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“Es una ley muy importante, tengo varios ausentes, no me voy a arriesgar”, afirmó ayer el titular de la bancada oficialista en el Senado, Miguel Angel Pichetto, al explicar los motivos que lo llevaron a pedir la postergación del tratamiento del proyecto que regula el uso, por parte del Poder Ejecutivo, de los decretos de necesidad y urgencia. A pesar de que el tema figuraba en la agenda parlamentaria desde hacía 15 días, el oficialismo no pudo garantizar la mayoría calificada de 37 votos que necesitaba para darle media sanción a la iniciativa impulsada por Cristina Fernández de Kirchner.
“El número a favor del proyecto era muy ajustado”, reconoció Pichetto. Al hacer el recuento de votos, en el oficialismo aseguraban que les faltaba un voto, y si bien el radicalismo había adelantado que votaría a favor de la norma cuando se la discutiera en general, en particular proponía que las cámaras legislativas tuvieran que pronunciarse en 60 días sobre la aceptación o rechazo de un decreto de necesidad y urgencia.
La cómoda mayoría que el oficialismo tiene en la Cámara alta estaba en jaque por varias ausencias. La salteña Sonia Escudero y la santiagueña Elisa Castro están en La Habana, participando del encuentro del Parlatino, el Parlamento Latinoamericano. El fueguino Mario Danieli y la chubutense Silvia Giusti se encuentran en Estados Unidos, participando de una convención de Naciones Unidas sobre el tráfico ilegal de armas. La riojana Ada Maza está en su provincia, trabajando en la interna del PJ del próximo domingo. Aunque en los cálculos previos el oficialismo no esperaba contar con la presencia del cordobés Roberto Urquía, quien pidió licencia para viajar a Alemania a ver el Mundial, el senador llegó al Congreso antes de que comenzara la sesión. El día anterior también había vuelto el jujeño Guillermo Jenefes, otro mundialista.
Ante ese escenario, al mediodía, en la habitual reunión de Labor Parlamentaria en la que se fija la agenda de la sesión, Pichetto pidió postergar el tratamiento hasta el próximo jueves. “Es un proyecto muy importante que llevará su debate, por eso proponemos que se lo analice en una sesión especial”, explicó Pichetto ante las cámaras de “Senado TV”. A pesar de que la iniciativa de la primera dama vino a refutar un dictamen suyo, el rionegrino calificó al proyecto como “un avance en la calidad institucional”. La propuesta se discutirá el jueves, ya que en las tradicionales sesiones de los miércoles el tema excluyente será el informe del jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
El oficialismo no quiso exponerse al revés de un voto negativo en la discusión en particular. Uno de los puntos que el radicalismo critica del proyecto de Cristina Kirchner es que no fija plazos para que el Congreso se pronuncie sobre los decretos. El bloque mayoritario temía que detrás del rechazo de la UCR también se sumaran las críticas del puntano Adolfo Rodríguez Saá y quizás el de Carlos Menem. El rechazo de ese artículo es el núcleo de la iniciativa y un voto negativo no podría disimularse.
“El dato objetivo es que no tienen los números. No deja de llamar la atención que la sesión fue convocada 15 días atrás”, subrayó el titular del bloque radical, Ernesto Sanz. El Interbloque Federal, que agrupa a los denominados partidos provinciales, los puntanos alineados con Rodríguez Saá y el socialista Rubén Giustiniani, había adelantado su voto negativo. La oposición destacó ayer que “en octubre del 2000, cuando Cristina Fernández de Kirchner era diputada opositora, presentó un proyecto en el que estipuló un plazo de 20 días para el pronunciamiento del Congreso”. Algo muy diferente de la falta de plazos que tiene el proyecto actual. Por este motivo, quienes se oponen a la iniciativa del oficialismo señalan que “el silencio”, es decir la falta de pronunciamiento, lo único que hará esdarles vigencia a los DNU. Algo no muy distinto de lo que sucede en la actualidad.
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