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El país|Domingo, 25 de marzo de 2007
MASIVA MARCHA DE LOS ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS A 31 AÑOS DEL GOLPE

Una plaza tomada por la memoria

Con consignas de justicia por los crímenes del pasado, y pidiendo mayor protección a los testigos en los juicios y la aparición con vida de Julio López, la Plaza se llenó bajo el sol. Se leyó la “Carta abierta a la Junta Militar” de Walsh, se criticaron las amenazas recibidas esta semana y se terminó con un recital.

Por Werner Pertot
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Las consignas fueron: “30 mil desaparecidos presentes”, “Contra la impunidad, juicio y castigo ya” y “Aparición con vida de Julio López”.

Y el ruido de los tambores abarcó la Avenida de Mayo. Y no hubo más silencio. Bajo el tronar de los bombos, miles de personas marcharon para conmemorar los 31 años del golpe de Estado y los 30 años del asesinato del periodista Rodolfo Walsh, cuya “Carta abierta a la Junta Militar” se leyó en la Plaza. Con los pañuelos blancos de las Madres y las Abuelas a la cabeza, reclamaron la aparición con vida de Julio López, mayor protección a los testigos y por las trabas en la Justicia para que avancen los juicios. “La Cámara de Casación perturba el accionar de los jueces. Opinan en el tiempo que se les ocurre”, sostuvo la titular de Abuelas, Estela Carlotto, en sintonía con lo que planteó el presidente Néstor Kirchner en Córdoba.

A diferencia de aquel 24 de marzo de hace 31 años, el cielo derramó sol sobre la Avenida de Mayo, desde el Obelisco hasta la Plaza. Con pases coreográficos, unas cincuenta bailarinas vestidas de blanco y negro abrían la marcha. Detrás venían los tambores del grupo de percusión La Chilinga, seguidos por la extensa bandera con los rostros de los desaparecidos. La sostenían los miembros de los organismos de derechos humanos, que llevaron como consignas “30 mil desaparecidos presentes”, “Contra la impunidad, juicio y castigo ya” y “Aparición con vida de Julio López”.

“Cuando ya no pensábamos que teníamos que salir a la calle con la consigna de aparición con vida, pasó lo de López. Pareciera que no se hace lo suficiente para encontrarlo. Fue equivocado que lo buscara la propia Bonaerense. Los organismos vamos a seguir pidiendo y pidiendo que aparezca”, aseguró Nora Cortiñas, a la cabeza de la fila.

Cerca de ella, Alba Lanzillotto, de Abuelas, respondía a las amenazas que recibió cuando fue a dar una charla a una escuela esta semana. “Como ellos lavaban el cerebro, creen que toda la gente hace lo mismo”, dijo Alba, quien también cuestionó al ex capellán de la Policía Bonaerense, Christian von Wernich –detenido por su participación en siete homicidios y 41 secuestros en la dictadura–, que se comparó con los primeros cristianos que eran arrojados por el César a los leones, como reveló ayer Página/12. “Lo de Von Wernich es una vergüenza. No entiende nada de cristianismo. El hubiera estado sentado con los emperadores, riéndose”, rebatió.

Banderas de la memoria

Seguían banderas de todos los colores: de sindicatos de la CTA, de asambleas barriales, organizaciones estudiantiles, del Movimiento Chicos del Pueblo con la consigna “El hambre es crimen”, y hasta de la promoción “Carajo 72” del Colegio Nacional de Buenos Aires, que portaba una bandera blanca con los nombres de los desaparecidos de ese secundario.

“Y ya lo ve, y ya lo ve, es la gloriooooooosa Jotapé”, coreaban las columnas kirchneristas, con banderas argentinas de Libres del Sur FTV, Barrios de Pie, Corriente Nacional y Popular, agrupación Héctor Cámpora y el Partido de la Victoria. Más atrás flameaban las banderas rojas del Partido Socialista y del Partido Intransigente.

“Como a los nazis, les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”, cantaban los militantes de Encuentro por la Democracia y la Equidad, el partido de Martín Sabbatella. Además del intendente de Morón, se pudo ver en la marcha al dirigente peronista Juan Carlos “Canca” Dante Gullo, al diputado Miguel Bonasso, a la titular del Inadi, María José “Droopy” Lubertino; al secretario general de la CTA, Hugo Yasky; al titular de Cascos Blancos, Gabriel Fuks; y al diputado Claudio Lozano.

Mezclados entre las columnas se sumaba mucha gente suelta con hijos, como Carina, una docente que llevó a la movilización a Emilia, de cuatro años, rubia como su madre. “Vino mucha gente, porque a pesar de ser un año más se agrava por la desaparición de López”, indicó Carina. “Ella todavía mucho no entiende. Le dije que unos hombres malos mataron mucha gente. ¿No te conté?”, le preguntó. Emilia miraba perpleja la manifestación, con sus cientos de tambores, lanzallamas, malabaristas y bailarines de murgas.

Las banderas incluían a un grupo de misioneros con pins que decían “Afectados por Yacyretá” y ambientalistas con carteles de “El Ceamse también es dictadura”. Incluso, sobre el final, ronroneaban los motores de una fila de motoqueros.

Las diversas columnas desembocaron en la Plaza, mientras los locutores leían la “Carta abierta a la Junta Militar”, de Rodolfo Walsh. Mañana se cumplen 30 años del asesinato del escritor, que se conmemorarán con múltiples actividades (ver página 5). La lectura terminó con un fuerte: “¡Presente! ¡Ahora y siempre!”. Poco antes de que empezara el acto, llegaron las Madres y Abuelas que participaron del acto en La Perla. “Fue otro hecho histórico, como la toma de la ESMA”, señaló Carlotto. “Lo que me conmocionó fue la cantidad de jóvenes. En ese centro de horror, como fue la ESMA, cantaron el Himno Nacional. Yo me agarré de mi hijo (de la foto) y me puse a llorar”, contó Taty Almeyda, de Madres - Línea Fundadora.

Subieron al palco representantes de los distintos organismos: Carlotto, Laura Conte, Mabel Gutiérrez (Familiares), Beatriz Luque (Hermanos),

Paula Maroni y Eduardo Nachman, de H.I.J.O.S. Juntos, leyeron el documento firmado por la APDH, Asociación Buena Memoria, CELS, Fundación Memoria Histórica y Social Argentina, Serpaj, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Hermanos de Desaparecidos por la Verdad y la Justicia, MEDH, Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora e H.I.J.O.S., regional Capital.

Hicieron énfasis en las amenazas y en la desaparición del testigo del juicio a Miguel Etchecolatz. “Si se hubiera encarcelado en tiempo y forma a los culpables de los crímenes de lesa humanidad, Julio estaría con nosotros”, leyeron y recibieron los aplausos de la multitud. Cerraron el acto Arbolito, Horacio Fontova y Javier Calamaro. Sobre la Plaza quedó resonando la última consigna que corearon los locutores: “Ahora, ahora, resulta indispensable: aparición con vida y castigo a los culpables”.

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