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A poco más de una semana de haber asumido la presidencia de la UCR, Gerardo Morales empezó a poner la casa en orden: mantuvo ayer una reunión con Roberto Lavagna y dio así el primer paso para encolumnar al radicalismo detrás de la candidatura del ex ministro de Economía. “La coalición está en marcha”, sintetizaron desde la conducción radical y dejaron en claro que es condición para el acuerdo que el compañero de fórmula de Lavagna sea un hombre de ese partido. Como principio de su camino conjunto hacia 2007, radicales y lavagnistas acordaron iniciar “acciones legales” contra la eventual postulación de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires y pedir al Gobierno que precise por decreto la fecha de las elecciones del año próximo.
La reunión de Morales con Lavagna marca la reapertura de las conversaciones entre el radicalismo y el ex ministro de Economía. La Convención radical –dominada por el alfonsinismo y los bonaerenses que responden a Federico Storani y Leopoldo Moreau– fijó en su momento las bases para llevar al partido a una coalición con Lavagna, pero desde la presidencia de la UCR Roberto Iglesias no avanzó después en ese sentido. Al timón del radicalismo desde el 1º de diciembre pasado, Morales se propuso retomar el diálogo y no tardó en pactar un encuentro con Lavagna. Acudió a la cita con el presidente de la Convención partidaria, Adolfo Stubrin; los jefes de las bancadas radicales de senadores, Ernesto Sanz, y de diputados, Fernando Chironi; y el titular de la Juventud Radical, Emiliano Afara. El ex ministro de Economía lo recibió en sus oficinas de Diagonal Norte y 9 de Julio en compañía de Alberto Coto, Alejandro Rodríguez y el diputado Juan Carlos Camaño, integrantes de su mesa política.
En las dos horas que duró la reunión quedó de manifiesto la voluntad de unos y otros de avanzar en la articulación de una coalición opositora con Lavagna de candidato a la Presidencia y el radicalismo en un rol protagónico. Lavagnistas y radicales buscarán ahora compatibilizar sus respectivas propuestas para convertirlas en una única plataforma de gobierno para proponerle al electorado en 2007. El ex ministro de Economía designó a Coto y Rodríguez para tratar con los radicales, quienes a su vez confiaron a Stubrin el vínculo con el lavagnismo.
“La idea es avanzar en la construcción de una alternativa nacional y armar también coaliciones en los distritos en que sea posible. Donde haya coincidencias, cada uno irá por su lado siempre con el paraguas de la fórmula nacional, en la que debe haber un radical”, contaron a Página/12 en el radicalismo. En la reunión se repasó la situación de los principales distritos del país, pero no se avanzó mucho más que en esa definición.
También quedó claro que Lavagna tiene allanado el camino para conversar con el macrismo en tanto no comprometa a los radicales. Morales fue elocuente al señalar que “no vemos mal que haya un acuerdo táctico entre Lavagna y (Mauricio) Macri para no disputar el mismo espacio. De allí a un acuerdo programático es una cuestión que genera mucho ruido en nuestro partido y algo que nosotros no hemos resuelto”.
Mientras avanzan en la compatibilización de sus propuestas, lavagnistas y radicales se plantearon encarar algunas acciones en forma coordinada. Empezarán por cuestionar la eventual postulación de Scioli en territorio bonaerense. “No estaría en condiciones de ser candidato”, advirtió Morales y anticipó que en caso de que los equipos jurídicos del radicalismo y de Lavagna comprueben esa presunción, “plantearemos en la Justicia acción declarativa de certeza”. También van a demandar la derogación de las leyes de lemas en Formosa y La Rioja y en los demás distritos donde estén vigentes y pedirán que se dicte el decreto de convocatoria a las elecciones de 2007 para que no haya más dudas en cuanto a la fecha en que se realizarán.
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