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El país|Domingo, 1 de octubre de 2006
REPORTAJE A VICTOR DE GENNARO

“Seremos una fuerza que enfrente a los núcleos de poder”

El titular de la CTA está lanzado a armar un movimiento político de participación amplia y autónomo que buscará “la distribución justa de la riqueza”. En diálogo con Página/12 habla de D’Elía, la CGT y el Gobierno.

Por Diego Schurman
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Choca la nariz con su nieta Vera, de tres meses y pico. Está embobado aunque su aspecto no es la del abuelito de bastón y boina que suelen estereotipar los dibujitos animados. Víctor De Gennaro acaba de cumplir 58 años y se muestra con una vitalidad envidiable. En noviembre dejará el mando de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), que condujo desde su fundación por tres períodos consecutivos. Pero lejos de ser un salto hacia la jubilación, el cambio tiene como propósito dedicarse de lleno al armado de un movimiento político.

–¿Qué es exactamente lo que se propone?

–Estamos construyendo un movimiento político, social y cultural para avanzar en la distribución justa de la riqueza. Antes, en la dictadura, había que recuperar el proyecto del país. Después del 2001, hay que hacerlo.

–¿El movimiento contempla la competencia electoral?

–Si fuera por eso, hace rato que participamos con compañeros en el Ejecutivo, el Legislativo y en la Justicia. Esos espacios institucionales hay que ponerlos en aras de un proyecto político. Pero el cargo no es la frutilla del postre, es un parte más de la construcción.

–Entonces el movimiento no es un sello para conseguir una banca.

–No. Mire, el mejor movimiento colectivo que nos tocó vivir en la Argentina fue el Frente Nacional contra la Pobreza (Frenapo). Había empresarios, organismos de derechos humanos, medios de comunicación populares, sindicatos. En aquella oportunidad, todos antepusimos el interés colectivo por el sectorial. Eso queremos.

–No busca reproducir la historia del PT de Lula en Brasil.

–Tenemos una historia distinta a Brasil y a Uruguay. No se puede trasladar esa experiencia a la Argentina como si fuera la misma cosa.

–Hace un tiempo usted participó del llamado Encuentro de Rosario, con la radical Margarita Stolbizer, el comunista Patricio Echegaray, la religiosa Martha Pelloni, el socialista Hermes Binner y el banquero Carlos Heller, entre otros. ¿El movimiento en el que trabaja puede incluirlos?

–El encuentro de Rosario fue movimientista. El espíritu de Rosario sigue estando. La unidad del campo popular es estratégica. Lo fue cuando marchamos esta semana por la aparición de Julio López.

–¿Y qué flexibilidad tiene? Le pregunto porque hay dirigentes de la CTA en el Congreso pero que representan distintos partidos: Marta Maffei al ARI, Edgardo Depetri al kirchnerismo, Ariel Basteiro estuvo por el socialismo... Claudio Lozano a un interbloque.

–Bueno, por eso es un movimiento y no un partido.

–Pero ahí hay personas que dicen que Kirchner es un fenómeno y otros que dicen que es una desgracia.

–Sacando a los genocidas y a los corruptos, lo demás entra en la discusión que se da en el campo popular. Siempre desde la participación.

Estuvieron todos juntos cuando presentamos las propuestas de la CTA con respecto al seguro de empleo, al salario universal, al tema de los jubilados. Puede haber diferencias partidarias. La verdad colectiva se construye con las diferencias de cada uno. Las diferencias no pueden ser la excusa para las fronteras: eso es el sistema capitalista.

–¿Por qué cree que no le dan a la CTA la personería gremial?

–Porque le tienen pánico a la democracia en la actividad privada.

–¿La CGT se opone a que le den la personería gremial a la CTA?

–Más, en un hecho inédito el doctor Recalde, como asesor jurídico de la CGT, pidió que se archive el expediente y se anule la personería, pasando por alto las normas vigentes. En el Estado nacional, provincial y municipios hay personería plural. Pero en la privada sólo hay unicato para mantener la rentabilidad de los grandes grupos económicos.

–¿Y la CGT de Hugo Moyano está con los grupos económicos?

–Defiende un modelo que nosotros no queremos. Pero nosotros no decimos “dejen la CGT, vengan con nosotros”. El que se quiera ir a la CGT que se vaya a la CGT. El que quiera venir a la CTA que venga. Eso sí, aquí las autoridades son elegidas por el voto directo de los laburantes.

–¿Y el Gobierno?

–El Gobierno no dice ni sí ni no a la personería. Saben que decir que no es un bochorno. Pero no se animan a decir que sí. El ministro de Trabajo y el presidente Kirchner priorizan el negocio de los empresarios.

–Ahí volvemos a los mismo: ¿qué hacen en estos casos los diputados de la CTA que están con Kirchner?

–No hay incompatibilidad. Si creen en este Gobierno está bien. De todos modos, siendo oficialista Depetri presentó un proyecto de democracia sindical. El no cree que sea lo mismo la CGT y la CTA. Con el actual modelo persistirá el trabajo en negro. Hoy los motosierristas de Alto Paraná están tercerizados. Y les pagan en negro. De 800 pesos les queda 250. El resto se les va en zapatos de seguridad, ropa de trabajo, insumos, ¡y además les cobran la motosierra!!! Es una esclavitud. ¿A dónde van a ir a pelear si no lo dejan elegir? Con democracia sindical esto no pasaría.

–¿La reactivación del Consejo del Salario no es un paso importante?

–El presidente de la Asociación Empresaria, lo que era la asociación que presidía Martínez de Hoz, que hoy está a cargo de Luis Pagani de Techint, cuando nos juntamos en el Consejo del Salario, no le reconoció la representación. Y el Consejo no funcionó más. Funcionó sólo para opinar por el tema salarial. Ahora, sobre las condiciones, el trabajo en negro, las jubilados... no. No sé si fui claro.

–¿Qué opina del Gobierno?

–La comunicación hegemónica dice que el único gobierno de la Argentina es el Presidente. Noooooooooo. Hay que hablar en serio. El gobierno somos todos. ¿Quién tiene el poder en la Argentina? ¿Un ministro o Clarín? ¿La Conferencia Episcopal o Filmus? ¿La CGT o el juez amenazado en La Plata que decidió que Etchecolatz tiene que ir preso?

–Le pregunto entonces qué opina de Kirchner.

–Como gobernador puso al servicio del Frente Nacional contra la Pobreza toda la estructura del Estado a través del ex gobernador Jorge Cepernic.

–También prometió aplicar un seguro de desempleo como el que la CTA proponía, algo que finalmente no puso en práctica.

–El sabrá por qué no lo hizo. El Indec siempre nos muestra un escalón más bajo, porque no hay un cambio de la matriz distributiva, no hay un modelo productivo de país.

–¿No hay cambios entonces respecto de otros gobiernos?

–Kirchner no es lo mismo que Menem. Este Gobierno abre espacios importantes cuando se conecta con los intereses de la sociedad: derechos humanos, el cambio de la Corte Suprema. Me sentí muy feliz cuando vi a Kirchner compartiendo la presidencia pro tempore del Mercosur con Lula, incorporando a Chávez, a Evo, Bachelet, Fidel Castro. Ahora, no me parece bien pagar la deuda externa cuando no se solucionó el hambre, la pobreza y la desocupación. Antes de que la pagaran nosotros decíamos “28 mil millones de reserva”. ¡¿Cómo es?! ¿No se pueden tocar las reservas para un seguro de empleo pero sí para pagar la deuda?

–¿En el 2007 a quién va a votar?

(Piensa.) –Voy a ver más adelante. No sé.

–¿En el 2003 a quién votó?

(Se ríe.) –Noooo. No importa. Bueh,... a Alfredo Bravo.

–¿Y en el 2005, en la provincia de Buenos Aires?

(Se ríe más fuerte.) –A todos. Hice una mezcla. Uno de cada partido. Voto más por confianza. No es una cuestión ideológica. La transversalidad está pasando en todos los partidos. No me pregunte más.

–¿Es verdad que Kirchner le ofreció ser candidato bonaerense en 2003?

–Kirchner en persona no, pero sí otras personas.

–¿Y por qué no aceptó?

–Mi prioridad es la secretaría general de la CTA. Lo electoral es sólo una parte de la construcción política. Si me preguntan si quiero ser diputado o dueño de un canal de televisión elijo ser dueño de un canal. Para mí los cargos no son estratégicos. Lo estratégico es ser militante del campo popular.

–No hay muchos sindicalistas dispuestos a decirle no a Kirchner.

–... a mí me dicen: “¿Qué significa esto de apoyar a Piña?” (por el obispo de Puerto Iguazú que se opone a la reforma de la constitución que impulsa el gobernador, Carlos Rovira, para habilitar la reelección indefinida en Misiones). Yo digo democráticamente lo que pienso: es una vergüenza que se llame a una Constituyente para discutir el destino de un misionero. Si fuera para discutir la propiedad de los recursos naturales, los derechos de los pueblos originarios, la salud, la educación, sería otra cosa.

–En la lista Germán Abdala, para renovar la conducción de la CTA, quedó afuera Luis D’Elía.

–Cualquier integrante de la CTA puede participar en las elecciones. Puede hacer las alianzas que quiera. Ya hay tres listas nacionales.

–D’Elía se siente discriminado porque siempre estuvo con el grupo que integra la lista Germán Abdala.

–Cada uno construye una línea política determinada. Es toda una definición política con quién queremos construir el compromiso de la central con la autonomía. Ojo, en la lista muuuuchas personas no están.

–Se dijo que usted planteó “Yo o D’Elía”.

–Mi viejo decía que el único que siempre se va cuidando los bolsillos en el colectivo es el carterista. Ese cree que todos los demás son iguales. La política es algo más grande. Es obvio que hay confrontación.

–¿Pero toma distancia por la conducta de D’Elía o porque ahora él es funcionario del Gobierno?

–La lista tiene una postura y un proyecto. Acá hay una autonomía clara de los partidos y del Gobierno. No nos fijamos si los integrantes tienen más o menos expectativas en Kirchner. Nos fijamos qué nos conviene autónomamente a nuestra construcción. Nos podemos equivocar, pero uno elige. Y este debate no lo doy a través de los diarios. D’Elía puede armar otra lista si quiere. Si no fuera así eso sería discriminatorio.

–La consigna de la Marcha Grande de la CTA fue “ajuste o democracia”. Pasado tanto tiempo, ¿mantiene esa consigna?

–En ese momento estábamos a la defensiva. Ahora no es “o soy oficialista o soy opositor”. Tenemos que construir con una fuerza organizada para enfrentar a los núcleos de poder en la Argentina. Es nuestra responsabilidad. Como dice Benedetti: “uno no tiene siempre la libertad de hacer lo que quiere, pero tiene la libertad de no hacer lo que no quiere”. Nosotros no hacemos lo que no queremos pero tampoco nos conformamos con el posibilismo: vamos a hacer un movimiento para tener la libertad de hacer lo que queremos.

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