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El país|Viernes, 26 de enero de 2007

Otro represor que declaró por el secuestro de las monjas francesas

El ex prefecto Héctor Febres negó haber participado del asesinato de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo y las religiosas. Dijo que las acusaciones eran “una barbaridad”.

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Los represores de la ESMA volvieron a tribunales por los secuestros de la iglesia de la Santa Cruz.

El represor Héctor Febres negó haber participado en el secuestro y asesinato de las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet y de un grupo de familiares de desaparecidos detenidos ilegalmente en la iglesia de la Santa Cruz, entre los que estaban las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo. “Una barbaridad”, calificó el ex prefecto a las acusaciones en su contra, ratificadas por los sobrevivientes de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

Febres, que está detenido en el destacamento del Delta de Prefectura, fue el último de un grupo de acusados en la causa ESMA al que el juez Sergio Torres ordenó ampliarle en estos días la declaración indagatoria.

La medida, que respondió a un pedido del fiscal Eduardo Taiano, apuntaba a notificar a los represores del hallazgo de los restos de la religiosa francesa Duquet, de las Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, Mari Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga y de Angela Aguad, militante de Vanguardia Comunista y del grupo de apoyo a los familiares de desaparecidos. La identificación de los cuerpos se conoció en 2005 y permitió comprobar científicamente la existencia de los “vuelos de la muerte”.

La ronda de indagatorias comenzó la semana pasada con los represores Antonio Pernías y Jorge “El Tigre” Acosta. El miércoles fue el turno de Alfredo Astiz, quien por primera vez accedió a declarar por este tema.

El ex marino, que fue condenado en ausencia en París por el asesinato de las religiosas, intentó desligar su responsabilidad y descargar la culpa en “agentes franceses” que –según dijo– participaron en el hecho. Para fundamentar su argumento utilizó el documental de la periodista francesa Marie Monique Robin, quien rastreó la influencia del ejército francés en el adoctrinamiento y entrenamiento de los represores argentinos.

Astiz también solicitó una pericia hidrográfica para desacreditar el hallazgo de los cadáveres de las Madres de Plaza de Mayo en General Lavalle. Los cuerpos fueron identificados mediante un análisis de ADN por el Equipo Argentino de Antropología Forense.

El abogado Horacio Méndez Carreras, representante de las familias Domon y Duquet, evaluó que los dichos de Astiz eran parte de una estrategia dilatoria. Lo mismo opinó ayer la abogada Sophie Thonon, impulsora de los juicios en Francia contra los represores argentinos. Thonon consideró “absurdo” el intento de Astiz por acusar a agentes franceses y descartó que la estrategia pueda llegar a tener éxito. La abogada recordó que la responsabilidad del represor en violaciones a los derechos humanos cometidas en la Escuela de Mecánica de la Armada está “ampliamente comprobada por miles de testimonios que lo involucran”. Y mencionó que además de involucrarse en los grupos de familiares de desaparecidos en Buenos Aires para luego secuestrarlos, también se infiltró entre los refugiados políticos de Francia.

Astiz, Febres –señalado entre otras cosas como el responsable de “repartir” los bebés que nacían en la ESMA–, Pernías y Acosta ya están procesados por los secuestros de la iglesia de la Santa Cruz. La causa se encuentra actualmente en manos de la Cámara de Casación. Una vez que ese tribunal se expida el caso estaría listo para ser elevado a juicio oral.

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