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El país|Martes, 4 de abril de 2006
SE AGUDIZA EL CONFLICTO EN EL GREMIO DE CAMIONEROS

Habrá lío, pero no paro general

El trabajo “a reglamento” de los camioneros se suma al de otros sindicatos en plan de lucha, en reclamo de aumento de salarios. Sin embargo, el Confederal de la CGT no convocará a un paro.

Por Diego Schurman
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Pablo Moyano y Mariano Silva, protesorero y secretario adjunto del gremio de camioneros.

A pesar del cúmulo de conflictos gremiales, que se han multiplicado en la última semana y ayer especialmente en el gremio de camioneros, la CGT no llamará a un paro general contra las políticas de Néstor Kirchner. La falta de plafond para enfrentar al Gobierno quedará en evidencia el próximo jueves, cuando el Comité Central Confederal, una suerte de “Parlamento de los trabajadores”, desista de realizar una protesta de semejante tenor.

Es sabida la buena relación de Hugo Moyano con el Presidente. A tal punto que no ha temido blanquear, en más de una oportunidad, su convicción de que el mandatario debe ser reelecto en 2007. Pero el nivel de conflictividad de su gremio, que hoy comenzará a trabajar “a reglamento” en el sector de recolección de residuos de todo el país, excepto en Capital y Gran Buenos Aires, puso el alerta roja en algunos despachos oficiales.

A los recolectores se sumarán los choferes del sector de aguas y gaseosas, los conductores de expresos larga distancia y los dependientes del Ceamse de La Plata. En este caso, la alteración del ritmo, para cumplir el trabajo a reglamento, se traducirá en un desabastecimiento de bebidas en bocas de expendio, como almacenes y supermercados.

La medida tiene un innegable “efecto vidriera”. No es la primera vez que la gente deberá convivir con la basura en la calle ni tampoco con la falta de –por ejemplo– gaseosas en los almacenes. Pero ambas dificultades nunca se habían dado en forma simultánea.

Pablo Moyano, hijo del jefe cegetista y protesorero del gremio de camioneros, dejó abierta, incluso, la posibilidad de endurecer la posición a partir del próximo lunes. En este punto, en la Casa Rosada sospechan que se trata de la añeja estrategia vandorista de “pegar para negociar”.

Desde las mismas usinas sindicales separan la paja del trigo. “Una cosa es la actitud de la CGT en su conjunto respecto del Gobierno y otra, la disputa salarial de los diferentes gremios con las empresas”, señalaron. Además de los camioneros, que reclaman en paritarias un 28 por ciento de aumento, hay otros sindicatos en plena disputa.

Uno de ellos es el de la alimentación. Su titular, el ex secretario general de la CGT Rodolfo Daer, convocó para hoy a una marcha al Obelisco. También reclaman gremios afines al Ejecutivo, como el de los porteros de Víctor Santa María –delfín del jefe de Gabinete, Alberto Fernández–, que pugna por una mejora del 40 por ciento. A este grupo se suman bancarios, petroleros y aeronáuticos, quienes ayer tuvieron un contacto informal con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, para buscar una llave que destrabe el prolongado conflicto de los trabajadores de Aerolíneas Argentinas.

El funcionario laboral también tiene en carpeta convocar a gremios y empresarios para definir un aumento del salario mínimo, vital y móvil, probablemente del orden de los 100 pesos. Tal como anticipó ayer Página/12, Trabajo ya pidió a las partes que definieran sus representantes y sólo resta que se fije la fecha del encuentro.

En ese contexto, y más allá de las tensiones propias que generan la paritarias –que, dicho de paso, les sirven a los caciques gremiales para descomprimir cierta tensión con las bases– y la inquina de Luis Barrionuevo y los denominados “gordos” con la Casa Rosada, en el Confederal de la CGT de este jueves no habrá sorpresas más allá de alguna que otra expresión enojosa.

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