La diputada del Frente para el Cambio, entrevistada por este diario, explica por qué se postula, qué la distancia de la jefa del ARI y de Adolfo Rodríguez Saá, y critica a Hugo Moyano.
Por José Natanson
Alicia Castro está convencida de que el espacio progresista está vacante de representación.
La diputada del Frente para el Cambio Alicia Castro decidió sumarse al pelotón de candidatos presidenciales más o menos progresistas para las elecciones de marzo, entre los que –por ahora– se encuentran Elisa Carrió, Luis Zamora, Rodolfo Terragno y hasta Leopoldo Moreau. En diálogo con Página/12, la legisladora y jefa del gremio de Aeronavegantes explica en detalle los motivos que la llevaron a tomar la decisión y no se priva de cuestionar duramente a sus adversarios. “Carrió no se define y construye un liderazgo de tipo mesiánico”, acusa.
–¿Por qué tomó esta decisión?
–Es parte de un proceso, producto de la responsabilidad y del compromiso de dar respuesta frente a una sociedad y a un país al borde de la disolución. La crisis de los partidos tradicionales, la crisis del modelo neoliberal, revelan que hay que construir una nueva alternativa.
–¿Por qué Carrió no es una opción?
–Yo no he visto contenidos en la propuesta de Carrió. Nosotros planteamos un programa que incluye varios temas, porque creemos que los candidatos están eludiendo las cuestiones centrales: la construcción de un modelo de producción y empleo, la reindustrialización, para que la Argentina vuelva a fabricar aviones, trenes y misiles. Un modelo de hambre cero, de reforma política en serio, que recupere la renta petrolera del país. La investigación de la legitimidad de la deuda externa y la renegociación con todos los países de América latina. Yo no discuto sobre personas sino sobre ideas, pero la verdad es que no se conocen sus propuestas, qué va a hacer en materia económica, laboral y social. Está indefinida. Yo creo que por eso ha bajado del 50 al 15 por ciento en intención de voto desde al año pasado hasta ahora.
–Parece el discurso de la derecha: Carrió no tiene programa.
–No, lo que pasa es que ella no ha dicho qué quiere hacer. Pero hay otra cuestión: los candidatos tenemos que explicar qué hicimos los últimos años, dónde estuvimos: yo le puse el cuerpo a las privatizaciones, luché contra el remate de YPF y de Aerolíneas. No sé si Carrió puede decir lo mismo. Además, creo que está cayendo en los mismos errores que (Carlos) Chacho Alvarez y el Frepaso.
–Por ejemplo...
–No tener propuestas concretas, no tener equipos de trabajo y no jugarse por una verdadera renovación de la política. Todas las decisiones dependen de una sola persona, no se consulta ni se consensúa. El problema es que cuando hay una visión personalista de la política no hay soluciones reales. Es un liderazgo de tipo mesiánico.
–¿Qué opina de la propuesta de Adolfo Rodríguez Saá, que también dice representar un proyecto nacional y popular?
–Es un ejemplo del caudillismo. No representa la nueva política. Por otro lado, la solución no puede venir de los partidos tradicionales. Cuando se hicieron las privatizaciones Rodríguez Saá era menemista.
–Usted siempre estuvo cerca de Hugo Moyano, que ha decidido apoyar a Rodríguez Saá.
–Creo que es un error. Es un error seguir apostando a los candidatos que provengan del PJ, porque ya sabemos cómo termina eso. Acá hay que construir una alternativa diferente, que no eluda los temas centrales sino que los enfrente con firmeza, y que se convierta en el cauce de la bronca para transformarla en fuerza creativa y transformadora. Por eso tomé esta decisión.
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