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El país|Domingo, 3 de diciembre de 2006
EL INGENIERO NO TUVO QUE DECIR ANTE LA JUSTICIA

Blumberg sin palabras

Después de que Página/12 reveló su rol en difundir el secuestro de Iannone, el ingeniero contraatacó diciendo que poseía “mucha información” de casos que el Gobierno quería tapar. Pero cuando lo citó la fiscalía para que aporte datos, no tuvo nada que decir. Es más, ni siquiera pudo probar que los casos existieran.

Por Diego Schurman
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La apuesta opositora de explotar el tema de la inseguridad para sacar rédito en la pelea electoral puede tener un efecto

boomerang. Y de eso puede dar cuenta el mismísimo Juan Carlos Blumberg, potencial candidato de la derecha en la provincia de Buenos Aires. Después de denunciar a las autoridades nacionales y bonaerenses de querer silenciar hechos de gravedad, como una serie de secuestros extorsivos, el ingeniero no sólo no aportó datos para esclarecer esos supuestos hechos sino que ni siquiera se pudo comprobar la existencia de ellos.

El traspié de Blumberg se produjo el 21 de noviembre en la Fiscalía Federal Nº2 de San Isidro. La citación, según consta en el escrito judicial, obedeció a un textual que ofreció dos días antes al diario La Nación, en una nota titulada “Si hubiera avisado a los medios, Axel estaría vivo”. El reportaje en realidad formaba parte de un raid mediático desarrollado de urgencia por el ingeniero, en respuesta a la tapa de Página/12 del 18 de noviembre, donde se revelaba que los principales expertos en seguridad nacionales e internacionales criticaban la decisión de Blumberg de dar a conocer el secuestro de Ianonne sin tomar en cuenta los peligros a los que exponía a la víctima.

Concretamente, el ingeniero señaló allí que “hay muchos más secuestros de los que figuran en las estadísticas oficiales del gobierno bonaerense. Mucha gente no hace la denuncia. Esta semana hubo tres casos de secuestros exprés en Carapachay (partido de Vicente López). Pero quieren tapar las cosas para que la gente no se entere”.

En rigor, Blumberg venía hace rato con ese caballito de batalla, aparentemente ligado a sus pretensiones políticas en el distrito más populoso del país. En los días previos a la citación judicial, el ingeniero volvió sobre el tema en los programas televisivos de Luis Majul y Mariano Grondona. En este último habló de tres secuestros, además de Carapachay incorporó a Villa Adelina, y cerró su prédica con una frase sugerente: “Nosotros manejamos mucha información”.

Sin embargo, según pudo saber Página/12, en la causa 3111, que ahora tramita el Juzgado Nº2 de San Isidro, Blumberg “no aportó dato alguno de los supuestos secuestros extorsivos de Carapachay”.

Al respecto, la Justicia señaló que el ingeniero solamente dio referencia sobre:

1) “Un supuesto secuestro extorsivo ocurrido en Villa Adelina, sobre el que no se poseía ninguna clase de información ni sobre la identidad de la víctima, sobre el lugar preciso de ocurrencia, sobre la fecha, sobre la demanda extorsiva, etcétera”.

2) “Robos comunes, secuestros virtuales (extorsiones practicadas por teléfono sin personas privadas de libertad), que en su gran mayoría ya se encontraban bajo conocimiento de autoridades policiales y judiciales de la provincia de Buenos Aires.”

3) “Dos secuestros extorsivos ocurridos los días 3 y 11 de noviembre de 2006 (es decir, más de dos semanas antes de la publicación periodística) y que se encontraban siendo ya investigados por las autoridades judiciales competentes (Fiscalías Federales Nº1 de San Isidro y Nº2 de Morón).”

Difundir o no difundir

Blumberg siempre criticó con dureza al ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian. Y sumó a su inquina al ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien no le atiende el teléfono desde la movilización que convocó a Plaza de Mayo, interpretada por el oficialismo como su lanzamiento electoral.

A partir del caso de Hernán Ianonne, el joven secuestrado en José C. Paz, el ingeniero desató una pulseada por los supuestos beneficios o riesgos de hacer pública la noticia de un secuestro. Todos los expertos consideran que es mejor manejarse con reserva. En cambio, Blumberg sostiene que hay que difundirlos. A su entender, el silencio, más que una estrategia para detener a los secuestradores, tiene como propósito ocultar la realidad.

“Lo único que busca el poder político, en este caso el gobernador bonaerense Felipe Solá y las autoridades nacionales, es que no se difunda para que la gente no sepa la verdad”, argumentó días atrás. Le salieron a responder numerosos especialistas en la materia. “No se puede hacer política partidista durante un secuestro”, dijo, por ejemplo, el director de la Escuela de Prevención y Seguridad Integral de Barcelona, Manuel Ballbé.

Hace dos semanas, Página/12 reveló que un tío de Ianonne se comunicó con Blumberg para contarle que su sobrino fue capturado por una banda de secuestradores. Fue entonces que el ingeniero –que se presenta a sí mismo como un experto en seguridad– aconsejó hacer público el caso, convocando todos los micrófonos y cámaras posibles.

Expertos nacionales e internacionales sostuvieron entonces que lo hecho por Blumberg fue “gravísimo”. Vale la pena recordar las palabras de Marcelo Saín, actual interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), profesor universitario y consultor de las Naciones Unidas.

“Hacer público que alguien está secuestrado mientras todavía está en poder de los secuestradores pone en tremendo riesgo a la persona que está cautiva, hace aparecer otras bandas que quieren cobrar el rescate, pone en mucha mayor angustia a la familia de la víctima, envalentona a la banda o la convierte en más peligrosa si no es profesional, demora las negociaciones, extiende el secuestro y aumenta el valor del rescate. Como profesional de la seguridad, rechazo esta actitud que, jugando con la vida de una persona, sólo tiene como objetivo tener un increíble y desmesurado protagonismo mediático”, señaló Saín.

Un fiscal que pidió la reserva de su nombre ofreció un análisis similar. “En el caso del secuestro de este joven en José C. Paz, la banda les dijo por Nextel tres cosas: que fueran juntando mucho dinero, que llamarían a la noche y que ni se les ocurriera hablar con la policía. ¿Qué reacción tuvo esa banda cuando vio por televisión a Blumberg diciendo que ya había hablado con el fiscal y que se comunicó con el ministro del Interior? Es posible que sospecharan que la policía iba a actuar, pero ¿para qué confirmarles eso? No sabemos qué actitud tomó la banda después, pero es gravísimo que se haya hecho público el caso sin necesidad.”

Tras la publicación de estas opiniones en Página/12, Blumberg redobló la apuesta y salió a responder a los especialistas. “Yo me callé y nunca avisé a nadie cuando tuve el secuestro de Axel. Y así fueron los resultados.” Sin embargo, los propios fiscales que dialogaron con este diario citaron centenares de casos –llegó a haber 40 por mes denunciados y seguramente una cifra igual sin denunciar– en los que el secuestro no se dio a conocer y la víctima volvió sana y salva a su casa. El propio secuestro de Ana María Nordmann, cautiva de la banda que mató a Axel, no trascendió a los medios hasta después de liberada.

Seguramente lo que ahora consta en la causa abierta en el juzgado de San Isidro resulte del agrado del Gobierno. Es que una simple lectura del expediente revela la dificultad de Blumberg de hacer aportes para el esclarecimiento de supuestos ilícitos. O peor, muestra la inexistencia de éstos y, en consecuencia, la imposibilidad de que los ejecutivos nacional y provincial estuvieran ocultándolos.

Los especialistas, se dijo, no estuvieron de acuerdo con la difusión del caso Ianonne. Pero ni hablar con la postura del ingeniero de referirse sobre otros secuestros de los que no hay prueba de su existencia, creando así una sensación de caos e inseguridad.

El traspié trasciende la discusión de la seguridad y se cuela en la puja electoral. Blumberg admitió no hace mucho haber recibido una propuesta de Mauricio Macri para candidatearse a gobernador bonaerense, aunque aún no tomó una decisión al respecto. Probablemente la pista más firme de su futuro quedó registrada en una frase que regaló hace un mes a Página/12. “Si tengo que sacrificarme en beneficio de los demás, lo voy a hacer”, dijo.

Es factible que la indecisión de Macri sobre cuál será el distrito electoral que lo encontrará como candidato también demore un pronunciamiento de Blumberg, quien se ha posicionado como un referente de la nueva derecha y se muestra a gusto cerca del líder del PRO.

A la luz de su reciente declaración ante la justicia, en lo que Blumberg no debería titubear, si es que en la campaña decide hacer bandera de un tema tan sensible –y ciertamente preocupante– como el de la inseguridad, es en acompañar semejante ruido con algunas nueces.

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