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El país|Miércoles, 19 de octubre de 2005
KIRCHNER APOYO A BIELSA EN DOS ACTOS Y PIDIO EL VOTO DE LOS PORTEÑOS

“Esta vez no se equivoquen al votar”

El Presidente pidió que “no voten a los descendientes de Menem o de De la Rúa”. En el cierre estuvo Marcelo Bielsa. Los discursos.

Por Martín Piqué
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La sorpresa de la noche fue la presencia del ex técnico de la Selección y de NOB, Marcelo Bielsa.
“No se equivoquen. No voten a los descendientes de Fernando de la Rúa y Carlos Menem.” Varias veces pidió eso y, a la vez, que voten a Rafael Bielsa. El discurso que hizo anoche Néstor Kirchner en el polideportivo de Argentinos Juniors apuntó a los votantes porteños. O “capitalinos”, como los llamó casi todo el tiempo con los modismos de un hombre del interior. “Les quiero pedir que tengan memoria. Así como durante tantos años votaron a De la Rúa, a Menem, a Erman González, a Olivera, ahora no voten a sus descendientes. Les pido que nos den una oportunidad a los que queremos cambiar la Argentina”, pidió. Al igual que el canciller, Kirchner vinculó a Mauricio Macri y Elisa Carrió con el “pasado”. Por contraste, dijo que Bielsa representa el “voto del cambio”. Y pidió un “apoyo crítico, constructivo, no incondicional”.
La insistencia con que Kirchner recordó las simpatías electorales de los porteños reflejó dos cosas. Fue una manera bien directa de reconocer lo volátil –y muchas veces esquivo a las mayorías del resto del país– que es el electorado porteño. Pero también fue un desafío a que los “capitalinos” se sometieran a una autocrítica colectiva, como sugirió el propio Kirchner. Antes de plantearlo, el Presidente había dicho que él se “equivoca y acierta como cualquiera”. “Nosotros no fuimos los que generamos esa situación agónica para los trabajadores y la clase media porteña. Fue precisamente esa gente (por De la Rúa, Menem, Erman González y Olivera) los que lo hicieron. Por eso les pido que no voten a sus descendientes, que apuesten por lo nuevo”, reclamó Kirchner.
El tono de los dos discursos centrales –el de Bielsa y el de Kir- chner– tuvo un fervor poco escuchado hasta ahora. Seguramente producto del inminente fin de la campaña. Durante toda la jornada de ayer, el Presidente acompañó a Bielsa. A la mañana estuvieron en el barrio Zavaleta, junto a obreros de la construcción y vecinos. Por la noche, en Argentinos Juniors, donde se mostró muy confiado. “Rafael (Bielsa) está pasando al frente en las encuestas. Todos sabemos que está dos puntos arriba”, subrayó hacia el final de su arenga. En el palco de invitados VIP aplaudieron con fervor. En primera fila estaba toda la familia Bielsa, excepto la hermana María Eugenia, quien no fue invitada a los últimos actos del kirchnerismo.
La sorpresa de la noche, sin dudas, la aportó el ex técnico de la Selección, Marcelo, quien apareció en el escenario con su clásico jogging y su gestualidad entre indolente y tímida. Fue presentado por el locutor y apareció en el palco luego de que desfilaran ante las cámaras los candidatos a legisladores y a diputados, Bielsa y el propio Kirchner. Después de las palabras iniciales de Elvio Vitali, quien tuvo que lidiar con los bombos y las consignas de los afiliados del Sindicato de Peones de Taxis (SPT), Bielsa comenzó su discurso con el mismo eje que luego usaría Kirchner: el pasado que había que ver “con los ojos en la nuca” quedaba atrás, y la actual gestión permitía mirar hacia el futuro. Pero enseguida pasó a lo que todo el mundo esperaba: la crítica a sus rivales.
“Nos dice la señora Carrió que somos autoritarios, que somos personalistas. El personalismo está en el ARI, que expulsó a Timerman, a Nun, a tantos otros”, acusó. También se ocupó de Macri y recordó que el grupo que encabeza su padre adeuda mucho dinero al Estado. “En la constitución del señor Macri hay un solo derecho, el de propiedad. Por eso se llama Pro su partido. Para él lo más importante es el derecho a sus bienes, no el derecho a la salud, a la educación”, atizó, haciendo un juego de palabras con el nombre de la alianza de Macri y Ricardo López Murphy. Fiel a su estilo, Bielsa no se olvidó de sorprender a la audiencia con alguna cita. “Hoy cualquier cacatúa sueña con la pinta de Carlos Gardel”, dijo. Fue un recurso para elogiar la “determinación” de Kirchner en la quita de 70 mil millones de dólares, algo que según Bielsa ni Macri ni Carrió se hubieran animado a llevar adelante. En mangas de camisa y transpirando, Kirchner cerró el acto con su discurso más largo de la campaña. “Ya no saben cómo atacarme, atacan a mi familia, truchan la foto de mi pibe”, se quejó, en referencia a una nota de un semanario que publicó equivocadamente la foto de otra persona en lugar de la del hijo mayor de Kirchner.

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