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El país|Miércoles, 1 de febrero de 2006
UN CORTE EN LA RUTA 2 COMPLICO EL RECAMBIO Y TERMINO CON DOS POLICIAS ECHADOS

Mamá, ¿cuánto falta para que lleguemos?

Ex empleados de la ex Gándara cortaron la Ruta 2 en reclamo de salarios y reincorporaciones. Provocaron un congestionamiento de seis kilómetros de largo en el recambio de mes. Luego fueron reprimidos por la policía. El ministro de Seguridad, León Arslanian, despidió a los dos jefes de la Bonaerense que no impidieron la protesta.

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Los ex trabajadores de la ex Gándara reclamaron por 203 despidos y los salarios adeudados de los últimos meses.

Dos jefes de la Policía Bonaerense deberán colgar el uniforme, tras un corte de trabajadores lácteos en la Ruta 2, cerca de Chascomús, que provocó ayer un congestionamiento de seis kilómetros de largo, plagados de veraneantes furiosos por el recambio de fin de mes. Tras comprobar que la policía permitió el corte, el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, resolvió remover a los dos responsables del operativo. La incertidumbre de los ex empleados de la ex Gándara –adquirida por Parmalat, del empresario Sergio Tasselli– cuajó en el corte para reclamar por los 203 despidos y por los salarios adeudados. Los trabajadores fueron reprimidos por 200 policías bonaerenses, con apoyo de helicópteros y de la montada. “No se puede reprimir así a los trabajadores”, se quejó Ricardo Pecotche, dirigente del gremio de los lácteos

La Ruta 2 concentra a los que van y vuelven de Capital a Mar del Plata y a casi toda la costa atlántica. Por el cambio de mes, la policía calculaba que el tránsito por la zona era –en la hora pico– de 40 autos por minuto. Bajo un calor agobiante, los coches y micros se movían como el queso derretido. Cruzaban en fila india por el único carril habilitado o se adentraban por los caminos de ripio levantando polvo a más no poder. Con la sombrilla inútilmente guardada en el baúl, otros se desvivían a bocinazos. Se formó una cola de seis kilómetros. “Le pido que nos disculpen, la idea no es perjudicarlos. Nosotros también quisiéramos estar veraneando”, le decía con buena leche un quesero a un conductor.

“Le pedimos al Gobierno que intervenga, porque hace cuatro meses que no cobramos los salarios”, aseguró Pecotche, que es secretario gremial de la regional Chascomús de la Asociación de Trabajo de la Industria de la Leche de la República Argentina (Atilra). Al final de la jornada, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria por 15 días.

A la distancia, una columna de humo negro indicaba la zona del corte, en el kilómetro 103 de la Ruta 2. Hartos tras cinco meses sin respuesta, los empleados discutieron en una asamblea en la fábrica de Chascomús y decidieron el corte de ruta. “La empresa nos dejó sin teléfono, sin enfermería y sin comedor”, contó un gremialista, ya ante las cámaras. También explicó que el pueblo, que le prestó su nombre a una marca de dulce de leche, depende casi enteramente de la fábrica en la que peligran unos 200 puestos de trabajo.

Con remeras y gorros con visera amarillos, banderas argentinas y de Gándara, cientos de trabajadores de las fábricas de Pilar, Trenque Lauquen, Carapachay y Chascomús avanzaron hacia la ruta, que mantuvieron bloqueada entre las 9.30 y las 12.30. Quemaron neumáticos, que desplegaron una espesa columna de humo, y arrojaron cientos de volantes. “La fábrica desde diciembre de 2004 ha sufrido un continuo vaciamiento de materia prima”, denunció Pecotche.

Leche cortada

Frente a los trabajadores, se habían concentrado 150 policías y 277 bomberos que tenían la orden de impedir ese corte. Estaban a cargo del inspector Enzo Ienna, jefe distrital de Chascomús. Cerca de Arslanian, comentaron a Página/12 que “el ministro le ordenó permitir la manifestación, pero evitar el corte total del tránsito”. Ienna, en cambio, permitió el corte, por lo que el ministerio le ordenó al jefe departamental de Dolores, Rubén Vila, que se trasladase a Chascomús a destrabar la situación. Sin embargo, Vila –en la gobernación bonaerense lo comparaban al recordado general Alais– no llegó nunca. Al caer la tarde, Arslanian separó a Ienna y a Vila de sus cargos por “inacción” y “desobedecer órdenes”.

Cerca del ministro, estimaban que Ienna podía haberse inhibido con la llegada de la intendenta de Chascomús, Liliana Denot, que fue a la ruta a negociar con los trabajadores y terminó apoyándolos. “No son ni delincuentes ni activistas, son trabajadores que no querían hacer esto, pero como no cobran su sueldo tienen que hacer algo para que los escuchen”, los defendió, sin despeinarse ni sacarse los anteojos oscuros.

Con el pasar de las horas, desembarcó en helicóptero desde La Plata el superintendente de Policía, Daniel Rago. Allí hubo un primer intento de desalojo. La policía lanzó gases y avanzó empujando con los palos para dispersar a los trabajadores. Uno de ellos se desmayó y otro terminó con un corte en la cabeza. Al mediodía, luego de que se enteraron que Tasselli estaba reunido con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, accedieron a liberar la ruta, que comenzó lentamente a descongestionarse. Un grupo, que llegó en micros del sindicato y que respondería al secretario general Héctor Ponce, se negó a liberar el camino y fue nuevamente reprimido.

Mientras se destrababa la situación en la ruta, Tomada mantuvo una reunión con el polémico empresario Tasselli (ver aparte). “Vaya y cumpla con sus obligaciones”, le recomendó el ministro. La empresa se había comprometido a hacer efectivo el pago de sueldos atrasados de noviembre, diciembre, enero y el aguinaldo. “Estamos interviniendo en ese tema y tratando de encontrar soluciones a esa pérdida de trabajo que podría venir de este conflicto. Estamos participando activamente”, afirmó Tomada.

A raíz del corte de ruta, el encuentro en el ministerio continuó con el apoderado de Tasselli, Horacio Joulia, que discutió con los dirigentes del sindicato de lácteos. Pasadas las ocho de la noche, el ministerio dictó la conciliación obligatoria, que retrotrae toda la situación al comienzo (despidos incluidos) y permite abrir las negociaciones por 15 días. Para empezar, convocó a una reunión para el próximo jueves. Para entonces, la gente estará de vuelta en sus casas o disfrutando en los centros de veraneo y se habrá olvidado de la cuestión.

Informe: Werner Pertot.

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