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El país|Lunes, 9 de octubre de 2006

Mujeres de armas llevar, las nuevas reivindicadoras de la represión

Luego de la cámara oculta a Karina Mujica, en Memoria Completa tomó la posta Ana Lucioni. Pero la historia viene de antes. La organización lleva casi cuatro años activa manejada por mujeres.

Por Susana Viau
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Cecilia Pando estuvo el jueves en el acto de Memoria Completa en la plaza San Martín.

Aunque sus admiradores lo nieguen, la ascendente carrera de Karina Mujica como líder de Argentinos por la Memoria Completa terminó en el departamento marplatense de la calle Gascón 2931, cuando bajo el seudónimo de Valentina aceptó prestar servicios, no a la patria sino a un periodista camuflado de cliente particular. Filmada con las manos en la masa, la traviesa defensora de los militares incursos en delitos de lesa humanidad tuvo que dejar de apuro la jefatura del organismo y con la misma prisa, la semana pasada fue sustituida en la tribuna de la plaza San Martín por Ana Lucioni, ella sí hija y hermana de oficiales de las fuerzas armadas. La carga de profundidad, sin embargo, había abierto un surco de importancia en la estructura de la organización que, activa desde hace casi cuatro años, suele presentarse con diferentes formatos y es capitaneada por señoras y señoritas de talante peleón, beligerante, lo que se dice de armas llevar.

Perfume de mujer

Quizá con el ejemplo de los familiares de las víctimas de la dictadura militar, esta vez, en el otro bando, se ha resuelto que la cara la ponga el sexo débil. Cecilia Pando, de la Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos de la Argentina, entidad cuya visibilidad comparte con María Pía Schwab, fue la encargada de dar el do de pecho ante la opinión pública con una carta a La Nación en mayo del año pasado. Pando, se sabría luego, era la esposa del mayor Rafael Mercado, y Schwab es hija del teniente coronel (R) Héctor Mario Schwab, numen de la agencia de seguridad Scanner y procesado por vigilar y hostilizar a empleados tercerizados de la empresas Movicom y Telefónica. No obstante, las pioneras son otras. En diciembre de 2003, Diana Gagliano, directora del periódico barrial Multiflores, recibía un mail inamistoso firmado por Silvia Abagnato en nombre de Memoria Completa. El segundo aviso llegó veinticuatro días más tarde pero la signataria, en representación de la misma asociación, era Karina Mujica.

Mujica era menor que Abagnato pero era la presidenta de la entidad y los rumores sostenían que había mantenido una relación sentimental con Alfredo Astiz; Abagnato, secretaria de Memoria Completa y oriunda de Lanús, al igual que Mujica estaría vinculada a los uniformes por lazos del corazón. Eso sí, con un personaje menor: un ex integrante de los planteles de la ESMA conocido como el Jirafa Demario. Amigos y compañeros de la periodista amenazada investigaron la cuestión y arribaron a la conclusión de que otros correos firmados con seudónimos como “Comando Massera” o “Tamara de Lempicka” partían de sus usinas. Porque, al parecer, estas militantes o sus colaboradores vivaquean al lado de la pc.

Sorprendida por la cantidad de información que se poseía acerca de ella y tras recibir una visita a su domicilio, Diana Gagliano realizó una denuncia judicial. El juez de instrucción Julio Corvalán de la Colina acabó archivando las actuaciones. A la cúpula de Memoria Completa se sumó Alejandra Vañek, que todo hace suponer es pariente del vicealmirante Antonio Vañek, jefe de la Comsión de Asesoramiento Legislativo (CAL, el reemplazo al congreso ilegalizado), en 1977, en 1978 Comandante de Operaciones Navales y en 1979, jefe del Estado Mayor General de la Armada. En mayo de 2004, una mujer más, Mónica Rodríguez, fue designada para leer el comunicado del MUN –Movimiento de Unidad Nacional–, que se reunió en la esquina de la ESMA con motivo del aniversario del hundimiento del Belgrano. En abril de ese año, la prensa daba noticias de que Aunar y Memoria Completa eran grupos integrados por civiles, militares y familiares que reclamaban “una revisión del pasado en ambos bandos”.

Memoria Completa siente afición por la escritura y conoce el valor de la propaganda. Por eso tiene un periódico digital que se publica como “Prensa Independiente”. Asimismo, la página de Memoria Completa se ha hecho eco de la aparición de “Un Canto a la Patria”, cuyo autor es el licenciado Arturo Cirilo Larrabure, hijo de un mayor secuestrado por el Ejército Revolucionario del Pueblo. Karina Mujica asegura allí que la presentación en Mar del Plata “fue un éxito y un evento sumamente emotivo,” tal cual sucediera en Buenos Aires con su primera presentación en COFA.

El reposo del guerrero

Puesta al desnudo la verdadera actividad de Karina Mujica, ni el “progresismo” ni la izquierda abusaron de la situación. La muchacha deberá reconocer que ninguno de sus adversarios tomó para el churrete su manera de ganarse la vida. Por el contrario, fueron sus conmilitones los que decidieron el relevo de su cargo de presidenta de Memoria Completa. El nerviosismo y el desconcierto planearon sobre sus sitios de la web y un sudor helado debe haber recorrido las espaldas del abogado Florencio Varela y del director de La Nueva Provincia, Vicente Massot, quienes en abril de 2004 compartieron una misma mesa con Karina para presentar entre los tres el libro La Otra Parte de La Verdad, salido de la pluma del joven letrado Nicolás Márquez y destinado a sacar a luz a quienes considera “los desaparecidos de la democracia”.

Según los panelistas (Florencio Varela es, además, autor del prólogo) el texto demostraba que no existió un plan sistemático de apropiación de niños y tampoco la cifra de desaparecidos llegaba a los 30.000. Karina no participó de aquel acto en su calidad de presidente de Memoria Completa, o de la Juventud de Memoria Completa, sino en representación de Verdad Histórica, uno de los varios sellos bajo los que actúa la agrupación.

Jugados, los foros de internet donde se expresan los seguidores de Memoria Completa (fórmula hermética y ciertamente desgraciada en la coyuntura) decidieron recular pero manteniendo la gallardía. En su columna digital llamada La Historia Paralela (en el universo al que se refiere este artículo abundan palabras como “otro”, “completo”, “doble”, “paralelo”), Susana Sechi aludió al descubrimiento del prostíbulo temático y tituló su opinión: “Karina Mujica lapidada por el ojo izquierdo”. En ella, la escritora –cuya foto ilustra la página y afirma haber sido reporteada por el licenciado Agustín Ragugni a través de radio Miami– afirma con metáforas emparentadas con la Marcha de San Lorenzo que “El enemigo avanza detrás de su vulnerable pedestal, acusando miedo de perder su espacio de poder, esta vez escudados en sus desinteligencias, comprando a pseudos (sic) periodistas de baja catadura”. Tras la breve introducción, va al grano y dice que “luego de esta bajeza que implica a esta mujer honorable, sin pasado tortuoso de muertes y asesinatos de inocentes, la máscara de los misóginos se encuentra caída y pisoteada ante la opinión pública (...) La imagen de Karina es impoluta y beneficiada ante la adversidad (sic). Partícipe necesario (de la trapisonda) fue Marcelo López, un movilero pendenciero”. O la membresía de Memoria Completa no hace honor a su nombre o Memoria Completa (concepto hermético, por cierto) ha tenido una laguna: el movilero Marcelo López fue aporreado con fruición por los activistas del grupo.

En un estilo tan frontal como el de Sechi se expresa un tal Blas García, quien además de usar también comparaciones sugerentes (el acto del 24 de mayo le habría caído al Gobierno “como le cae la munición al pato”), abordó una encendida defensa de Karina Mujica. “Si hubo alguien que permanentemente levantó la moral caída de los viejos soldados de la década del ‘70, ésa fue Karina”, recordó e hizo recordar lo que la propia Karina había contado con orgullo cierta vez. Que el almirante Horacio Zaratiegui solía llamarla “mi pequeña combatiente”. García traza un imponente retrato de la, a esa altura, ex titular de Memoria Completa, una auténtica mujer orquesta. Y concluye que “lo único que podría considerarse que le habría faltado a Karina sería haberse puesto una escoba en cierto lugar que no se puede nombrar para barrer, para barrer la basura que hay en esta Argentina desde que el nefasto Alfonsín accedió al poder para destruir a las Fuerzas Armadas, cumpliendo los designios del comunismo europeo que le pagó la campaña”.

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