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El país|Sábado, 10 de septiembre de 2005
LA POLICIA CAMBIO EL RECORRIDO E IMPIDIO EL PASO A LA MARCHA ANTI- BUSH

La columna no pudo llegar a la Plaza

La columna quiso ingresar por Avenida de Mayo. Pero una muralla policial le impidió el paso, argumentando que debía hacerlo por Diagonal Sur. Ello provocó que hubiese pequeños incidentes

Por Laura Vales
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Un joven fue duramente agredido por un policía que estaba tras la muralla que armó la Federal.
La imagen fue idéntica a la de una semana atrás: en el cruce de la Avenida de Mayo y Cerrito, un doble vallado de policías y camiones hidrantes frenó el paso de la marcha que quería llegar a la plaza. Así, los partidos de izquierda que ayer iban a hacer un acto en repudio a la visita de George W. Bush quedaron varados a mitad de camino, en el mismo sitio hasta donde la policía les habían permitido llegar el viernes pasado. Con un cambio sutil: esta vez el Gobierno no les dijo que no podían ir a la plaza, sino que podían hacerlo siempre y cuando dieran un rodeo por la 9 de Julio, tomaran Belgrano y finalmente la Diagonal Sur. Los dirigentes de la marcha consideraron que el intento de fijarles el recorrido era un gesto de provocación. Decidieron que las columnas de manifestantes se quedaran frente al operativo policial e hicieron allí, sobre la 9 de Julio, su acto.
Así, tras los anuncios de distensión de los últimos días, la Casa Rosada mostró otra señal de dureza. El argumento oficial para impedir que la marcha pasara por la Avenida de Mayo fue el de ordenar el tránsito, aunque su resultado terminó siendo lo contrario. La movilización hubiera podido caminar por la avenida como siempre y a otra cosa y, en cambio, en la pulseada con la policía, la circulación estuvo cortada desde las seis de la tarde y hasta entrada la noche.
En el lugar hubo un clima espeso. En los momentos de mayor tensión los manifestantes forcejearon con la barrera de efectivos, que los frenaron con palos y patadas. Sobre el final, cuando la gente se desconcentraba, los últimos en retirarse tiraron piedras a los federales. La policía informó que once de sus hombres y un civil debieron ser atendidos por los piedrazos.
Más tarde, en las adyacencias, integrantes de la agrupación Quebracho rompieron la vidriera de un cajero automático de un banco de capitales norteamericanos y dejaron en la fachada pintadas contra Bush.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, negó que la disposición de impedir pasar a la marcha por la Avenida de Mayo haya sido un capricho. “No es un tema de mojarle la oreja a nadie. Si quieren manifestar en la plaza ahí la tienen, pero el ordenamiento corre por cuenta nuestra”, dijo a Página/12. El funcionario no anticipó si este esquema va a repetirse el viernes que viene, para cuando está prevista una marcha piquetera en reclamo de la universalización de los planes sociales.
En la de ayer, las organizaciones de desocupados tuvieron poca presencia. En la Plaza del Congreso se reunieron sobre todo militantes partidarios: había banderas del Movimiento Socialista de los Trabajadores, el Partido Obrero, el Comunista, el Partido de los Trabajadores Socialistas, el Movimiento al Socialismo, el Humanista y varias juventudes, como la Federación Juvenil Comunista y la agrupación No Pasarán. Los piqueteros se pusieron al fondo, con delegaciones de los movimientos ligados a esos partidos. Fueron también sectores piqueteros no vinculados a la izquierda tradicional, como el MTD y la CTD Aníbal, la agrupación Martín Fierro y la Organización Libres del Pueblo. La marcha fue menor que la de la semana pasada. Sus organizadores señalaron que inicialmente iba a tratarse de algo en el estilo de lo que son tradicionalmente las actividades antiimperialistas, pero luego en la pelea con el Gobierno la jornada tomó otra repercusión.
La Policía Federal estimó en 2500 personas la concurrencia a la marcha, mientras que los organizadores elevaron ese número a 7000 manifestantes.
La columna estuvo encabezada, entre otros, por Vilma Ripoll, Mario Cafiero, Amancay Ardura, Patricia Walsh, Patricio Echegaray, Roberto Cirilo Perdía, y Néstor Pitrola. Este último, del Polo Obrero, criticó que “junto con la pretensión de fijar el recorrido” el Ministerio del Interiorhaya vallado el interior de la Plaza de Mayo “con un corralito donde protestar”.
¿Qué va a pasar la semana que viene? Antes que llegue el viernes las organizaciones convocantes a la nueva marcha van a tener que decidir qué hacer si se encuentran, otra vez, frente al vallado de la policía. Ayer habían ido a la movilización con el acuerdo interno de no pechar con los uniformados, pero existe un debate en curso sobre el tema.
Anoche, cuando quedaron cara a cara con las filas de las federal, no fueron pocos los manifestantes que insistían en empujar para poder pasar. La discusión es difícil y abre hacia el futuro un panorama de riesgo no sólo para los que reclaman poder llegar a la plaza libremente, sino también para el Gobierno.
Parte de este debate se verá reflejado en nuevas protestas callejeras a partir del martes, cuando algunos movimientos piqueteros van a hacer otra vez acciones sorpresivas para retomar el plan de lucha que quedó en suspenso por los operativos de saturación policial. De todas maneras, la situación de mayor tensión va a verse recién en la marcha del viernes, que se espera más numerosa y con una mayor presencia de desocupados y estudiantes que la de ayer.

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