El país|Martes, 18 de octubre de 2005

Los empleados de la Federación Argentina Sindical de Petróleo y Gas Privados (FASPyGP) decidieron acatar la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo y levantaron el paro anunciado para ayer. La decisión se concretó luego de una reunión que mantuvieron en la cartera laboral los representantes del gremio con los empresarios, donde se dispuso que para hoy entre en funcionamiento la comisión negociadora que discutirá los detalles de un posible acuerdo. Si bien hasta el momento las empresas no dieron a conocer una nueva oferta para hacer frente a los reclamos salariales, los trabajadores petroleros se mostraron más optimistas y no descartaron la posibilidad de que el conflicto se solucione antes del fin de semana.
La conciliación obligatoria había sido dictada por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, con la intención de llegar a las elecciones sin conflictos sindicales en el frente. Sin embargo, hasta ayer los dirigentes gremiales amenazaban dichas aspiraciones al asegurar que no habían sido notificados de la medida y ratificaron la convocatoria a un paro nacional por tiempo indeterminado. Finalmente, luego de una reunión de alrededor de dos horas que encabezó la secretaria de Trabajo, Noemí Rial, los empleados dieron marcha atrás con la medida. La funcionaria había dejado entrever la posibilidad de efectivizar sanciones contra los sindicalistas por no respetar la conciliación, entre las que se llegó a mencionar la cancelación de la personería gremial a la Federación Sindical. En caso de haberse concretado, el paro amenazaba con afectar en un 80 por ciento la actividad, lo que disparó algunas versiones sobre un posible desabastecimiento energético. Si bien el presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos, Raúl Castellano, aseguró inmediatamente que las estaciones de servicio trabajaban con normalidad, la posibilidad de que se viera perjudicado el suministro de gas alarmó al Gobierno y generó una respuesta rápida por parte de Tomada.
De esta forma, se logró congelar el conflicto para después del calendario electoral. El acuerdo incluyó la formación de una comisión negociadora que se reunirá a partir de hoy para avanzar sobre los detalles de una posible conciliación. Sin embargo, a pesar del optimismo que ayer respiraban en la sede de Leandro Alem, el conflicto dista de haber concluido. El sector empresarial todavía no presentó una propuesta para hacer frente a las demandas de los trabajadores para que se extienda el aumento adoptado por el gobierno de Chubut a todas las provincias. La medida, anunciada el martes pasado, consistió en un piso de 3000 pesos para todos los petroleros de la provincia. Concretamente, la FASPyGP demanda que ese aumento alcance a los empleados del sector en todo el país, algo que implicaría un incremento salarial de un 18 por ciento para unos 20000 trabajadores petroleros y gasíferos. Lo que más temen los empresarios es que si se decide equiparar los salarios en las provincias, los trabajadores que enfrentan las condiciones laborales más difíciles vuelvan a pedir un aumento.
Otra de las dificultades que deberán encarar las negociaciones son las divisiones que se registran dentro de los gremios y que ayer se tradujeron en un panorama bastante heterogéneo, con paros aislados en algunas provincias (ver aparte). El enfrentamiento no es nuevo. En Santa Cruz, el secretario general del Sindicato de Petroleros Privados, Luis Cárdenas, ya había asegurado el domingo que no acatarían la disposición oficial. “Hace cinco días que estamos de paro. No acatamos la conciliación obligatoria provincial y tampoco vamos a acatar la nacional, porque no hay predisposición empresaria de negociación”, salió a decir ayer, con lo que se tornaron más inciertas las perspectivas de una solución frente al conflicto.

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