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El país|Jueves, 20 de abril de 2006
LA JUSTICIA EMBARGO 50 MILLONES DE PESOS AL LIDER FERROVIARIO

Pedraza perdió un vagón de plata

El sindicalista había sido procesado por el desvío de fondos de la Unión Ferroviaria que estaban destinados a sepelios de los afiliados. Ahora, más cerca del juicio oral, quedó bloqueado su patrimonio.

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Pedraza, exponente del sindicalismo-empresario, va camino a juicio oral acusado de estafa.

José Pedraza fue embargado ayer por 50 millones de pesos. La medida la dispuso el magistrado subrogante del Juzgado 33, Eliseo Otero, en el marco de una causa en la que el sindicalista está procesado por estafa. De acuerdo con las investigaciones, el dirigente ferroviario participó del desvío de más de 34 millones de pesos de un fondo de la Unión Ferroviaria (UF) destinado a sepelios de los afiliados del gremio.

Pedraza fue procesado por la Cámara de Apelaciones. La sentencia firmada por los camaristas Alberto Seijas, Mariano González Palazzo y Carlos Alberto González revocó el sobreseimiento que el gremialista y otros miembros de la comisión directiva habían obtenido en primera instancia.

La Cámara actuó luego de que la querella –impulsada por otros miembros del sindicato y la fiscal Alejandra Gils Garbo– apelara ese sobreseimiento. La causa podría hacer lugar en las próximas semanas a un juicio oral.

El fondo para sepelios, creado en 1980, se conformaba con el descuento compulsivo de un porcentaje del sueldo de los trabajadores ferroviarios, que varió según la época. A partir de 1987, la Unión Ferroviaria se lo transfirió a la Asociación Mutual Intersindical de Recíproca Asistencia y Protección Integral (Amirapi).

La maniobra que se le imputa a Pedraza es haber desviado entre 1993 y 1998 el 64 por ciento de los ingresos aportados por los trabajadores, equivalente a 34,3 millones de pesos.

Según el expediente, Amirapi contrató a la firma Parcelas Argentinas para que ésta le adjudicara parcelas en cementerios parque, destinadas a la inhumación de los restos de los beneficiarios de la mutual. Sin embargo, para los investigadores esto era una fachada para cubrir el desvío de fondos.

Junto a Pedraza, quien asumió la secretaría general de la Unión Ferroviaria en 1996, fue procesado Adolfo Argüello, predecesor en ese cargo. Sobre ambos pesa el delito de defraudación por administración fraudulenta. La medida también alcanzó a Horacio Amigo, Adriana Suárez y Pedro y Susana Romano, de la mutual contratada por el sindicato ferroviario, y a dos miembros de la empresa subcontratada, Jorge Caamaño y David Zaslavsky.

El fallo destaca que en el caso de los pagos abonados con ese dinero “no se encontraba acreditada la efectiva prestación de servicios; se habrían realizado en dinero en efectivo, pese a tratarse de elevadas sumas y contar la entidad con cuentas bancarias; eran familiares de los directivos quienes aparecen como prestadores, en tanto que algunos de los supuestos proveedores tienen domicilio en el mismo edificio en el que funciona la mutual”, la cual siempre trabajó exclusivamente para el sindicato.

Pedraza es uno de los paradigmas del sindicalismo-empresario, como se conoce a los dirigentes que utilizan su cargo gremial para expandir poder y negocios. Esa lógica le permitió convertirse en patrón de sus representados cuando, como titular de la Unión Ferroviaria, se quedó con la concesión del Belgrano Cargas, el mismo del que ahora quiere participar el titular de la CGT, Hugo Moyano. Casualidad o no, por ese tema el dirigente camionero y Pedraza estuvieron reunido anteayer con el presidente Néstor Kirchner en la Casa Rosada. Del encuentro, donde se analizó un “salvataje” del ramal ferroviario, fueron parte Francisco Macri y Aldo Roggio.

Antes, mucho antes de convertirse en un próspero empresario, Pedraza fue un militante activo de la CGT de Saúl Ubaldini y, tras la vuelta de la democracia, integró el denominado “Grupo de los 25”, alineado en la interna del PJ con la renovación de Antonio Cafiero. Del otro lado había quedado la ortodoxia del metalúrgico Lorenzo Miguel. Sin embargo, el paso del tiempo todo lo pudo. Pedraza fue seducido por Carlos Menem y su política de privatización. No se recuerda demasiada resistencia del sindicalista –por decirlo de una manera diplomática– en aquellos años en que la frase de cabecera del ex presidente era “ramal que para ramal que cierra”. El galardón que le otorgó el menemismo por semejante acompañamiento fue la concesión del Belgrano Cargas, donde, paradójicamente y sin escala Pedraza dejó de ser el representante de los trabajadores de ese ramal para convertirse en su jefe.

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