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El país|Domingo, 21 de agosto de 2005
LA RENUNCIA DEL OBISPO MACCARONE FUE DISPARADA POR UNA COMPLEJA OPERACION

Una trampa de muy alta tecnología

Para gran parte de los sacerdotes de Santiago del Estero, las denuncias de corrupción del obispo y su trabajo por los pobres parecen haber motivado una compleja estrategia oculta en su contra. El video que aprovechó un hecho reñido con la moral católica circuló hasta en Roma.

Por Washington Uranga
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Los acontecimientos que terminaron el 19 de agosto con la renuncia al Obispado de Santiago del Estero presentada por Juan Carlos Maccarone, aceptada por el Vaticano y motivada en un hecho reñido con la moral católica, habrían sido el resultado de una estrategia diligentemente montada por intereses políticos, económicos y eclesiásticos. Estos intereses fueron perjudicados por el ex obispo santiagueño con sus denuncias de corrupción y su accionar en favor de la restauración de los derechos de los más pobres. Esta es la convicción de gran parte de los sacerdotes católicos de la diócesis santiagueña que ayer por la mañana se reunieron con el administrador apostólico Luis Villalba, arzobispo de Tucumán, para evaluar la situación planteada tras la dimisión de Maccarone y que pocas horas después emitieron un comunicado en el que expresan su claro respaldo al obispo renunciante (ver aparte). “No podemos probarlo todavía –dijo un sacerdote a Página/12– pero está claro que éste es el resultado de una maniobra hábilmente montada y que se apoyó en una debilidad del obispo para desprestigiar su acción y la de la Iglesia de Santiago del Estero.”
El elemento detonante de la renuncia de Maccarone es un video con imágenes del obispo que, de acuerdo con la moral católica, constituyen una falta grave y en la que queda en evidencia la relación del obispo con una persona adulta de sexo masculino. Esa grabación fue realizada el jueves 4 de agosto sin consentimiento ni conocimiento de Maccarone, utilizando equipos encubiertos y de gran capacidad tecnológica. Para alcanzar este propósito intervinieron varias personas más allá de las que aparecen en las imágenes fílmicas. Desde entonces hasta el momento en el que se conoció la dimisión, varias copias del video fueron distribuidas en medios de comunicación de Santiago del Estero, en ámbitos políticos y judiciales de la provincia, y entre autoridades eclesiásticas de nivel nacional, con fines que pueden considerarse como extorsivos. Una copia de las imágenes viajó directamente a Roma para conocimiento de la jerarquía vaticana. “Nada de esto se pudo hacer sin dinero y la persona a quien se vincula con Maccarone trabaja como remisero, y sostiene que todos los elementos para realizar la grabación le fueron facilitados por su hermano, siendo que este es un desocupado que percibe un subsidio estatal por único ingreso”, dijo otro sacerdote santiagueño.
Ante la situación planteada y los problemas que ello podría aparejar para la Iglesia, fue el propio Maccarone quien después de rápidas consultas con algunas personas de su más estricta confianza, decidió presentar la dimisión a su cargo, aceptando las responsabilidades y “admitiendo el error en el que incurrió”, según confió otro de los informantes. En diálogos mantenidos desde Buenos Aires con varios de los que fueron sus colaboradores hasta hace pocos días, Maccarone reiteró su pedido de disculpas por las dificultades que ocasionó con su conducta.
“No podemos ser tan ingenuos de creer que este es sólo un problema derivado de una debilidad de Maccarone”, comentó otro sacerdote. “Nosotros queremos apoyar al obispo que tuvo la valentía de aceptar su debilidad y estamos convencidos de que todo esto fue urdido para desprestigiar el trabajo que él venía haciendo en la Iglesia de Santiago del Estero.” En ese sentido se recordó que hace apenas cuatro días se repartieron volantes anónimos en la puerta de la catedral de Santiago del Estero en los que se acusó a Maccarone de “falta de criterio pastoral” en la conducción de la Iglesia de esa diócesis y de ser responsable de la falta de unidad entre su presbiterio.
El hecho que resultó detonante para la renuncia se produjo poco antes de la celebración de la Asamblea de Pastoral de la Iglesia que debía realizarse la semana próxima en Santiago. En la asamblea los agentes pastorales de base ratificarían la línea de compromiso con los pobres, la justicia y la defensa de los derechos humanos que se venía impulsando desde que Maccarone se hizo cargo de la diócesis, continuando con la línea ya avanzada por su amigo Gerardo Sueldo, el obispo fallecido en un dudoso accidente automovilístico. Ahora el obispo a cargo de la administración diocesana Luis Villalba y los sacerdotes confirmaron que la asamblea diocesana se realizará en septiembre, según se consigna en nota aparte.
Cuando Maccarone llegó a Santiago en 1999, manifestó su decisión de investigar las circunstancias en las que murió Sueldo y antes de comenzar su trabajo recorrió todas las parroquias de la diócesis para conocer la realidad de su feligresía. “Yo vengo de la Pampa Húmeda y no conozco la realidad de Santiago. Necesito conocer antes de proyectar cualquier gestión pastoral”, admitió entonces. Después inició una labor de búsqueda de coincidencias entre los agentes de la Iglesia local para unificar acciones detrás de objetivos pastorales consensuados, actuando de manera mancomunada con gran parte del presbiterio.
Este jueves por la noche, mientras la noticia de la renuncia comenzaba a difundirse en un estrecho círculo de la dirigencia eclesiástica católica, Maccarone partió desde Santiago del Estero por vía terrestre hacia Buenos Aires, acompañado por un grupo de sacerdotes de su diócesis que quisieron estar cerca y expresarle su solidaridad en el difícil trance. Ya en Buenos Aires, el obispo Maccarone mantuvo una breve entrevista con el nuncio apostólico Adriano Bernardini, de quien no habría recibido mayores indicaciones respecto de su futuro, que es todavía incierto.
Mientras en Santiago del Estero los sacerdotes y agentes locales se comenzaron a movilizar para informarse y adoptar una posición común frente al hecho, las máximas autoridades de la Conferencia Episcopal Argentina encabezadas por el arzobispo de Rosario, Eduardo Mirás, hicieron febriles consultas telefónicas para determinar el rumbo institucional a seguir. El pronunciamiento público llegó desde Santiago del Estero mientras las autoridades de la Conferencia Episcopal prolongaron su silencio por lo menos hasta la semana próxima, cuando habrá de reunirse en Buenos Aires primero la Comisión Ejecutiva y luego una veintena de obispos que conforman la Comisión Permanente de la jerarquía católica. Antes de la renuncia de Maccarone la agenda de la reunión a la que también debía asistir el ahora ex titular de la diócesis de Santiago estaba claramente dirigida a organizar la asamblea episcopal, que tendrá por principal objetivo elegir a las nuevas autoridades del Episcopado en noviembre próximo. Ahora todo se modifica. En principio porque el “caso Maccarone” no podrá eludirse en la consideración en particular para analizar las consecuencias institucionales y políticas que el hecho tendrá para la Iglesia Católica argentina.

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