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El país|Lunes, 12 de marzo de 2007
BRIZUELA DEL MORAL GANO LA REELECCION EN CATAMARCA POR 57 A 35 POR CIENTO FRENTE AL PJ

La paliza a Barrionuevo vino del radical K

Por una diferencia aplastante de 22 puntos, la coalición del radicalismo K y el Frente para la Victoria le ganó al gastronómico Barrionuevo, que insistía en hacerse elegir en su provincia. “Se acabó, buenas noches, mucho gusto”, dijo el sindicalista. Masivo festejo en las calles y llamados felices desde el Gobierno.

Por Miguel Jorquera
Desde San Fernando del Valle de Catamarca
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Las calles de la capital catamarqueña vivieron una fiesta anoche y los teléfonos sonaban desde Olivos.

El triunfo de Eduardo Brizuela del Moral sobre Luis Barrionuevo fue tan amplio como para albergar a todos los que quisieron montarse al carro de la victoria. Anoche en Catamarca se mostraron los gobernadores radicales K, la plana mayor del kirchnerista Compromiso K y hasta la conducción nacional de la UCR alineada con Roberto Lavagna. La coalición entre el Frente Cívico y Social y el Frente para la Victoria aplastó al PJ alineado tras Luis Barrionuevo por veintidós puntos. “Para mí se terminó, buenas noches, mucho gusto”, se despidió lapidario el gastronómico.

“Somos aliados al Frente para la Victoria, que es del justicialismo. Por lo tanto el triunfo también le corresponde al presidente Kirchner, que se mostró prescindente en la elección, pero con el que mantenemos una excelente relación institucional”, fueron las primeras palabras del gobernador. Habían pasado 15 minutos de las 9 de la noche, los datos extraoficiales del Frente Cívico pronosticaban un triunfo “irreversible”, aunque las pantallas del centro de cómputos oficial todavía estaban en blanco. Los militantes oficialistas ya festejaban en la céntrica plaza 25 de Mayo, frente a la Casa de Gobierno.

A esa hora, Barrionuevo admitía la derrota. “Perder por uno o por diez es lo mismo, sirve ganar. Para mí se terminó. Iba a ser gobernador por cuatro años, ésa fue mi palabra, que es cheque. No me entendieron, buenas noches mucho gusto.” El sindicalista dio por terminada así su experiencia catamarqueña y agregó que “ahora vendrá renovación del partido, elecciones internas y un nuevo proyecto. Fui por la revancha y chau, ya está, no puedo seguir insistiendo en algo generacional, no me interesa”, concluyó.

El radicalismo catamarqueño necesitaba un puching ball para conservar el poder en la provincia y lo encontró en Luis Barrionuevo. El sindicalista nunca pudo vencer en la Catamarca que siempre aspiró a gobernar y en la que cayó derrotado en las últimas tres elecciones.

Las encuestas y los sondeos previos le dieron la tranquilidad suficiente al gobernador como para no exponerse y ofrecer flancos débiles en una gestión que lleva 16 años en el gobierno provincial. Brizuela del Moral esquivó los medios de prensa, pero aprovechó la más mínima bravuconada del gastronómico para salir a responder. La estrategia le dio buenos frutos.

Al momento de votar, Barrionuevo intentó mostrarse calmo, aunque sus nerviosos movimientos de manos que amasaban una pelotita de golf dejaban ver que la ansiedad lo carcomía. “Es una cábala, me la regaló uno de los pocos jugadores que hay en Catamarca”, respondió el candidato del Frente Justicialista por la Dignidad cuando le preguntaron por la pelotita que no abandonó ni para depositar el voto mientras posaba para los fotógrafos.

Allí, a las 9 de la mañana y en una escuela con todas las mesas abiertas y escasos votantes, Barrionuevo cuestionó la política de turismo de la provincia, los niveles de pobreza y los sondeos “oficiales”. También trató de explicar desde dónde llegarían sus votos. Entonces ya se había producido uno de los pocos inconvenientes de la jornada: la policía detuvo a un camión en el que punteros del PJ traían “trabajadores golondrina catamarqueños” desde Tucumán para votar.

Ayer, una pregunta sacó de quicio al sindicalista. “¿Quién pregunta eso?”, giró en busca del cronista, frunció el ceño y dijo que no respondería. Le habían recordado la quema de urnas en las elecciones de marzo de 2003, tras su inhabilitación como candidato.

Después quiso darle un tono risueño a la presencia del ex dirigente de Chacarita Armando Capriotti, y de varios “simpatizantes” del equipo de San Martín en Catamarca. “No creo que hayan venido, no sé para qué. Armando es un hombre preocupado por la democracia y vino a fiscalizar”, afirmó sonriente antes de retirarse a la sede de los gastronómicos catamarqueños, donde sindicalistas de todas las provincias vecinas llegaron “para darme una mano”.

Pasado el mediodía, el gobernador llegó al colegio Fray Mamerto Esquiú –principal escenario de los incidentes de 2003– en uno de los momentos de mayor afluencia de gente para sufragar: antes del almuerzo y de la “sagrada” siesta catamarqueña. “Barrionuevo no conoce la provincia”, atacó Brizuela del Moral a su contrincante por sus declaraciones sobre la pobreza en San Fernando del Valle, y lo acusó de violar la veda electoral al “hablar de sus cábalas”.

Después, Brizuela del Moral se despachó sobre las obras de gobierno y hasta anticipó su triunfo cuando confirmó que llegarían a la provincia la mayoría de los gobernadores radicales K: el mendocino Julio Cobos, el santiagueño Gerardo Zamora y el rionegrino Miguel Sainz. Pero desechó la visita del presidente Néstor Kirchner.

El kirchnerismo también festejaba por adelantado. Parte de la plana mayor de Compromiso K compartía un asado en el que ofició de anfitrión Armando “Bombón” Mercado, el mentor del acuerdo del Frente para la Victoria con el oficialista Frente Cívico. Allí estuvieron el pingüino santacruceño Henri Olaf “Pilo” Asset, la senadora Marita Perceval, el secretario de Industria de la Nación, Miguel Peirano, José Luis Esperón del área de Minería, el diputado Gerardo Collantes y Marcelo Fuentes de la Cancillería, al que luego se sumaron referentes de provincias vecinas como Javier Noguera, secretario de Gobierno y hombre de confianza del gobernador tucumano José Alperovich.

Radicales K y kirchneristas ya tenían en sus manos el primer corte de las encuestas en boca de urnas. La diferencia era “enorme” y garantizaba la victoria. Tras la siesta, Brizuela del Moral ya se había comunicado con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y con el ministro del Interior, Aníbal Fernández. “Los dos me felicitaron”, reconoció el gobernador.

Poco antes de las diez de la noche llegó el llamado del Presidente. Habló con Brizuela del Moral y su nueva vice, la kirchnerista Lucía Corpatti. Brizuela del Moral salió al balcón para brindarle el triunfo a “todo el pueblo de Catamarca”, dijo que el propio Kirchner le pidió que “extendiera sus felicitaciones a todos ustedes” y que “me convocó para que pronto nos reunamos para seguir trabajando por la provincia”. Después agradeció “a mis amigos, los gobernadores radicales” y “a mis amigos del gobierno nacional”. Dentro de la Casa de Gobierno provincial, y en la plaza, todo era fiesta. Aunque tampoco era una multitud la que festejaba.

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