”Creo que ahora se las agarró con nosotros”, dijo ayer el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, para relativizar las duras declaraciones que Fidel Castro realizó el miércoles sobre la situación nacional. El líder cubano había asegurado que la Argentina “está por debajo de (la calificación de) lamebotas”, ya que “lo que está lamiendo son las sobras, las ruinas” de lo que deja el Fondo Monetario Internacional. En un intento de bajar la intensidad del conflicto, Atanasof afirmó que “no tenemos que discutir con Fidel”.
En el discurso de cierre de la sesión extraordinaria de la Asamblea Extraordinaria del Parlamento –donde se declaró “intocable” el socialismo en Cuba– Castro recordó la ocasión en que calificó de “lamebotas” al ex presidente Fernando de la Rúa. “Entonces me querían sacar los ojos, cortar la lengua”, comentó, y agregó que “ahora ya están por debajo, porque lo que están lamiendo son las sobras”. El gobernante también declaró que Argentina “es un país que podría alimentar a 100 millones de habitantes, y al que no debería faltarle absolutamente nada, por la inmensidad de la tierra que posee”.
“Si Cuba tuviera 50 millones de cabezas de ganado, dos per cápita, unas pampas que no necesitan ni fertilizantes, 60 millones de toneladas de maíz, trigo, cereales, autoabastecimiento de combustible... Imagínense que nuestra revolución dispusiera de eso”, agregó Castro.
“¿Quién de nosotros alguna vez no ha admirado algunas expresiones de Fidel?” –se preguntó Atanasof al ser interrogado sobre las acusaciones–. Pienso que ahora se las agarró con nosotros”. El funcionario, que realizó las declaraciones en la Casa de Gobierno, intentó bajar la intensidad del enfrentamiento: “creo que no tenemos que discutir con Fidel”, afirmó. Las relaciones diplomáticas entre Cuba y la gestión de Eduardo Duhalde empeoraron notablemente luego de que Argentina apoyó una resolución de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU contra el país caribeño, patrocinada por Uruguay. El documento pidió al gobierno de La Habana hacer esfuerzos para solucionar el problema de los derechos humanos y solicitó el envío de un representante de la Alta Comisaría de las Naciones Unidas para verificar la situación en la isla.
El miércoles las críticas también se centraron en el Presidente uruguayo, Jorge Batlle: “A ver si le dan una limosna al lacayo ése, el llorón ese de Uruguay”, se burló. Y agregó que el acuerdo que recientemente firmó el país con el FMI para un “blindaje” financiero de 3.000 millones de dólares, ha sido dinero dado “a la carrera, que endeuda a la Nación”. Uruguay había roto sus relaciones diplomáticas con Cuba el pasado 23 de abril, después de que Castro calificase a Batlle de “trasnochado y abyecto Judas”.
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