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El país|Sábado, 3 de diciembre de 2005

Un proceso en Tucumán

Lioni Susana Auad, detenida en Tucumán y acusada por organismos de derechos humanos como partícipe en secuestros y torturas en el Centro Clandestino Arsenal Azcuénaga, comenzó a declarar ayer frente al juez de Tucumán Jorge Parache. “Muchos liberados la nombraban como una detenida con privilegios. Participó en las tareas de inteligencia e integró los grupos de tareas”, había dicho la abogada de familiares de desaparecidos, Laura Figueroa, que impulsa la querella. “Declaró que la detuvieron en un operativo en un departamento donde vivía ella con otros tres estudiantes. Era militante del ERP. El calvario de ella empieza cuando el ERP le pide un Citroën, que no le devuelven más y el Ejército la busca por ese auto”, planteó a Página/12 el abogado defensor de Auad, Daniel Villagra Vicente. Durante toda la semana se leyó la acusación a Auad por pedido de su primer defensor, Ezequiel Avila Gallo, que es hijo del ex diputado que introdujo al represor Antonio Bussi en la política. En medio del proceso, Auad cambió a este abogado por Villagra, que es un ex preso político de la dictadura y ex militante de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre. “Es una casualidad que la haya defendido Avila Gallo. Salieron a buscar un chapista y lo encontraron a él”, sostuvo Villagra. “El día que quede demostrado que esta chica fue integrante del grupo de tareas, en el acto renuncio. Pero primero me lo van a tener que demostrar”, dijo. “Atrás de esto hay un operativo de los aparatos de seguridad de la dictadura, que utilizan este tipo de cosas para crear cortinas de humo”, aseguró. La declaración quedó inconclusa, cuando se pasó a un cuarto intermedio hasta lunes.

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