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El país|Martes, 9 de enero de 2007

Gerez criticó a los fiscales y a “los que están embarrando la cancha”

El albañil que estuvo 48 horas secuestrado participó en el programa radial de Hebe de Bonafini. Dijo que algunos sectores “están sembrando cizaña” cuando sospechan de un “autosecuestro” y aseguró que antes del discurso de Kirchner, habían decidido soltarlo.

Por Martín Piqué
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Hebe de Bonafini y Luis Gerez, ayer en el estudio de la radio de las Madres.

“La fiscal nos engañó, hizo que mi compañera fuera a la fiscalía y después la hizo quedar cuatro horas declarando. Están embarrando la cancha.” Luis Gerez, el albañil y militante kirchnerista que desapareció 48 horas y luego reapareció tras una intensa movilización en su búsqueda, volvió a dar una entrevista después de varios días de silencio. Anoche estuvo en el programa “Pariendo sueños”, que la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, conduce los lunes a las 20 por la radio AM 530. Durante las casi dos horas que duró el reportaje, Gerez criticó a la fiscal de Escobar, Andrea Palacios, y aseguró que algunos sectores “están sembrando cizaña” al sostener que se podría haberse tratado de un “autosecuestro”. También relató detalles de su cautiverio y de las agresiones a las que fue sometido y, ante una pregunta puntual de Bonafini, dijo que cree que sus raptores decidieron liberarlo antes de que Néstor Kirchner pronunciara aquel duro discurso por cadena nacional.

La visita de Gerez al programa que conduce Bonafini por la radio de las Madres había comenzado a prepararse desde la tarde del sábado. El testigo del caso Patti había avisado a la fiscalía de Escobar y a las autoridades que monitorean la custodia. Ayer a la tarde su esposa, Mirta Praino, fue hasta la fiscalía para pedir un móvil que los llevara hasta la radio AM 530, ubicada en Cerrito al 200. Cuando Praino llegó a la sede judicial, la fiscal le pidió que ampliara su primer testimonio. La mujer se quedó cuatro horas relatando lo que vivió durante las 48 horas en que Gerez estuvo desaparecido. La declaración le impidió estar en la primera hora de la entrevista. Al albañil se lo notaba molesto por esa situación.

“En este momento yo estoy acá y mi compañera sigue declarando. Había ido a pedir permiso para venir y hasta ahora sigue en la fiscalía”, se quejó Gerez poco después de llegar a la radio. Lo acompañaban el diputado bonaerense Fernando Navarro y el dirigente Emilio Pérsico, del Movimiento Evita. En ese momento no lo escoltaba ningún policía. La custodia adujo no haber recibido ninguna orden. Los efectivos de la Bonaerense llegaron media hora más tarde. Al principio Gerez parecía nervioso (“Tiene devoción por Hebe”, contó Pérsico del otro lado del vidrio, donde se habían agolpado los periodistas), aunque se fue soltando con las preguntas.

“Mi vida comienza a agitarse en la declaración en el Congreso.” Con esa confesión, que ya había hecho la semana pasada en una entrevista con Página/12, Gerez comenzó a hablar del caso que lo tiene como protagonista. Relató una serie de hechos que vivió después de declarar en el Parlamento. Aquel testimonio fue utilizado por los diputados para impugnar la jura del ex subcomisario Luis Patti. Gerez contó que en los meses posteriores a su declaración las cubiertas de su viejo Dodge aparecieron tajeadas, que en una parada de colectivo le dijeron “vos sos Gerez, tenés un hijo en Phillips” y que le mostraron un arma a través de la ventanilla del acompañante de una camioneta que iba por la Panamericana. Atenta y rápida de reflejos, Bonafini se mostró muy informada sobre las últimas novedades:

–Luis, ¿sabés qué declararon los testigos de identidad reservada?

–Lo desconozco. Están sembrando un montón de cizaña. Hablaron de que pudo ser preparado por el Gobierno o de que pudo ser un autosecuestro. La fiscal incluso me preguntó si alguna vez dudé de mi mujer.

No fue ésa la única crítica que le dirigió al equipo de fiscales. “Estuve declarando entre seis y nueve horas en dos días consecutivos. Para empiojar la cancha dicen que yo me guardé cosas. Yo llegué a pensar que me podía callar por la integridad de mis hijos y decir que me había caído borracho en una zanja. La otra era ir de frente. Y eso hice”, dijo Gerez. Luego, cuando Bonafini le preguntó por la “sesión de tortura” que había sufrido, el testigo se negó a usar esa expresión. “No hubo una gran sesión de tortura sino una persona que se sale de sí. Hubo un forcejeo, unos tirones. Me habían sacado la capucha y me pusieron una venda. Me dieron una piña en el pecho y alguien dijo ‘ah, no gritás’. Entonces siento un ardor en el pecho, un tirón y alguien que dice ‘bueno, basta, ya está’. ¿Qué más debía hacer para que fuera creíble? ¿Aparecer con el ojo ensartado en una aguja de tejer?”, se preguntó.

–Luis, ¿Duhalde podría estar detrás de esto? Yo le tengo mucha desconfianza y como es amigo de Patti... –preguntó Bonafini.

–Ellos lo pusieron a Patti en el gobierno de Escobar. Junto con el apoderado del PJ (Jorge Landau). Aunque Patti venía de la mano de (Alberto, ex dirigente de la UCeDé) Albamonte. Yo tengo mi manto de sospecha. Ellos son expertos en tirar opiniones.

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