el caso de un colaborador muy cercano al vicepresidente Daniel Scioli, que habría participado de aquella fiesta negra de los sobresueldos o sueldos en sobre.

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