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Con el Obelisco disfrazado de lápiz y un acto frente al edificio donde funcionó el centro de detención conocido como el Pozo de Banfield, se conmemoraron hoy los treinta años de la Noche de los Lápices, en la que estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata fueron detenidos y desaparecidos durante la última dictadura militar. También hubo actos en Mendoza y Córdoba.
La Plaza de la República estuvo marcada por la jornada de reflexión que, bajo la consigna “A treinta años de la Noche de los Lapices, Nunca Más”, realizó la Dirección Nacional de Juventud, que depende del Ministerio de Desarrollo Social y está encabezada por Juan Cabandié, un nieto recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo. Repartieron folletos explicativos sobre lo que sucedió el 16 de septiembre de 1976, y se proyectó en pantallas gigantes instaladas allí un video alusivo que mostraba la militancia y el compromiso de los estudiantes que consiguieron el boleto estudiantil como resultado de su lucha. Como fondo contaron durante todo el día con el símbolo de la ciudad de Buenos Aires totalmente vestido de lápiz.
En tanto, diversos grupos de estudiantes y distintas organizaciones de derechos humanos, entre las que se encontraban las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo, encabezaron un acto en el antiguo centro clandestino de detención conocido como el Pozo de Banfield, uno de los lugares donde los militares mantuvieron secuestrados a los estudiantes platenses desaparecidos. Algunas agrupaciones secundarias pasaron la noche en vigilia frente al emblemático lugar donde funcionó el centro de reclusión ilegal. Hubo mateada popular con tortas fritas mientras proyectaban videos alusivos al hecho y distintas bandas de música dieron un recital.
El treinta de agosto pasado el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, trasladó el edificio a la órbita de la Secretaría de Derechos Humanos provincial a cargo de Eduardo Binstock, para que funcione un “Espacio para la Memoria, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos”.
El inmueble está ubicado a escasas cuadras del Camino Negro, en el cruce de las calles Siciliano y Vernet, en el municipio de Lomas de Zamora, y permanece igual que en la época de la dictadura, cuando era la base operativa de la Brigada de Seguridad, Investigaciones e Inteligencia de la Policía bonaerense, fuerza que comandó entre 1976 y 1979 el entonces coronel del Ejército Ramón Camps.
“Sentí un gran impacto. Si es de terror ahora que estamos en democracia, y no hay represión, lo que debe haber sido en esa época”, dijo Binstock después de recorrer las instalaciones antes de comenzar el acto. Luego, desde el palco que se montó frente al centro clandestino, instó a recordar a los jóvenes “desde la vida”, y remarcó que “luchaban no solo por un boleto estudiantil, sino por un país distinto”. También precisó que “la secretaría tiene previsto preservar intactos algunos sectores del predio y refaccionar otros que serán destinados a espacios de cultura y memoria”. Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, dijo después del acto que el traslado “es un gesto de rendición de honores histórico”. Además agregó que el acto en recuerdo de los adolescentes secuestrados era una “justa reivindicación”.
Estas actividades se sumaron a las marchas también realizadas ayer en las provincias de Córdoba y Mendoza, en las que los manifestantes, mayoritariamente jóvenes, llevaron grandes carteles y pancartas que recordaban a María Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Francisco López Muntaner, Daniel Racero, Horacio Ungaro y Claudio de Acha.
Por otro lado, la agrupación Barrios x la Memoria colocó una baldosa en Guardia Vieja al 4500 para recordar el lugar donde fue secuestrado Víctor Hugo Acosta, un militante desaparecido el 16 de septiembre de 1977. La organización está conformada por vecinos y lleva ya siete baldosas puestas en distintos lugares del barrio de Almagro.
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