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El país|Sábado, 26 de mayo de 2007
JUAN CABANDIE, EL NIETO 77 RECUPERADO POR ABUELAS DE PLAZA DE MAYO

“La realidad se transforma con política”

Un abogado de la fundación Blumberg, un hijo de desaparecidos que recuperó su identidad hace tres años y el presidente de un club barrial. Tres nombres que estarán por primera vez en letras de molde en las boletas electorales.

Por Victoria Ginzberg
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Hace poco más de tres años tenía otro nombre. En enero de 2004 Juan Cabandié se enteró de que era hijo de desaparecidos y que había nacido en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Dos meses después estaba sobre el escenario del acto en el que se recuperó ese centro clandestino de detención hablando ante una multitud. Allí conoció a León Gieco, que después le dedicó una canción (“Yo soy Juan”). Y en ese mismo lugar se cruzó con Alicia Kirchner, que luego lo convocó a trabajar en el Ministerio de Desarrollo Social. Juan dejó su puesto en una empresa de sistemas y se volcó a la gestión pública y a la militancia política. Está cuatro en la lista de legisladores del Frente para la Victoria.

–¿Cómo fue el cambio que implicó, además de recuperar la identidad, un nuevo ámbito de trabajo y de proyectos políticos?

–Desde chico hacía tareas comunitarias con una iglesia. Eso de “donde hay una necesidad hay un derecho” lo tenía desde hace tiempo. Conocer mi identidad me ayudó a profundizar esta posición. Esa posición ideológica, social y política.

–¿Qué hace en el ministerio?

–Trabajo en el Consejo Federal de Juventud, en una de las dos áreas de Juventud del ministerio. Trabajamos en políticas públicas hacia los jóvenes, en involucrarlos en las cuestiones públicas, construir un Estado presente. Eso está enmarcado en el mismo proyecto que tenían los jóvenes de esa generación que hoy no están. Los 30 mil desaparecidos.

–¿Esto empezó a partir del acto de la ESMA de 2004?

–Cuando bajé del escenario del acto de la ESMA venía caminando Alicia Kirchner, venía a saludarme. Yo le dije “siga adelante con las políticas sociales”. Al mes, mes y medio me llamó, me dijo que quería juntarse conmigo y que quería que trabaje con ella. Para mí fue una alegría enorme. Era pensar que desde ese lugar podía llevar a cabo ese mismo proyecto de justicia social que querían nuestros padres. Aprendo mucho. Es una persona con una visión desde lo social y lo técnico muy interesante. Y me relaciono con muchos jóvenes que trabajan en distintas áreas del Gobierno y en la militancia. Ese es hoy mi mundo.

–Es un mundo nuevo...

–El de la militancia política activa sí. Tiene tres años. Pero siempre tuve interés. Era un niño politizado.

–¿Cuál es el balance de estos tres años?

–Siempre fui Juan Cabandié, solo que durante 26 años no lo supe. Si miro para atrás veo que se profundizaron muchas cosas. También las banderas que empecé a levantar desde los primeros días. Enseguida empecé a reconocerme como Juan, a pesar de que tenía otro nombre. Eso es algo muy específico que atravieza la historia de los nietos y los hijos:el nombre.

–¿Por qué ser candidato?

–¿Y por qué no? Entiendo que la lucha por los derechos humanos, de la cual vengo, no es otra cosa que la lucha por los derechos sociales y eso se pelea desde la responsabilidad cívica y desde estos lugares, como la Legislatura. Que los argentinos tengamos una sociedad mejor, que los porteños tengamos una ciudad mejor tiene que ver con la política. Tenemos que impedir que aquellos que tienen reminiscencias de años de acumulación indiscriminada de la riqueza, como Mauricio Macri, hagan que haya una segunda generación de desaparecidos, de desaparecidos sociales. El sábado pasado estuvimos reunidos con madres que luchan por que sus hijos dejen el paco. La única forma para transformar la realidad es la organización, el ámbito legislativo, ejecutivo, la política. Entonces ¿por qué no involucrarse?

–¿Y por qué con Filmus?

–(Daniel) Filmus expresa la integridad, la honestidad. Desde el Ministerio de Educación ha logrado varias conquistas: la Ley de Educación Técnica, que es la recuperación del activo productivo de un país y el destino del 6 por ciento de PBI para Educación. Lo mismo (el ministro de Salud) Ginés (González García), primer candidato en la lista del Frente para la Victoria. El de Filmus es el único proyecto progresista de la ciudad. Y significa acompañar el proyecto del conjunto de los argentinos, del gobierno nacional.

–¿Presentarse como la única alternativa progresista y polarizar con Telerman no termina favoreciendo a Macri?

–El único proyecto que expresa una concepción progresista es Filmus. La gestión de Telerman está llena de personas vinculadas con el macrismo.

–Los derechos humanos son un tema fuerte del gobierno nacional pero la oposición dice que hay doble discurso o que se usa electoralmente.

–Las críticas mezquinas hablan de que Kirchner sobreactúa. Si sobreactuar es renovar la Corte, recuperar espacios de memoria, entre ellos el lugar que nací y la derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, yo digo que siga sobreactuando. A los que critican no se les cae una idea. Es una crítica ideológica.

–¿Hay cosas que no le gusten del Gobierno?

–Lo que rescato de este proyecto de país de todos los argentinos, que este gobierno está llevando a cabo, es que hay un gran valor cívico. Hay una gran voluntad de transformación y eso uno lo palpa día a día, en las provincias, en los barrios, en la gente.

–Eso es bueno. ¿Alguna crítica? ¿El punto débil?

–Siempre hay cuestiones a mejorar o profundizar, pero el valor de esto está en involucrarse para transformar la realidad. Criticar de afuera es muy fácil, criticar haciendo zapping con el control remoto es fácil, pero el desafío está en esto, esto es una patria donde todos somos miembros de la sociedad. Las cosas hay que transformarlas desde adentro. Las críticas deben ser con propuestas.

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