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La Justicia chaqueña absolvió a Raúl Castells en la causa por la toma del casino Gala Resistencia. Al término de un juicio oral, el tribunal consideró que la causa contra el líder del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD) “no acreditaba la comisión del delito” de extorsión por el que estaba siendo juzgado. Lo mismo sucedió con otros once referentes locales del MIJD también procesados. Para la defensa, el juicio se inició con la “absolución cantada”.
La acusación contra el líder del Movimiento de Jubilados y Desocupados se disparó el 16 de julio de 2004 tras el ingreso de los integrantes de la agrupación al casino de Resistencia. Sin que existiera una denuncia formal de los propietarios del predio, una fiscalía de primera instancia abrió una investigación por extorsión en contra de los militantes. La causa que comenzó en agosto del año pasado terminó con la detención del líder piquetero, liberado luego por la intervención de varios testigos.
Durante los últimos meses, el expediente pasó a un juez de garantías que le dio curso al juicio oral. El juicio comenzó el último 28 de marzo. Luego de la sucesión de audiencias, ronda de testigos y declaraciones, la Sala 1 de la Cámara del Crimen consideró ayer como “no acreditada la comisión del delito” y falló a favor del piquetero. Lo mismo sucedió con los otros once referentes de distintas organizaciones de desocupados procesados en la misma causa. Según la interpretación del abogado de Castells, la clave de la sentencia fue la decisión que tomó durante el proceso el fiscal de Cámara, Jorge Gómez, que no formalizó la acusación contra el dirigente piquetero.
“Prevaleció el principio del ‘in dubio pro reo’”, dijo Mario Bosh, el abogado de Castells y quien ofició de vocero del juicio entre los medios de comunicación provinciales que por decisión del tribunal no pudieron acceder a la última audiencia. El “in dubio pro reo”, recordó el abogado, obliga a los jueces a fallar a favor de los acusados cuando existe alguna duda de su participación en el delito. Fuera de ello, el abogado rescató además la posición de Alejandro Parmetler, uno de los camaristas. Entre sus razones, no sólo consideró que no existían pruebas contra Castells. Agregó “expresamente –dijo Bosh– que, en realidad, el hecho nunca significó delito.”
Esa fue la posición que mantuvo la defensa de Castells desde el comienzo de la causa. Un criterio refrendado, además, por los primeros testigos convocados para el juicio oral, entre los que se encontraron directivos y empleados del Casino. Durante la toma, la empresa le entregó a Castells 11.000 pesos, pero “la donación fue hecha voluntariamente”, dijo el apoderado del casino Jorge Varas. En el mismo sentido, un arquitecto encargado de las obras del edificio declaró su admiración “por la labor social que lleva adelante Castells”. El líder piquetero no participó de la audiencia del juicio oral porque no viajó a la provincia donde hace dos años mantuvo una larga huelga de hambre.
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