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El país|Jueves, 20 de octubre de 2005

La Justicia que no quiere ver

Un tribunal uruguayo decidió archivar la investigación sobre el asesinato de la nuera del poeta Juan Gelman, en 1976.

Por Adriana Meyer
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María Claudia y su esposo, secuestrados en la última dictadura.
La Justicia uruguaya resolvió ayer archivar las investigaciones sobre el asesinato de María Claudia García Irureta Goyena, nuera del poeta Juan Gelman. Su abogado, José Luis González, informó a Página/12 desde Montevideo que “aún no fue notificado formalmente” sobre la decisión judicial, pero señaló que está estudiando elevar un recurso de apelación ante la Corte Suprema. De todos modos, el letrado aclaró que si la decisión no pudiera ser revertida sólo quedaría cerrada la vía judicial para conocer el destino final de la mujer secuestrada en 1976 en Buenos Aires y asesinada en Uruguay tras dar a luz a una niña. “El cierre de la causa implica que el Poder Judicial no va a poder seguir investigando, pero no quiere decir que no lo pueda seguir haciendo el Poder Ejecutivo”, expresó González.
Según explicó el abogado, “el nuevo gobierno tiene una disposición enorme para la búsqueda de los restos de los desaparecidos, está plasmando en acciones lo prometido, a pesar de que aún no haya resultados”. De hecho, a diferencia de lo ocurrido durante la administración de Jorge Batlle, el cuerpo de María Claudia García Irureta Goyena ya fue buscado en un predio y en dos batallones. “Son cosas independientes, esto paralizaría la búsqueda sólo a nivel judicial”, agregó González.
El Tribunal de Apelaciones que tenía a estudio el caso de la nuera de Gelman le dio la razón al fiscal Enrique Moller, y si no prospera el planteo contrario el juez de primera instancia debería archivar la causa. Por su parte, la representante de Familiares de Desaparecidos uruguayos, Luz Ibarburu, señaló que “es muy duro para nosotros. Yo hablo a título personal y espero que la Suprema Corte revea esta decisión”.
El fiscal Moller consideró que la causa está comprendida en la Ley de Caducidad, que amnistió a policías y militares involucrados en la violación de derechos humanos durante la dictadura que gobernó ese país entre 1973 y 1985. Así fue consignado por la radio montevideana El Espectador en su página web. La postura de Moller se opuso a la del juez Gustavo Mirabal, que venía llevando a cabo la investigación judicial. Mirabal dispuso la realización de excavaciones en predios del Regimiento 14 de infantería blindada de la vecina localidad de Toledo, tras una pesquisa interna en el ejército que permitió obtener datos del lugar donde supuestamente se encontrarían los restos de María Claudia.
Además, el magistrado ordenó el cierre de fronteras para siete militares y un ex policía sindicados como los principales responsables del secuestro, el traslado ilegal a Uruguay desde Argentina de la nuera de Gelman y su posterior asesinato. La disposición se puso en práctica para los militares Jorge Silveira, Antonio Rodríguez Buratti, José Nino Gavazzo, Ricardo Arab, Gilberto Vázquez, Ernesto Rama, Manuel Cordero (residente en Brasil) y para el policía retirado Ricardo Medina.
María Claudia fue secuestrada por militares argentinos en agosto de 1976 en Buenos Aires, junto con su esposo, Marcelo Gelman. El cuerpo de Gelman fue encontrado poco después cerca de Buenos Aires y enterrado como NN, mientras que su compañera estuvo recluida en el centro de torturas Orletti. En octubre de 1976 fue trasladada a Montevideo, donde fue asesinada luego de dar a luz, en noviembre de 1976. La niña, Macarena Gelman, creció sin conocer su verdadera identidad y fue localizada por su abuelo cuando tenía 23 años de edad.

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