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El presidente Néstor Kirchner llegará hoy a Viena para participar de la Cumbre de la Unión Europea y América Latina que –todo lo indica– pondrá en evidencia más conflictos que acuerdos. Por un lado están las eternas diferencias comerciales entre los gobiernos europeos y los americanos por los subsidios agrícolas. A esas divergencias, en esta cumbre se agregarán las surgidas en la misma Latinoamérica, dentro del Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Así las cosas, las expectativas de la visita de Kirchner estarán puestas en las reuniones bilaterales concertadas con líderes europeos y en las novedades que puedan darse en torno del entuerto por las papeleras. En Gobierno buscaban bajar las expectativas en cuanto a uno y otro tema.
Según las versiones que circulaban anoche, las autoridades del gobierno de Finlandia que viajarán a Austria estaban interesadas en mantener un contacto con el Presidente para intercambiar puntos de vista sobre las papeleras de Fray Bentos. En un discurso en la Casa Rosada, Kirchner se quejó de la inacción del gobierno finlandés, que –dio a entender– no hacía nada para que la empresa Botnia detuviera las obras por 90 días. La referencia motivó que la ministra de Comercio de Finlandia suspendiera una visita prevista a Buenos Aires.
Hasta ahora, Kirchner tiene en carpeta una reunión bilateral con la premier de Alemania, Angela Merkel, y con el anfitrión del megaevento, el austríaco Wolfgang Schussel. Además, verá al titular de la ONU, Kofi Annan, en un encuentro que ayer fue confirmado por el representante argentino ante ese organismo, César Mayoral. El diplomático aseguró que no se tocará el tema papeleras. Otra de las posibilidades que se había barajado, la del jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, seguía en veremos. En España respondían que Rodríguez Zapatero sólo tenía confirmadas reuniones con el mexicano Vicente Fox y con el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
El Boeing 747 de Aerolíneas Argentinas que transporta al Presidente salió de Ezeiza ayer poco después de las 19 y se estimaba su arribo a Viena para hoy a las 14. Lo acompañaron su esposa, la senadora Cristina Fernández de Kirchner, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el canciller Jorge Taiana, encabezando una pequeña delegación de funcionarios de Cancillería. También viajaron el titular de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, Carlos “Chacho” Alvarez, el titular de la Cámara de Diputados, Alberto Balestrini, el jefe de los ex duhaldistas K, José María Díaz Bancalari, el senador José Pampuro y dos dirigentes radicales que han hecho buenas migas con el Presidente: el gobernador de Mendoza, Julio Cobos, y el intendente de San Isidro, Gustavo Posse.
La agenda de actividades indicaría que Kirchner tendrá margen para conocer el centro histórico de Viena, con exquisitas joyas arquitectónicas como la Catedral de San Esteban o el Kaisergruft, donde está la tumba de la emperatriz Sisí. Mañana está previsto el comienzo oficial de la cumbre, pero quienes se reunirán serán los cancilleres, que deben terminar de pulir el documento de 12 capítulos y unos 50 párrafos. Kirchner recién tendrá su primera participación en la cena de honor que ofrecerá mañana el premier Schussel a los 58 jefes de Estado que llegarán para la cumbre. Será el primer sitio en el que el Presidente pueda toparse con el uruguayo Tabaré Vázquez. En una ocasión similar, en Santiago de Chile, durante la asunción de Michelle Bachelet, sellaron un preacuerdo que luego se frustró. Habrá que ver cómo reaccionan ahora.
La ciudad luce engalanada para albergar el megaencuentro con el que pretende ponerle el broche de oro a la presidencia austríaca de la Unión Europea. Ayer, uno de los principales diarios vieneses, Der Standar, publicó un suplemento especial sobre la cumbre, curiosamente ilustrado con un indígena con el torso descubierto hablando por un teléfono público de la ciudad. En un mapa en el que la publicación ubicaba a cada uno de los presidentes latinoamericanos, Kirchner apareció en el sector “naranja” junto a Lula, Bachelet y Tabaré. En cambio, en peligroso rojo, fueron marcados Hugo Chávez, Evo Morales y Fidel Castro, quien no viajará. Chávez y Morales, segura atracción del evento, tienen previsto participar de algunos actos de “contracumbre” que se realizarán en la ciudad. Mañana, según los afiches que podían verse en algunas calles de Viena, el venezolano encabezará una mesa redonda en el centro alternativo Arena junto a Aleida Guevara, la hija del Che.
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