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El país|Martes, 14 de febrero de 2006
UN PROCESO INICIADO HACE 1 AÑO

Claves del cambio

Por Maximiliano Montenegro

Con los anuncios sobre los “nuevos” planes sociales, el Gobierno termina de blanquear un proyecto que ya venía desplegando silenciosamente. La idea es desactivar el Plan Jefes de Hogar diferenciando claramente dos situaciones: por un lado, la de aquellas mujeres desocupadas, a cargo de hijos, que en el corto plazo no tienen ninguna chance de reinsertarse o ingresar en el mercado laboral. Por el otro, la de aquellos jóvenes desocupados que requieren capacitación, aprendizaje específico, para conseguir empleo.

Las mujeres jefas, cabezas de familias numerosas, seguirán teniendo la posibilidad de anotarse en el Plan Familias, con el beneficio de que recibirán además de los 150 pesos mensuales, 25 pesos extra por hijo, con lo cual el subsidio mensual podría legar a 275 pesos (6 hijos).

El proceso de traspasos del Plan Jefes al Familias ya se inició el año pasado y funcionó correctamente. Los beneficiarios del Plan Jefes de Hogar se han reducido desde los 2,2 millones originales a 1,4 millón actuales. Según el Ministerio de Trabajo, en los últimos dos años y medios, 400 mil jefes de hogar consiguieron conchabo. Pero la caída en el número de beneficiarios, sin protestas ni traumas, se explica en parte al traspaso a planes como el Familias. El concepto aquí es que el Estado debe asumir la protección de estas mujeres, otorgando un subsidio, sin eufemismos, escapando a la ficción de la “contraprestación laboral” por 150 pesos. A una mujer sola, desocupada, con tres o cinco niños sólo se le puede exigir que sus hijos concurran a la escuela y a revisaciones periódicas en los centros de salud. Por eso este plan está bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Social.

Los últimos estudios sobre el Plan Jefes mostraban que 7 de cada 10 beneficiarios eran mujeres.

Muy distinto es el caso del “Seguro de capacitación y empleo”: la prioridad aquí será una rápida reinserción laboral. Estará orientado a jóvenes (la mitad de los jefes de hogar son menores de 25 años) que son marginados del mercado de trabajo por la falta de capacitación. La asignación mensual será de 225 pesos y recibirán “apoyo a la búsqueda de empleo”, “formación y entrenamiento”, ayuda para completar “estudios primarios y secundarios”, etc. El plazo máximo de permanencia será 2 años. El presidente Kirchner se preocupó por aclarar ayer que la desvinculación del Plan Jefes de Hogar será optativa, para no azuzar los ánimos de algunas organizaciones piqueteras.

Sin embargo, cualquiera de las dos ofertas es más conveniente que el Plan Jefes. Además, el Gobierno blanquea así una módica suba en el valor de los planes sociales, esquivando los reproches de la clase media cada vez que se habla de aumentos a los jefes de hogar desocupados. Obviamente, una jefa de familia debe hacer malabares para mantener a 6 hijos con 275 pesos, pero se supone que hoy los hace con 150.

El Plan Jefes de Hogar cumplió una etapa. Pese a las críticas de la derecha boba, contribuyó en el peor momento de la crisis a atenuar el incendio social. Pero en el medio se tiñó de denuncias de clientelismo político y de corrupción. Hace tiempo que perdió sentido: ¿de qué sirven 150 pesos –menos de la mitad de la línea de indigencia– a cambio de barrer verdades? Llevará tiempo desactivarlo definitivamente, y dependerá, en buena medida, de que la economía siga viento en popa.

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