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El país|Lunes, 20 de marzo de 2006
LUEGO DE LA RENUNCIA, ACEVEDO SE REFUGIO EN SU PUEBLO

Ex gobernador en su laberinto

Se aloja en la casa de su hermano, en Pico Truncado. Desde que renunció, mantuvo el bajo perfil y no habla con la prensa.Hebe de Bonafini denunció “torturas” a los presos de Las Heras.

Por Martín Piqué
Desde Pico Truncado, Santa Cruz
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El ex gobernador Sergio Acevedo asegura que volverá a la abogacía y a la docencia.

–¿Qué hay para hacer un domingo a la tarde? –preguntó el visitante.

–Y... a dos cuadras tenés el bar de la estación de servicio –respondió la conserje del Truncado Patagonia Hotel.

Página/12 fue testigo del breve diálogo que puede servir de indicativo del nivel de actividad de la ciudad. Era un mediodía gris, por la mañana había llovido, y en la calle no se veía a nadie. El silencio parecía un anticipo de la siesta del domingo. El viento –el sábado hubo corrientes de 96 kilómetros por hora– tampoco impulsaba a salir. En esta localidad, conocida por ser “la capital austral del folklore”, se refugió el ex gobernador Sergio Acevedo luego de su renuncia. Aquí es muy conocido.

En el ’83 fue el hijo pródigo de la localidad, cuando fue electo por primera vez intendente y se convirtió en el jefe comunal más joven. Tenía 27 años y ya era uno de los líderes, con el hoy diputado Eduardo Arnold, de una agrupación del Movimiento de Renovación Peronista (MRP). Acevedo volvió a ser intendente en el ’91 y en el ’99 saltó a la gobernación: Néstor Kirchner, con quien había superado la competencia de los primeros tiempos, le ofreció ser su compañero de fórmula. Siete años después, esa relación se quebró. Y Acevedo volvió a la ciudad que lo vio nacer.

Sus allegados anticiparon que se dedicará a la abogacía y retomará la docencia en el Colegio Salesiano. Sobre otros temas prefiere no hablar. “La orden es mantener el silencio”, dijo a Página/12 uno de sus colaboradores. Es que Acevedo busca un bajo perfil absoluto. Desde que regresó de Río Gallegos, evitó instalarse en los lugares previsibles. Uno es la casa de su ex suegra, y otro una casa de madera prefabricada en la que vivió algunos años y ahora está alquilada. Para sortear las guardias periodísticas, se instaló en la vivienda de su hermano, Claudio. Mientras se resguarda en la intimidad, una pregunta recorre Pico Truncado: ¿quiere Acevedo permanecer como un actor influyente de la política santacruceña, o directamente se despidió de la actividad?

Las respuestas son diferentes según de dónde provengan. “Acá en Pico Truncado es muy querido. No se olvide que fue dos veces intendente y que siendo gobernador trajo la cementera. Y ojo: si se junta con los radicales de Río Gallegos y con los socialistas en Caleta Olivia, que le ganaron al Frente para la Victoria, se puede armar un lindo frente de oposición”, analizó un vecino, que es funcionario provincial. Desde el kirchnerismo de Río Gallegos la mirada es muy distinta. “No va a poder hacer política. Cometió muchos errores. Ahora tendrá que cargar con la renuncia. Se equivocó en no recurrir a la militancia para enfrentar lo que pasó en Las Heras. Su gobierno terminó siendo de técnicos”, opinó en una charla con este diario un importante miembro del Gobierno nacional. Pero las diferencias no sólo aparecen entre los dirigentes.

En una recorrida por la ciudad, Página/12 comprobó que el nombre de Acevedo genera reacciones opuestas. “Acá ya no lo queremos. Antes sí, pero ahora se mandó muchas cagadas”, dijo el propietario del maxiquiosco Pirulín, uno de los pocos comercios que abre los domingos a la mañana. “Acevedo es querido. Lo que pasa es que no tenía el poder. Todo se lo manejaba el Lupo (por Kirchner). Si hasta le puso a Wilfredo Roque como jefe de la policía provincial”, dijo un remisero que llevó a este cronista hasta el Hotel Crisan, porque allí “sirven un buen desayuno”.

El mencionado Roque es el jefe de la SIDE en Río Gallegos. Al mismo tiempo encabeza la policía provincial. Fue él quien presentó una denuncia de oficio ante la Justicia por apremios ilegales a los primeros cinco detenidos por el crimen de Jorge Sayago. La denuncia fue recibida por la jueza Graciela Ruata de Leone el 27 de febrero. Ayer, la jueza subrayó que todas las causas que se encuentran bajo investigación “serán decididas con la debida garantía a los derechos humanos de todos los damnificados”. Aunque, por esos mismos casos, Hebe de Bonafini denunció ayer “torturas” y “detenciones que habrían sido pagadas por las empresas petroleras”. Tras visitar a varios presos que están detenidos en Caleta Olivia, Bonafini regresó ayer a Buenos Aires.

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