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El país|Viernes, 26 de agosto de 2005
KIRCHNER ACUSO POR SUS NOMBRES A QUIENES DICE QUIEREN DESESTABILIZARLO

“Este pacto se llama Duhalde, Patti, Menem”

Por primera vez hizo nombres. Dijo que pactaron “para volver al pasado” y que grupos “que se creen revolucionarios” les son “funcionales”. Desde Uruguay, Duhalde respondió que la acusación le da “una profunda pena” y descartó cualquier maniobra. “La estabilidad está absolutamente asegurada”, dijo.

Por Diego Schurman
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El Presidente, la senadora Cristina Fernández y el gobernador Solá ayer, en el acto de Bahía Blanca, desde donde Kirchner lanzó su acusación.
Hasta ahora Néstor Kirchner los había emparentado con las viejas prácticas política. Pero ayer directamente acusó a Eduardo Duhalde, Carlos Menem y Luis Patti de haber sellado un pacto para desestabilizar al Gobierno. De la denuncia tampoco salieron indemnes los grupos piqueteros que en los últimos días han sistematizado la protesta callejera. Semejante imputación generó la reacción previsible de los señalados y especialmente del ex presidente, quien desde hace un mes no tomaba contacto con la prensa. “Me da una profunda pena”, dijo Duhalde desde Uruguay y aseguró a la vez que “la estabilidad está absolutamente asegurada”.
Kirchner no anduvo con ambages. “Ese pacto que estamos sufriendo se llama Duhalde, Patti y Menem, para que vuelva el pasado y que hay que vencer. Algunos sectores que se creen revolucionarios les son funcionales y vaya a saber allá, en la oscuridad, qué tipo de acuerdo tienen”, manifestó desde Bahía Blanca.
El Presidente retomó el discurso de su mujer, Cristina Fernández. La candidata a senadora bonaerense, en el acto de lanzamiento nacional del Frente para la Victoria, ya había hablado de una estrategia non sancta de sus adversarios políticos.
“Hay otro pacto más oculto, el pacto de la desestabilización, que consiste en crear climas de violencia, recuperación de viejos protagonistas que parecían olvidados y ahora nos enteramos que eran invitados a la quinta de Olivos”, señaló la primera dama en Rosario.
Previsiblemente, le salieron a contestar desde Eduardo y Gacela Menem –hablaron de “fantochada”– hasta Raúl Castells. Pero con verba irónica, el más vehemente fue el duhaldista Eduardo Camaño.
“Me siento el primer desestabilizador que votó todas las iniciativas que ha impulsado quien yo quiero desestabilizar. Me acabo de enterar de que el dirigente piquetero Raúl Castells les informó a los medios que estuvo dos veces reunido con el señor presidente de la Nación. Tengo miedo de que la senadora Fernández lo acuse a su marido de desestabilizar el matrimonio”, ironizó el presidente de la Cámara de Diputados.
Si bien Kirchner agregó nombres y apellidos a su denuncia, en el discurso de la pareja presidencial hay más sugerencias que información sobre el supuesto pacto. En la Casa Rosada dijeron contar anoche con evidencias palmarias de lo que hablan, pero aún evalúan la conveniencia de darlas a conocer. Más enigmático fue Rafael Bielsa. El candidato a diputado porteño del kirchnerismo dijo, desde Bariloche, que las pruebas saldrán a la luz en los próximos días.
Las insinuaciones oficiales buscan enlazar al controvertido Castells y otros representantes piqueteros con el duhaldismo. Un estratégico secretario de Estado se preguntó retóricamente ante Página/12 las razones del incremento de las protestas del sector en las últimas semanas.
El mismo funcionario reconoció que con el Bloque Piquetero, liderado por Néstor Pitrola, ya no hay diálogo. Y que también se están rompiendo lazos con la Corriente Clasista Combativa, de Juan Carlos Alderete, quien condiciona el vínculo y la paz social al otorgamiento de más planes.
–¿Y esto, a su entender, qué quiere decir? –le preguntó este diario.
–Que nos quieren poner en contra a la clase media. Y eso es funcional al duhaldismo –señaló.
Desde la vereda duhaldista presentaban otro razonamiento. “Para el Gobierno el duhaldismo era responsable de las muertes de los piqueteros Kosteki y Santillán. Y Cristina, hace muy poco, dijo que Duhalde se fue anticipadamente del poder por esas muertes. ¿Cómo es que ahora nuestros aliados son los piqueteros?”, manifestó un ladero del ex presidente.
El accionar de las organizaciones de desocupados se transformó en uno de los ejes principales del enfrentamiento. Ya aparecieron afiches que acusan a Luis D’Elía de “decir lo que el Gobierno le ordena decir”. Días atrás, el titular de la Federación de Tierra y Vivienda vinculó a Duhalde con los carteles de la droga. Desde la Casa Rosada tomaron distancia de esos dichos.
Está claro que la irrupción de Patti en escena facilitó el argumento del kirchnerismo. El ex subcomisario fue promotor de la candidatura presidencial de Menem y ahora se colgó de la lista de Chiche Duhalde. El trío es a los ojos del Gobierno la más cruenta cara de la vieja política.
“Encima ahora comenzaron a actuar los Patti’s fans”, se quejaron en un despacho oficial, desde donde se hace un seguimiento de los medios.
–¿Los Patti’s fans?
–Sí, admiradores de las prácticas policíacas de Patti. Llamadores profesionales. Ahora, cada vez que habla un ministro en una radio, aparecen “oyentes” en masa destrozándolo o criticando duramente lo que dijo. De un día a otro hay un cambio llamativo de las repercusiones. Eso nunca podría ser así si no está digitado.
Es otra acusación difícil de comprobar, pero denota el ánimo que se alberga en la Casa Rosada. Amén de la inclusión de apellidos como el de Patti y Menem, Kirchner sigue eligiendo a Duhalde como principal opositor en un mapa electoral plagado de actores.
“Me decían algunos ‘hacete cargo de la Argentina que te vamos a apoyar’ (...) pero lo que querían era tener un presidente ‘chirolita’, manejable, para hacer lo que ellos quieren, y como ven que no lo pueden hacer, me ponen todo tipo de trabas todos los días”, recordó el mandatario.
Logró un milagro. Que Duhalde hable. Desde Montevideo, donde cumple sus funciones como presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, el bonaerense se mostró asombrado. “No creo que haya dicho eso. ¿Cuándo pasó eso? No creo que sea cierto, pero lo único que digo es que me da pena.”
Cuando el textual de Duhalde llegó al primer piso de la Casa Rosada, se escuchó de una máxima voz del kirchnerismo: “Se puso en víctima”. Precisamente eso es lo mismo que el duhaldismo cree que hizo ayer Kirchner.

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