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El país|Jueves, 8 de diciembre de 2005
SORPRESIVAMENTE, RAFAEL BIELSA TAMBIEN RENUNCIO ANTES DE ASUMIR LA EMBAJADA EN FRANCIA

“Vaivenes de un hombre que se cuestiona”

El ex canciller tomó la decisión consultándolo con su familia y conmocionado por la respuesta pública a su anterior renuncia a la banca para asumir la legación diplomática. Tras una reunión con Alberto Fernández, anunció su decisión. Le dejó una carta a Kirchner, a quien ayer no pudo ver. Podría asumir el miércoles que viene.

Por Martín Piqué
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El ex canciller y ahora ex embajador Rafael Bielsa no pudo ocultar el momento de tensión que atravesó en la jornada de ayer.
“Los vaivenes son propios de un individuo que se cuestiona moralmente.” Con argumentos poco habituales en un dirigente político, matizados con una catarata de metáforas, el ex canciller Rafael Bielsa sorprendió a todos con su segunda renuncia en 24 horas. Ayer, tras visitar al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y dejarle al Presidente una carta de puño y letra, Bielsa anunció que había rechazado la embajada argentina en París. “No estoy en condiciones de asumir. La ciudadanía privilegia la palabra pública por sobre las necesidades de la gestión”, explicó. El martes, también en la Casa Rosada, había dado una conferencia de prensa con el jefe de Gabinete para anunciar su renuncia a la banca de diputado nacional y su desembarco como embajador en Francia. “Fue una de las decisiones más difíciles de mi vida”, dijo aquella tarde. Ayer se le notó.
El día de Bielsa comenzó muy temprano. Casi todas las radios porteñas llamaron a su casa para preguntarle por su renuncia a la banca de diputado y su designación en Francia. Con el antecedente tan cercano de Eduardo Lorenzo “Borocotó”, los conductores le preguntaban por la credibilidad de la política y la sensación de “estafa” que podrían vivir los votantes. Bielsa se ocupó de contestar todos los llamados hasta el mediodía. Después se tomó un descanso, pero su ánimo comenzó a cambiar cuando comprobó el tono de la mayoría de los llamados, tanto de conductores cuanto de oyentes.
Mientras en la Cancillería leían con inquietud las desgrabaciones de los reportajes, Bielsa volvía a conversar del tema con su esposa, Andrea de Arza. A las cuatro y media, el ex canciller comenzó a definir su nueva decisión. Cuando la tomó, hizo algunos llamados telefónicos. La primera comunicación fue al jefe de Gabinete, quien en ese momento se hallaba en la quinta de Olivos, con el Presidente. Después llamó a un allegado leal:
–No tolero el rechazo de la sociedad –concluyó, tras un prolongado monólogo.
No hizo falta explicar mucho más.
Enseguida pidió que le prepararan una conferencia de prensa con un grupo de periodistas en el Hotel Sheraton Park & Tower.
Bielsa se fue a la Rosada y se encontró con Fernández. Le había dado una reunión de urgencia. “El jefe de Gabinete entendió mis razones, aunque no las comparte”, contó luego el propio Bielsa. No pudo entrevistarse con Kirchner; a pesar de eso, le dejó la carta. El ex ministro se fue caminando hasta Retiro. Esta vez no hubo conferencia de prensa conjunta con Fernández. La novedad no agradó demasiado al jefe de Gabinete, tampoco a Kirchner.
La rueda de prensa fue seguida minuciosamente por el canciller Jorge Taiana, quien se encuentra en Montevideo. Si bien las declaraciones matutinas de Bielsa hacían suponer un desenlace poco común, el actual canciller conoció la novedad a través de la televisión.
El descontento oficial quedó a la vista unas horas después, cuando el Gobierno hizo trascender opiniones de “altas fuentes” que contradecían parte de lo dicho por Bielsa. El ex canciller siempre sostuvo –y ayer volvió a insistir con lo mismo– que la embajada en París le había sido ofrecida por el propio Kirchner en la jura de los nuevos ministros del gabinete. Aquella ceremonia se produjo el jueves de la semana pasada. La versión que dio a conocer el Gobierno fue que Bielsa había pedido hace dos semanas por el destino parisino.
En la conferencia de prensa, Bielsa sólo estuvo acompañado por un amigo y su esposa, quien no podía ocultar sus nervios. “Hay veces en que el deber está en un lugar y la obligación está en otro lado. El deber estaba en Francia, pero la obligación era respetar lo que quiere la ciudadanía. Es posible que la sociedad reclame credibilidad por encima de la gestión. Yo sigo creyendo que la mejor manera de darle un servicio al país era la embajada, pero he escuchado la reacción colectiva y hay cosas que no se pueden permitir”, argumentó el ex canciller. Visiblemente nervioso, usó varias veces la palabra “debate moral” y dijo no sentirse “en condiciones” para asumir la representación diplomática en París.
“Este es un escenario en el cual estamos ante un debate moral. Yo vengo de una larga marcha. Me ofrecieron una honra inmerecida, que es ser embajador en Francia. Pero no estoy en condiciones de asumir, frente a la demanda de la credibilidad pública”, afirmó. En el medio de su exposición, Bielsa subrayó que se considera parte de un “proyecto colectivo” y elogió al Gobierno. “Adhiero a la gesta política del presidente Kirchner. No perdí la más mínima convicción de que este gobierno le hace bien al país”, dijo. Fue una forma de contestar ante las preguntas –hubo varias que apuntaban en ese rumbo– que tomaron su decisión como un primer paso para dejar el kirchnerismo y lanzarse a la oposición.
Rodeado de cámaras, micrófonos y cronistas, Bielsa contestó todas las preguntas que le hicieron. En el vendaval, dejó algunas frases para el recuerdo. “Los problemas morales no tienen una lógica sismográfica. Son como un electrocardiograma. Peor es la paz de los cementerios”, dijo. Quería explicar su cambio de posición en sólo 24 horas. “Si el precio de eso es el perjuicio a una eventual carrera política, es un precio muy bajo”, agregó. Luego bajó a la planta baja del hotel y siguió dando notas en el lobby. Los camarógrafos y cronistas lo seguían a todos lados. También su mujer. No se veía a ningún funcionario.
El Gobierno no parecía muy dispuesto a acompañarlo en ese momento. Quedó claro cuando comenzaron a conocerse las declaraciones de Miguel Picchetto, Luis D’Elía y Florencio Randazzo, todos kirchneristas. Lo criticaron con el argumento del “individualismo”. La única buena noticia para Bielsa fue la confirmación del jefe del bloque kirchnerista en Diputados, Agustín Rossi, quien dijo que el ex canciller podrá jurar la semana que viene.

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