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El subsecretario del Interior uruguayo, Juan Faropa, desmintió que el operativo de seguridad que su gobierno desplegará a lo largo de quinientos kilómetros de las playas del sur responda al temor de que los vecinos de Gualeguaychú lleven su protesta al otro lado de la frontera. “Este es un plan para controlar el delito común, que no tiene nada que ver con el conflicto”, sostuvo. Sin embargo, el funcionario admitió que en Fray Bentos ya reforzaron la seguridad y que hay “un operativo previsto” para el caso “de que a alguien cometa una locura”.
–El diario El País, de Montevideo, trae un anuncio tremendista en tapa: “Piqueteros amenazan con cruzar el río Uruguay”. ¿Su gobierno maneja la hipótesis de que los vecinos de Gualeguaychú lleven el reclamo a Uruguay?
–No tenemos ninguna información objetiva sobre eso, sólo es la versión del diario. Para el ministerio no hay ningún tipo de alerta.
–El viceministro de Defensa, José Bayardi, ha dicho que creen que pueden producirse “acciones violentas” o “sabotajes contra las plantas”.
–El asunto es el siguiente: la zona donde está instalada la pastera, desde el punto de vista de la seguridad, demanda de más atención. Pero no se trabajan hipótesis concretas de que pueda haber un atentado; sí es una zona que genera controversias.
–¿Hay más seguridad en Fray Bentos?
–Se ha reforzado considerablemente la seguridad en los últimos meses, previendo cualquier tipo de situación, para evitar una reacción en cadena que nos pueda arrastrar a un panorama complicado. Fray Bentos es una ciudad del interior, pequeña, que en los últimos meses ha tenido un gran aumento en su población. Imagínese que en la planta hay trabajando cuatro mil operarios de distintas nacionalidades. Lo que el Ministerio del Interior dispuso es que se mantenga una presencia policial sin ostentación de fuerza. Son medidas para prevenir que a alguien se le cruce algún cable y se le ocurra hacer una locura, pero también para el manejo normal de la seguridad ciudadana. No hay una situación de alarma ni estamos viendo cangrejos debajo de las piedras, se toman las medidas razonables. Como en un partido de fútbol: si juegan dos equipos chicos la custodia es limitada, pero para el clásico Peñarol-Nacional ponemos 700 policías, caballos y lanzaaguas.
–¿Cuántos efectivos llevaron a Fray Bentos?
–No se han trasladado más personas, el personal sigue siendo el mismo, pero hay una mayor coordinación con Prefectura, que no depende del Ministerio del Interior sino de la Armada, y hay un operativo previsto para reforzar con personal de otras jefaturas en caso que sea necesario. Se maneja la situación con la misma cabeza que ante un partido de fútbol.
–¿No cree que el hecho de haber cortado las negociaciones deja a los vecinos en una situación muy violenta?
–Le pido disculpas porque debo mantener la disciplina interna del gobierno. Para evitar cualquier tipo de entorpecimiento de las cosas, sólo está habilitada para hablar la Cancillería. Lo único que le puedo decir es que la gente en Uruguay está esperando a ver cuándo se va a terminar el conflicto, de alguna manera y pronto. Hay una sensación de que esto es algo artificial, que no puede ser, que no está dentro de la lógica de las relaciones entre Uruguay y Argentina.
–¿Uruguay no va a discutir la relocalización de Botnia?
–Yo tengo la gorra puesta, no puedo contestarle.
–Hablemos del operativo en las playas.
–Es el mecanismo estándar de todos los veranos, exclusivamente pensado por el delito común.
–Pero habrá seguridad extra, ¿no es así?
–No. Lo que se está haciendo es aplicar en el desarrollo de este plan algunas medidas de apoyo a cargo de las intendencias, que están haciendo un pago extra a los funcionarios policiales. Ese pago se está ampliando al departamento de Rocha y también al departamento de Canelones. Pero rechazo que esto tenga algo que ver con el conflicto de las papeleras.
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