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El país|Sábado, 20 de mayo de 2006
LA CGT CUESTIONO A LAVAGNA EN UN COMUNICADO

“Conservador y reaccionario”

Ni el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, ni el ministro del Interior, Aníbal Fernández, quisieron polemizar ayer con Roberto Lavagna por sus cuestionamientos a la administración del Néstor Kirchner. “No leí lo que dijo”, se excusó uno; “es su visión”, dijo el otro. La réplica al ex ministro de Economía corrió por cuenta de la CGT. “Resulta llamativo que la foto heterogénea de la oposición se vaya ampliando en la medida que el Gobierno no responde a los designios neoliberales”, afirmó la cúpula de la central sindical, encabezada por el camionero aliado de la Casa Rosada, Hugo Moyano.

Aunque la cautela fue el común denominador de ambos, el ministro del Interior marcó mayor distancia con respecto a Lavagna que el jefe de Gabinete. “No coincidí con Roberto en muchísimas cosas durante el Gobierno y no coincido ahora tampoco. Tiene derecho a decirlo, no soy yo quien para impedírselo”, declaró Aníbal Fernández acerca del pronóstico del ex titular de Hacienda en el sentido de que “el mejor marco macroeconómico terminará derrumbándose si no se asienta en una firme y progresiva reconstrucción y desarrollo de las instituciones, los contratos y reglas transparentes y de aplicación uniforme”.

Lavagna se diferenció del Gobierno en una exposición en la Universidad Austral. Allí repasó lo hecho durante su gestión para superar la crisis y enfatizó que ahora “hay que decidir como sociedad si queremos más o menos estatismo en el sector de los servicios, más o menos capitalismo de amigos, más o menos instituciones y reglas claras”.

Aun cuando sus afirmaciones fueron interpretadas como críticas a la Casa Rosada, el ministro del Interior relativizó la posibilidad de que Lavagna se erija en figura de la oposición: “No sé si es así porque en muchas cosas plantea la misma visión política y económica que tiene el Gobierno”, evaluó.

El jefe de Gabinete, en cambio, ni siquiera entró en esas consideraciones. Su excusa para salir del paso fue “no leí lo que dijo Lavagna; honestamente lo digo”. Y cuando le comentaron que, entre otras cosas, había pedido transparencia, cuidado del gasto público y no exagerar con el control de precios, Alberto Fernández contestó: “Con esas cosas estoy absolutamente de acuerdo.”

Menos contemplaciones con Lavagna exhibió la CGT, que manifestó su “enérgico rechazo” a sus dichos y le recordó que, según los principios del peronismo, “la política no debe ser funcional a los intereses sectoriales”. Además de ubicarlo en la oposición, la central sindical liderada por Moyano le respondió que “la gestión de la que Ud. se ufana señor ex ministro es el viejo sistema conservador y reaccionario de imposibilitar a los sectores de menos recursos, los trabajadores, acceder al consumo con una regla simple; bajos salarios y alta rentabilidad empresarial”.

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