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“Un gran gesto”, había definido el presidente Néstor Kirchner luego de la ceremonia de asunción la decisión de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, de estrenar su avión presidencial viajando a Buenos Aires. Bachelet concretará ese gesto mañana a partir de las 16 cuando aterrice en Ezeiza para una visita de Estado de un día, que seguramente le alcanzará para mostrar su sintonía con Kirchner y su esposa, la senadora Cristina Fernández, con quienes mantiene una relación personal desde antes de ser candidata. Con el conflicto del gas en baja en la agenda bilateral, en su primer encuentro oficial Kirchner y Bachelet van a preferir resaltar sus coincidencias y reafirmarán el carácter “estratégico” con el que ya han calificado el vínculo entre ambos gobiernos.
En una de las pocas definiciones que dio acerca de lo que será su política exterior, Bachelet anunció el interés de Chile en mejorar las relaciones con los países vecinos. Esa definición abarca los casos más problemáticos de Bolivia y Perú –con los que Chile arrastra viejos conflictos– pero también Argentina, Uruguay y Brasil, países un poco olvidados en las preferencias trasandinas.
En la diplomacia chilena consideran que su apertura hacia el mundo ya llegó a un techo. Tienen firmados tratados de libre comercio con Estados Unidos, China, India y México, entre otros, por lo que consideran que ahora la mira debe centrarse en la integración regional y la costa del Atlántico. Y esa estrategia resulta evidente en los primeros pasos de Bachelet. Pese a que prometió una gestión activa y eficaz en lo interno, con pocos viajes al exterior, de inmediato confirmó su visita a Argentina, que tendrá un breve epílogo en Brasil y Uruguay.
Bachelet se reunirá con Kirchner en la Casa Rosada mañana a las 18. Es probable que el tema del gas, que dañó el vínculo entre ambos países el año pasado, ni siquiera se converse. Chile ya diversificó sus compras de combustible y comprendió que la potencialidad exportadora de la Argentina es frágil. Por eso, preferirán firmar acuerdos que apuntan a aumentar la “conectividad” entre ambos países. Habrá allí obras de infraestructura, de desarrollo energético y mejoras en el equilibrio en la relación comercial. Por la noche, habrá una cena de honor en el Palacio San Martín.
El miércoles, Bachelet, socialista, tiene previsto realizar un acto que tenga que la conecte con la realidad social del país. No está confirmado, pero una de las posibilidades era participar de una entrega de viviendas en José C. Paz junto al Presidente y la senadora Cristina Kirchner.
Con tan poco tiempo por delante, 25 horas para ser exactos, la agenda de Bachelet no presenta claros. Se reunirá con los gobernadores de las provincias limítrofes, dará un discurso en el Congreso ante la Asamblea Legislativa y se verá con el presidente de la Corte, Enrique Petracchi.
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