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El país|Sábado, 18 de noviembre de 2006
URUGUAY, REMISO A REVER LA UBICACION DE BOTNIA

“No negociamos bajo presión”

El gobierno de Tabaré Vázquez minimizó las gestiones del enviado del rey de España por las papeleras. Le informó que no está dispuesto a dialogar mientras haya cortes e intentos de ahogo financiero.

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Antonio Yáñez Barnuevo, delegado del rey Juan Carlos, junto al canciller uruguayo, Reinaldo Gargano.

Ante el enviado del rey Juan Carlos de España, el gobierno uruguayo insistió en que “no” va a “negociar bajo presión” en el conflicto por las papeleras. “No estamos dispuestos a ningún tipo de negociación bajo cualquier tipo de obstrucción o de bloqueo, sea éste un corte de ruta, una obstrucción de carácter económico o una obstrucción de carácter político”, dijo José Luis Cancela, el diplomático encargado de recibir al visitante, tras reunirse con él. Aludía así a las gestiones argentinas que intentan el ahogo financiero de Botnia, que Cancela equiparó a los cortes de ruta.

Antonio Yáñez Barnuevo, el representante del rey, se entrevistó con Cancela en el edificio Libertad, la sede del gobierno. Esa fue la única cita de carácter oficial que le otorgó el gobierno uruguayo, que minimizó las gestiones además con un gesto inequívoco de Tabaré Vázquez, que no saludó al enviado.

El embajador español almorzó luego con el canciller Reinaldo Gargano en honor a la vieja amistad que, se ocupó de remarcar el propio Gargano, los une a ambos. Comieron en un hotel céntrico de Montevideo, donde se mostraron cruzando el amplio hall del edificio tomados del brazo. Gargano y Yáñez Barnuevo se trataron entre 1976 y 1984, cuando el uruguayo estuvo exiliado en España.

Tras el almuerzo, el canciller dijo a la prensa que Yáñez Barnuevo se había llevado de Uruguay la idea clara de que con su gobierno “no se negocia” la ubicación de la planta de Botnia.

Al igual que en su paso por la Argentina, el español eludió el contacto con la prensa, a la que sólo dio una breve declaración. “Yo vuelvo a Madrid, doy informes y seguiremos hablando”, dijo. Cuando le preguntaron sobre la posibilidad de que representantes de ambos países sean convocados por el rey Juan Carlos para que avancen en el nuevo escenario de diálogo respondió que eso “ya se verá”.

Yáñez Barnuevo se llevó a Madrid, de Buenos Aires, documentación sobre el Tratado del Río Uruguay y una copia de la denuncia argentina ante la Corte Internacional de La Haya. Que en Montevideo lo haya recibido Cancela tiene que ver con lo mismo: el funcionario tuvo una participación activa en las audiencias en las que representantes de los dos países debieron alegar ante el tribunal internacional. Cancela, secretario general de la Cancillería, también conocía al español porque estuvo destinado en España cuatro años.

Además de desplegar la postura de su país ante el juicio de La Haya, Cancela lo informó de los reclamos por los cortes de ruta de los vecinos de Gualeguaychú. La intención de su gobierno es sumar apoyos para impedir que haya nuevos bloqueos de los puentes internacionales, para lo cual preparó una carpeta con el laudo del Tribunal Arbitral del Mercosur.

Las negociaciones entre Uruguay y Argentina fueron dadas por terminadas por el país vecino el 7 de abril, hace ya más de siete meses. Desde entonces no hubo nuevos acercamientos, todos los encuentros que siguieron se dieron ante algún tribunal.

La misión de buenos oficios iniciada esta semana había sido solicitada por el presidente Néstor Kirchner al rey de España durante la reciente cumbre Iberoamericana de Montevideo. Uruguay dio su consentimiento sin mayor entusiasmo. Es evidente que su preocupación está centrada en destrabar los créditos que Botnia ha pedido al Banco Mundial. La administración de Tabaré Vázquez centra su postura en que todos los informes de impacto ambiental coinciden en que la industria pastera no provocará daños ecológicos.

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