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“Juan Carlos Blumberg es malintencionado, ignorante y sólo se guía por su ambición personal y política –define en forma vehemente el ministro de Seguridad León Arslanian–. Miente cuando dice que yo quemé archivos de fotos de delincuentes. Es todo lo contrario: los informatizamos y digitalizamos. Y hoy las fotos se les muestran a testigos o víctimas con la presencia de un fiscal, no en una comisaría sin control alguno. ¿Y por qué miente? Una razón puede ser que es malintencionado. Otra, que sea ignorante. Pero en este último caso, bastaba con que nos llame y nos consulte. Le hemos abierto todas las puertas. Entonces el hecho que no llame es otra demostración de que es malintencionado. Es decir, que se guía por su ambición personal y política. En función de eso trata de ocultar que en materia de seguridad estamos mucho mejor, muchísimo mejor que cuando él sufrió el secuestro y asesinato de su hijo. ¿Si hay motivos para la crítica? No tengo dudas. Podríamos estar mucho mejor en materia policial y, sobre todo, judicial. Pero hay un enorme esfuerzo, resultados y vamos en el camino correcto.”
Arslanian ha sido uno de los blancos principales de las embestidas de Blumberg. Ayer, el ingeniero se ocupó de aclarar que durante la concentración del jueves trató de acallar los silbidos contra el Presidente y sus ministros, pero no contra el gobernador Felipe Solá y contra Arslanian. Respecto del Presidente manifestó que se le debe respeto institucional, mientras que cuando se refirió a Solá o a Arslanian, habló de que el cambio se debe dar con votos. Es más, desde el palco se despachó con dos frases de extremada dureza: “Arslanian quemó las fotos de los delincuentes. ¿Está del lado de los ciudadanos o del lado de los delincuentes? No hay que abuchear, tenemos que cambiar la realidad con el voto. Señor Presidente: usted puede hacer muchas cosas, especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde la situación es para llorar, desastrosa”.
–¿Cómo es exactamente la cuestión de las fotos? –le preguntó Página/12 a Arslanian.
–Mire, en las comisarías había álbumes de los llamados malvivientes que se les mostraban a los vecinos o a las víctimas cuando se producía un hecho. Había fotos que ni siquiera se sabía a quién correspondían y otras de personas que nunca cometieron un delito, sino que habían ingresado a la comisaría por averiguación de antecedentes. Para colmo, en muchos casos existía un mal procedimiento policial de inducir a un reconocimiento de una foto, sin ningún control. ¿Qué hicimos nosotros? Digitalizamos todas las fotos de personas identificadas que cometieron un delito. Desechamos las fotos de ciudadanos que ni siquiera se sabían quiénes eran y las de personas que no cometieron ningún delito. Hoy se usan esas fotos, digitalizadas e informatizadas, para hacer reconocimientos con la presencia de un fiscal. Es decir que el señor Blumberg miente descaradamente.
–¿Pero no había chances de informarle de lo que se hizo?
–Le hemos abierto todas las puertas. Le entregamos, por ejemplo, los programas con los que hacemos las estadísticas, le hemos mostrado el enorme avance que significa la puesta en marcha de la central telefónica 911. O sea que lo que existe en Blumberg es malicia, porque de lo contrario levanta un teléfono y consulta. Todo lo hace en forma malintencionada y a favor de esa ambición política y personal. La inseguridad no se combate contra la autoridad, sino con la autoridad. El busca fomentar la crisis porque eso responde a sus intereses electorales. Lo ataca a Solá porque ha expresado su deseo de buscar la reelección y eso le viene mal a sus planes electorales.
–Pero, en concreto, dice que la situación en la provincia de Buenos Aires es desastrosa, para llorar. Y mucha gente piensa que tiene razón.
–Mire, no se pueden medir las cosas con estándares de Suiza o de los países nórdicos. Eso es poco serio. Tenemos los problemas de América latina, empezando por una enorme exclusión social y violencia generalizada. Y de eso no se sale alegremente. Tenemos tres generaciones viviendo en villas. De a poco venimos saliendo gracias a un plan económico fuera de lo común. Pero le hablo de resultados palpables en materia de seguridad: tenemos menos homicidios, menos robos de autos, menos secuestros, mejoramos la organización policial, implementamos el 911. Todo mejoró en forma notoria tomando en cuenta el momento en que él puso un pie en esto, después de la desgracia personal que sufrió. Pero, igual, cualquier cosa que hagamos, Blumberg la va a criticar, porque su objetivo es personal y político. Además, es un mascarón de proa que sólo repite cosas que le soplan al oído. Ahora habla de pobreza. Ahora, después de centenares y centenares de discursos y entrevistas. Es decir que no tiene problemas en apropiarse de nuestro discurso, de nuestros ejes de trabajo. Todo lo que le sirva a su ambición, vale.
–Pero la gente percibe los problemas de inseguridad.
–En primer lugar le insisto en que hay que ver de dónde venimos, hacia dónde vamos, si se le está poniendo o no esfuerzo y si vamos en dirección correcta en las transformaciones. Desde ya que hay críticas para hacer. Podríamos estar mucho mejor que lo que estamos en materia policial. Hay una crítica fuerte al sistema judicial. Hay que hacer una reforma judicial porque estamos en una situación de virtual denegación de justicia por morosidad, falta de recursos y graves problemas de todo tipo. Pero, le insisto, veamos de donde venimos, del gravísimo cuadro de exclusión social.
–Blumberg insiste en la baja de la edad de imputabilidad.
–Muestra, como siempre, su nivel de ignorancia. Dicho como lo dice él es un desatino. A nivel internacional la edad de imputabilidad está más baja que en la Argentina, tal vez ronda los 14 años. Y yo creo que se podría perfectamente reducir a los 14 años en nuestro país. Pero antes que eso hay que decir cómo vamos a juzgar a esos chicos de 14 o 15 años, con qué sistema. Porque eso es lo que existe en el mundo, un sistema diferenciado de enjuiciamiento y punición. ¿En qué instituto vamos a meter a esos chicos? ¿Quiere meterlos en una cárcel común? Todas esas decisiones tienen que ser previas a bajar la edad de imputabilidad. Pero al mismo tiempo, tengo que concentrarme en sacar a los chicos de la exclusión social, tratar de que se incorporen al sistema de escolaridad. No pensar sólo cómo los meto en la cárcel. Todos sus planteos carecen de seriedad.
–Usted hace muchos años viene planteando la necesidad de urbanizar las villas. Blumberg habló de eso en la concentración. ¿no hay un atraso en ese tema?
–Sí, estamos atrasados. Pero poco a poco, gracias a una construcción política y económica diferente se están haciendo cosas. Tenemos tres generaciones viviendo en villas debido a los desaciertos terribles en materia de política económica y social, con el empobrecimiento masivo, la desaparición de puestos de trabajo. De eso no se sale alegremente. Muy bien, urbanizo una villa. ¿Y usted cree que eso sólo resuelve el problema? No. Se requiere de paz social, crecimiento, sacar a la gente de la pobreza. Todo eso no tiene nada que ver con el Código Penal. Urbanizar no resuelve el problema de la pobreza, pero lo estamos trabajando. Se están construyendo viviendas, armando barrios.
–En el petitorio, Blumberg habla de fortalecer la División Asuntos Internos de las policías.
–Lo que ocurre es gravísimo. Dice eso mientras se ha rodeado de una especie de guardia de corps, una custodia, de sujetos que fueron sacados de la Policía Bonaerense por tremendas irregularidades. Cuando nosotros hicimos una depuración en San Isidro porque había gran cantidad de secuestros, él se opuso. Y lo concreto es que los secuestros bajaron casi hasta la desaparición, cuando antes teníamos personas secuestradas por semanas y semanas. Con eso sólo basta para responderle.
–Uno de los reclamos es porque en el proyecto que hicieron los penalistas convocados por el Ministerio de Justicia se menciona la posibilidad de que la reincidencia no sea tomada como un agravante.
–Mire, yo no quiero sentar posición ahora, pero hay un gran debate entre los penalistas del mundo entero. La tendencia más ortodoxa en la doctrina penal contemporánea a nivel internacional es ésa, la de que la reincidencia no se compute como agravante. Pero es un debate y debe serlo entre catedráticos, gente que sabe, especialistas, y tener en cuenta nuestras características. Es una discusión profunda que se da en el mundo. Blumberg descalifica sin tener la menor idea sobre este debate.
–Otra de las críticas está centrada en que a nivel nacional no se combaten las drogas. O, al menos, no lo suficiente.
–Es otra muestra de su jugada política. El gobernador Solá peleó por la ley de desfederalización de las causas sobre droga o sea que ponemos nuestro esfuerzo, la policía, los fiscales y los jueces para mejorar la lucha contra ese fenómeno nefasto. Y tenemos resultados estadísticos y hasta con número de causa y expediente judicial. Estamos ante una adicción, sobre todo entre los jóvenes, que existe en todos los países, en la mayoría mucho más que acá, empezando por los más desarrollados. Acá estamos peleando por la prevención, por la investigación y el combate contra la droga. Y pese a que Solá tomó esa iniciativa, Blumberg lo critica. Obviamente que el único objetivo es electoral. Y es lamentable el papel de ciertos medios que le ponen el escenario para un discurso propio de una república bananera. Nosotros estamos tratando de trabajar con la gente, con los foros vecinales, para que la gente participe con la autoridad, no contra la autoridad. Pero me parece que eso tiene demasiado tufillo popular para Blumberg. Por eso lo rechaza. Le insisto, está su mala intención de por medio y su ambición. En un instante puede levantar un teléfono y pedir todas las explicaciones, todos los datos.
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