Imprimir|Regresar a la nota
El país|Lunes, 12 de diciembre de 2005
FERNANDO ESPINOZA, FLAMANTE INTENDENTE

“Hoy, La Matanza es la capital de la desigualdad”

Hasta ayer un concejal poco conocido, Fernando Espinoza asumió como intendente de La Matanza en reemplazo de Alberto Balestrini. Con un presupuesto de 300 millones de pesos, Espinoza asegura que su distrito, el más populoso del conurbano, es la capital de la desigualdad.

Por Miguel Jorquera
/fotos/20051212/notas/NA08FO01.JPG
Las paredes y avenidas del municipio están llenas de pintadas y pasacalles que le dan la bienvenida y le auguran una buena gestión. El hasta ahora ignoto concejal Fernando Espinoza juró ayer por la tarde en la catedral de San Justo –“porque soy devoto de la virgen del Buen Viaje”– como el nuevo intendente de La Matanza, un distrito con más de dos millones de habitantes al que bonaerenses y matanceros llaman “la quinta provincia”. Asumirá en reemplazo de Alberto Balestrini (que ya preside la Cámara de Diputados) con quien trabaja políticamente desde hace más de 20 años. Antes de su jura le dijo a Página/12 que su principal objetivo, en estos dos años que ocupará la jefatura comunal, será “recuperar” la coparticipación provincial que “nos quitó De la Rúa cuando en 2001 sólo censó a la mitad de los matanceros”. Con un presupuesto municipal de 300 millones, Espinoza afirma que su comuna es “la capital de la desigualdad” porque tiene para gastar anualmente apenas 150 pesos por habitante, 16 veces menos que la Capital, un cuarto que La Plata y menos de un tercio que sus vecinos de Morón. Aunque reconoce que la Nación invirtió en este año electoral 800 millones en obras públicas para La Matanza.
Hijo de peronistas de Villa Luzuriaga, Espinoza comenzó tempranamente su militancia política en el PJ. Era secretario de la JP matancera cuando se ligó a Balestrini y desde entonces lo acompañó en todos los cargos que ocupó. Aunque quienes los conocen, amigos y detractores, afirman que fue uno de los artífices del triunfo electoral del ahora titular de la Cámara de Diputados por su trabajo como puntero en las 177 villas y asentamientos del municipio, en los que viven más de 400 mil personas. Con apenas 40 años, el nuevo intendente afirma que representa una nueva generación de políticos porque “el que se vayan todos se dio en Matanza en el ’99, cuando derrotamos al menemismo de (Alberto) Pierri y la Alianza de Pinky”.
–¿El respaldo a Balestrini en las urnas también se traslada a usted?
–Venimos ya de tres elecciones seguidas en las que mayoritariamente el pueblo nos apoya y nos acompaña. Nosotros acá somos un equipo de militantes que viene trabajando hace mucho al lado de Balestrini. Así que siento el respaldo de la gente y el de mis compañeros.
–¿Entonces será la continuidad de Balestrini?
–Va a ser la continuidad del gobierno de este gran intendente que fue Balestrini. Creo que va a pasar a la historia, junto a Federico Russo (el fallecido referente de la ortodoxia pejotista local), como los dos grandes intendentes peronistas que tuvo La Matanza.
–Quienes conocen su militancia afirman que usted fue el hombre clave de Balestrini por su trabajo en las barriadas más pobres del distrito.
–Trabajamos allí desde las épocas de la JP. Después que le ganamos a Pierri, fuimos un conjunto de jóvenes que llegamos a ser concejales, Balestrini intendente y consolidamos un trabajo político. En La Matanza, el que se vayan todos, que en Argentina fue el 19 y 20 de diciembre de 2001, nosotros lo hicimos en el ’99, contra Pierri y contra Pinky. Les ganamos a los dos y empezó esa nueva dirigencia que venía desde abajo y que pedía la gente.
–Pero muchos de esos dirigentes, tanto del PJ como del Frepaso, ahora también están en la gestión nacional y municipal.
–Es que tiene que ver con eso: con la buena y no tan buena gente. El “que se vayan todos” tiene que ver con que el pueblo argentino le dijo basta a una dirigencia ya caduca y a su metodología corrupta.
–Incluso dentro del peronismo.
–Sí, por supuesto. Precisamente, en la década del ’90 el menemismo le produjo grandes daños al país. La Matanza era un ghetto de la corrupción. Ahora la plata que se iba en los bolsillos de cincuenta vivos va a la gente.
–¿Está seguro de que no quedó ninguno de ellos en el municipio?
–Se lo puede preguntar a cualquiera de los electores matanceros. Es un tema que cuidamos mucho porque corrupción en La Matanza significa no sólo la pérdida de calidad de vida sino la muerte de mucha gente.
–¿Cómo es hacer una buena gestión en un municipio donde el 60 por ciento de su población no tiene cloacas y la mitad no tiene agua potable?
–Es muy difícil. La Matanza es la capital de la desigualdad. Nosotros tenemos dos millones de habitantes y los recursos de una biblioteca popular. La ciudad de Buenos Aires tiene para gastar por año 2700 pesos por habitante, Morón 500 pesos, La Plata 600, y el intendente de La Matanza tiene para gastar 150 pesos por habitante al año.
–¿Por qué todos los matanceros, casi sin distinción política, opinan que el censo de 2001 perjudicó notoriamente al distrito?
–El censo de 2001 nos mató. Si De la Rúa le pudo haber hecho algo peor a La Matanza, además de todas las macanas que hizo, fue el censo, que hasta las dictaduras militares hicieron bien. No censaron más de 177 villas y asentamientos ni las zonas rurales. Nos sacó la mitad de los habitantes.
–¿Cuántos habitantes reales creen ustedes que tiene?
–El censo marcó 1.224.000 y nosotros creemos que llegan a 2 ó 2,2 millones de habitantes. Es decir que hoy la coparticipación provincial nuestra es de 6,7 puntos y deberíamos tener 12 puntos. En recursos, esto significa 120 millones más por año, sobre un presupuesto de 300 millones en un municipio que tiene el 58 por ciento de su población en la pobreza y el 28 por debajo de la línea de indigencia.
–El gobierno nacional invirtió este año bastante en obras públicas para La Matanza. ¿Cuánto dinero fue?
–Después de Perón, Kirchner fue el primer presidente que trae obras grandes a La Matanza. En obras proyectadas y en marcha, el gobierno nacional puso 800 millones de pesos, casi tres presupuestos municipales. Obras que hace más de 20 años que reclamábamos: el ensanche de la ruta 3 desde González Catán, cloacas para 400 mil habitantes, la primera etapa de agua potable para 300 mil personas, además vamos a construir 5000 viviendas.
–¿Pero esto tampoco revierte la situación de La Matanza?
–Para revertirla necesitamos esos 120 millones que perdemos año a año y mejorar la situación sanitaria de la población. El municipio invierte en salud el 30 por ciento de su presupuesto porque no tenemos el aporte que tendría que hacer la provincia: 52 millones sólo en salud, más los 120 millones de coparticipación, para igualar la situación de otros municipios. Tenemos 44 salas de salud, ocho unidades sanitarias y cuatro hospitales municipales.
–¿Con qué cantidad de camas?
–Unas 400 camas para dos millones de habitantes no son nada. Tendríamos que tener al menos unas 2000 camas.
–Por los datos estadísticos que ustedes manejan, uno de los problemas más graves a resolver es la generación de trabajo.
–Pasamos de tener 4000 a 4900 industrias. Estamos finalizando el parque industrial en Virrey del Pino, un predio privado de 220 hectáreas, con capacidad para 400 industrias que generarán diez mil nuevos puestos de trabajo. Unos 400 talleres, muchos de ellos de calzado, están exportando.
–Sin embargo, en La Matanza las organizaciones de desocupados son numerosas. Aquí empezaron los piquetes en las rutas bonaerenses.
–Es cierto, aquí es muy fuerte la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y la Federación de Tierras y Viviendas (FTV). Con ellas estamos trabajando en el Plan Manos a la Obra con el que 1500 obreros organizados en 99 cooperativas de trabajo le van a dar agua potable a 44 barrios y en la autogestión de unas 500 viviendas. Trabajamos con todas las organizaciones sociales, los empresarios, la CGT y las 62 Organizaciones Peronistas.
–¿Cómo es su relación política con los dirigentes piqueteros Juan Carlos Alderete (CCC) y Luis D’Elía (FTV)?
–Es buena. A D’Elía lo conozco desde que ambos éramos concejales.
–Existen distintos proyectos en danza para dividir el municipio. ¿Usted es partidario de implementar alguno de ellos?
–No. A aquellos que se acuerdan de ese tema sólo en la campaña electoral, como hizo Chiche Duhalde, les contesto que hagamos un plebiscito en La Matanza a ver qué le responde la gente. Quizás haya que hacerla una provincia para que tenga los recursos que tendría que tener, si realmente logramos revertir este país unitario del que tenemos la culpa por haber perdido en la batalla de Caseros. Voy a descentralizar el municipio y terminar un trabajo que empezó Balestrini de crear seis minimunicipios.
–Pero no tendrían ningún tipo de autonomía, es sólo administrativo.
–Trabajamos pensando en una Matanza a cinco años para acercar el municipio a la gente y junto a las fuerzas vivas de cada ciudad decidir cuáles son las prioridades de gobierno. Así avanzaremos hacia un presupuesto participativo y en fortalecer la democracia comunal. Algo parecido a lo que hizo (Hermes) Binner, un excelente intendente que logró engrandecer Rosario, aunque él tenía un presupuesto de mil millones de pesos.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.