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El país|Domingo, 25 de junio de 2006

Fue la estación de los asesinatos y ahora se llamará “Maxi y Darío”

A cuatro años de la masacre de Avellaneda, hoy comienzan los actos de homenaje y reclamo para que se investiguen las responsabilidades políticas. Mañana cortan el Puente Pueyrredón.

Por Laura Vales
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Hoy habrá actos y actividades culturales en la estación Avellaneda, donde asesinaron a los piqueteros.

Con el rebautismo de la estación de trenes, donde los viejos carteles de “Avellaneda” serán reemplazados por otros de “Maxi y Darío”, hoy comenzarán los actos del cuarto aniversario de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Desde el mediodía habrá en la estación una larga serie de actividades culturales, que culminarán mañana al mediodía con el corte de cintas en su entrada, para reinaugurarla. El lunes por la tarde, una marcha al Puente Pueyrredón volverá a pedir juicio y castigo a los responsables políticos de la masacre.

La jornada de homenaje y reclamo será la primera después del juicio oral que condenó a perpetua al comisario Alfredo Fanchiotti y el cabo Alejandro Acosta, en un proceso que no investigó el rol que los funcionarios del gobierno de Eduardo Duhalde tuvieron como desencadenantes de la represión. Por eso, ese reclamo estará presente en todas las actividades.

La movida fue organizada por más de treinta grupos de arte, que trabajaron en un espacio de coordinación común. En el hall de la estación montarán una muestra plástica con obras de León Ferrari, Magdalena Jitrik, Florencia Vespignani y el Grupo de Arte Callejero, entre otros. La idea es que algunas de las esculturas y grabados queden allí de manera permanente. También expondrán sus fotos Sergio Kowalewski, Argentina Photo y Argentina Arde, habrá talleres, murgas y un recital (ver aparte la agenda).

Laura Cibelli, vocera del Frente Darío Santillán, contó cómo armaron la jornada: “Convocamos a un espacio abierto a las organizaciones, colectivos de cultura y artistas que quisieran hacer algo. Ya habíamos trabajado así en los últimos dos aniversarios y también en la preparación de una columna conjunta para el 24 de marzo. Después del 24 empezamos a prepararnos para esto con plenarios semanales en los que se fueron tirando las ideas”.

–¿Dónde se reúnen?

–En el local del Frente, en Libres del Sur, en la asamblea de Palermo, vamos rotando. Como además de programar trabajamos concretamente, armamos carteles, cosas, necesitamos espacios grandes. Una parte de los trabajos que se van a mostrar vienen de la muestra que hicimos el año pasado en el Palais de Glace.

–¿Todas las actividades van a estar centradas en Darío y Maxi?

–Ese es el eje convocante, pero también va a haber otras cosas, gente que va a cantar tango, números de circo, una transmisión de TV. Para nosotros, el solo hecho de estar ahí ya implica que uno apoya y denuncia. Convocamos a que la gente participe, pero no pusimos condiciones sobre qué hacer.

Por la noche habrá una vigilia en la base del puente. Para mañana a las 11.30 está prevista la reinauguración de la estación Avellaneda con el nuevo nombre de “Darío y Maxi”. El rebautismo no será oficial, sino un gesto militante; pero la idea tiene algunos respaldos institucionales, como el de la Municipalidad de Avellaneda y el de un grupo de diputados nacionales que, encabezados por Claudio Lozano y Eduardo Macaluse, presentaron la semana pasada un proyecto de ley para que se le cambie el nombre.

La marcha al puente, donde habrá un acto unitario, comenzará el lunes a las cuatro de la tarde, con la participación de organizaciones sociales, organismos de derechos humanos y partidos de izquierda.

Alberto Santillán, el padre de Darío, se quejó ayer de no haber recibido respuesta a un petitorio que entregó en la Casa de Gobierno para que hoy no haya un operativo policial en la zona como los que en los últimos meses se desplegaron para impedir los cortes del puente. “Lo que más lamento como padre es que después de cuatro años todos los funcionarios que han tenido responsabilidad en la muerte de mi hijo y de Maxi están siendo cobijados por este gobierno”, sostuvo.

En el juicio oral contra el comisario Fanchiotti y el cabo Acosta, el ex presidente Eduardo Duhalde y otros funcionarios acusados de haber tenido responsabilidad en la masacre evitaron presentarse a declarar con el argumento de que ya estaban siendo investigados en la Justicia Federal. Efectivamente, se comprobó que en el juzgado de Norberto Oyarbide había un expediente iniciado por una denuncia de Mabel Kosteki, la mamá de Maximiliano. En esa causa deben ser investigados, además de Duhalde, el ex secretario de Seguridad Juan José Alvarez, el ex jefe de Gabinete Alfredo Atanassof (ambos son hoy diputados) y el ex ministro del Interior Jorge Matzkin. Los abogados querellantes pidieron que también se investigara al ex ministro de Seguridad Luis Genoud, hoy ministro de la Corte bonaerense. El tribunal oral que condenó a Fanchiotti y Acosta tenía que mandarle a Oyarbide la sentencia contra los policías y los testimonios tomados en las audiencias para impulsar la causa. Pero pasados cinco meses, al juzgado federal no habría llegado ningún material y la investigación sigue congelada.

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