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El país|Martes, 14 de mayo de 2002
SEMANA SIN DEFINICIONES

En Economía todavía no tienen plan

Por David Cufré y Claudio Zlotnik

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Los ahorristas siguen protestando con la ilusión de recuperar el dinero atrapado en los bancos.
El fracaso del Bonex II derrumbó el plan que Roberto Lavagna traía en la valija, y ahora el equipo económico está desconcertado. No hay una idea clara de cómo resolver el problema del corralito y no habrá definición sobre el tema durante esta semana. Lavagna indicó anoche que Eduardo Duhalde tomará una decisión sobre las nuevas medidas a su regreso del viaje por Europa. En el Palacio de Hacienda sintieron que la sugerencia del Presidente de pagar los depósitos con activos estatales sumó más confusión (ver nota aparte). Los primeros bocetos sobre los que trabaja el ministro contemplan la rehabilitación de la operatoria por la cual los plazos fijos podrían utilizarse para comprar bienes registrables pero sin extraer dinero en efectivo del sistema. También figura la alternativa de suscribir bonos de manera voluntaria. En los principales bancos rechazan estos mecanismos argumentando que conducen a la híper y señalan que Lavagna tendrá que pensar soluciones mejores.
La frustración en las negociaciones entre el ministro de Economía y los bancos recalentó el mercado cambiario. En el segmento mayorista, el dólar se vendió a 3,27 pesos, mientras que en el mercado libre se consiguió a 3,35 pesos, un alza del 3 por ciento respecto del cierre del viernes pasado a pesar de una fuerte intervención del Banco Central (ver aparte).
La muestra de la desorientación existente en Economía lo da el hecho de que los funcionarios se habían comprometido a enviar ayer mismo a los banqueros una nueva propuesta sobre el corralito. Pero los financistas aguardaron en vano un pronunciamiento. Lo único claro es que “el Gobierno retiró la opción del Plan Bonex de la mesa de negociación”, según afirmó Lavagna.
Convencido de que una demora en la definición de una propuesta empeorará las expectativas, anoche en Economía se trabajaba sobre el borrador de un decreto. En principio, y como si se tratara de un preparado, la intención de los funcionarios consistía en formular una mezcla de iniciativas anteriores.
- Parte 1. Reinstaurar la posibilidad de que los depósitos reprogramados sirvan para adquirir bienes registrables (inmuebles, motos, autos), tal como ocurrió hasta el 15 de abril último. El vendedor recibiría el dinero en una cuenta a la vista. También se estaría analizando la posibilidad de otorgar beneficios impositivos a los compradores.
- Parte 2. Para aquellos que no quieran adquirir un bien tendrían la chance de suscribir un bono a 10 años (en dólares) o a 5 años (en pesos). Se trata de los “Bonus” que en algún momento ideó Jorge Remes Lenicov y cuya suscripción venció el 30 de abril. El ahorrista que no elija por ninguna alternativa quedará con sus depósitos reprogramados a cinco años.
- Parte 3. Continuarían las restricciones a la extracción de dinero en efectivo, de hasta 1200 pesos mensuales. Si bien la intención de Economía era levantar el corralito sobre las cuentas a la vista en forma paulatina, el quiebre de las negociaciones con los bancos hizo fracasar esta postura.
- Parte 4. Habilitar el Plan Fideicomisos para los bancos privados. De esta manera, los ahorristas cobrarían a medida que su entidad financiera vaya cobrando los créditos. Hay dos trabas para este diagrama. Una es que, como se trata de acuerdos entre privados, correrían un riesgo mayor los ahorristas que tengan dinero en los bancos menos sólidos. El otro problema radica en qué tratamiento se le dará a la banca pública, ya que la calidad de la cartera es peor que la de las entidades privadas.
- Parte 5. El corralito original de Cavallo es el que cuenta con menores chances. Recrea la posibilidad de permitir todo tipo de transacciones bancarias sin que ello implique la salida de dinero en efectivo del sistema financiero, salvo los topes establecidos. Para ello, habría que desprogramar los plazos fijos y permitir los cruces de depósitos entre bancos. Los financistas se resisten a ambas posibilidades. Desde el Congreso también buscan encontrarle la salida al corralito. Diputados justicialistas y de la oposición de la Comisión de Economía coincidieron en la necesidad de consensuar un menú de opciones que van desde el corralito original de Domingo Cavallo –en el cual estaban permitidas todas las transacciones bancarias– hasta el lanzamiento de títulos públicos optativos. En cuanto a las cajas de ahorro –desde las cuales salieron 50 millones de pesos diarios en promedio durante abril–, los legisladores se mostraron a favor de “dejar las cosas como están”, según reseñó uno de ellos a Página/12. En base a esta idea, los 1000 a 1500 millones de pesos que huirían por mes de los bancos serían perfectamente rescatados del mercado por el Banco Central en caso de que aquellos fondos se dirijan a la compra de dólares.
Después de la ruptura en las negociaciones, los banqueros se muestran escépticos. Página/12 dialogó ayer con dos de los financistas más influyentes y ambos estuvieron de acuerdo en el diagnóstico: “Si Lavagna flexibiliza el corralito, la Argentina se encamina hacia la hiperinflación”. De acuerdo con esa visión, la posible adquisición de bienes mediante dinero acorralado presionará sobre el tipo de cambio ya que esos fondos terminan en las cuentas a la vista de los vendedores. A su vez, y siempre bajo la visión de los banqueros, la fuga de dinero de esas cuentas desemboca en una expansión monetaria que rápidamente se reflejaría en una mayor inflación. Para los financistas, la solución pasaría por un Plan Bonex II totalmente a cargo del Estado, sin la corresponsabilidad propuesta por el ministro Lavagna.
Mientras se define la suerte del corralito, desde el Banco Central se sigue con lupa la situación de los bancos. Anoche se llevó adelante un nuevo encuentro del “Comité de crisis”, del cual surgió una medida para aliviar a las entidades: el Estado les posterga el pago de los intereses por los redescuentos otorgados. En la city calcularon que el monto ascendería a 5000 millones de pesos por año.
Sobre el final del encuentro hubo satisfacción entre los funcionarios del Central. Había pasado otra jornada sin que los bancos pidieran auxilio financiero, según confirmaron a este diario voceros de la entidad.

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