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Dos actos sobresalieron ayer en la agenda de Jorge Telerman: uno en la Casa Rosada, donde el presidente Néstor Kirchner no se detuvo en la polémica planteada con el kirchnerismo por sus cambios de gabinete y habló de “interrelación de gobernabilidad”; otro en la Jefatura de Gobierno y sin kirchneristas de peso a la vista, donde justamente puso en funciones a sus dos nuevos ministros: el ex macrista Juan Pablo Schiavi en Obras Públicas y Alberto De Micheli en Salud. Telerman aseguró allí que su administración tiene “lo público como norte inexcusable”, mientras trabajadores del Banco Ciudad manifestaban afuera en contra de su eventual privatización. El temor de los bancarios radica en la decisión de nombrar como presidente de esa entidad a Julio Macchi en reemplazo de Eduardo Hecker.
Telerman estuvo junto a Kirchner en una ceremonia oficial donde se firmó un acuerdo de precios para la actividad turística. Su llegada a la Rosada se dio en medio de la tensión de los kirchneristas porteños por las modificaciones en su gabinete.
De Micheli sucede en el Ministerio de Salud a Donato Spaccavento, un kirchnerista con línea directa con el Presidente que mientras era director del Hospital Argerich acondicionó especialmente una sala por las dudas tuviera que atenderse. En Obras Públicas, la llegada de Schiavi –a quien Telerman se dirigió con un afectuoso “Juampi” en el momento de su jura– implicó la salida de Ernesto Selzer, un ex ibarrista devenido en tropa del ministro de Planificación, Julio De Vido.
Kirchner pasó por alto el tema: destacó la presencia de Telerman en el acto y habló de la “interrelación de gobernabilidad” que existe entre la Nación y la Ciudad.
La nota disonante en la jornada de Telerman fue la manifestación “por la irrestricta defensa de la banca pública” que los trabajadores del Banco Ciudad realizaron frente a la Jefatura de Gobierno a la misma hora de la jura de sus nuevos ministros. Los manifestantes recordaron que “hace un mes y medio, Telerman halagó al directorio y a Hecker en particular, y no entendemos cómo ahora decide sacarlo”.
La movilización obligó a quienes concurrieron al acto a ingresar a la sede comunal por una puerta que no es la habitual. Macchi, en particular, se vio forzado a explicar que no está en los planes de nadie privatizar la entidad. Su designación depende ahora del acuerdo de la Legislatura, como también la de Agustín Zbar, a quien Telerman eligió para reemplazar a la ibarrista Alejandra Tadei en la Procuración General de la Ciudad.
La mención de Telerman de que su gestión tiene “lo público como norte inexcusable, lo público por antonomasia” apuntó a desalentar cualquier versión en ese sentido. Fue parte de un discurso en el que señaló también que la “salud es una cuestión central” para su administración y que las obras en marcha “son fundamentales para el futuro, para que Buenos Aires pueda recobrar su espíritu y su orgullo”.
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