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El país|Miércoles, 25 de julio de 2007
EL VALOR DEL DOLAR LLEGO A SU PUNTO MAXIMO DESDE MARZO DE 2003

Déjà vu después de cuatro años

La moneda estadounidense tocó 3,18 pesos y cerró a 3,17. La escalada que se inició a fines de junio de manera imperceptible se aceleró por la mayor tensión en los mercados internacionales. El Banco Central acompañó la suba.

Por David Cufré
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No hay analistas que adviertan riesgos de descontrol, aunque algunos temen subas de precios.

El 20 de junio el dólar mayorista pasó de 3,07 a 3,08 pesos. Fue un movimiento insignificante, pero en retrospectiva marcó el inicio de la escalada de la moneda estadounidense. Ayer alcanzó su valor más alto en cuatro años, exactamente desde el 3 de marzo de 2003, al cerrar en bancos y casas de cambio a 3,14 para la compra y 3,17 para la venta. La suba tomó velocidad en los últimos días: anteayer había cerrado a 3,15, el último viernes a 3,14, dos días antes estaba 3,13 y el martes cotizaba a 3,12. Más atrás, el 5 de julio valía 3,11, el 26 de junio 3,10 y seis días antes, 3,09. El Banco Central acompañó y hasta impulsó todo ese recorrido, que terminará cuando Martín Redrado –y Néstor Kirchner– lo decidan. No hay analistas que adviertan riesgos de descontrol, aunque algunos mencionan que si se establece un nuevo piso en torno de 3,15 podría existir alguna presión inflacionaria o, en todo caso, quedar servida la excusa para nuevos ajustes de precios.

El aumento del dólar en las últimas semanas encuentra como principal motivo la huida de capitales golondrina, que llegaron al país a especular con los bonos en pesos y que ahora corren a refugiarse en los títulos del Tesoro estadounidense, en un momento de fuerte agitación en los mercados mundiales.

La Bolsa de Nueva York tuvo ayer su peor caída en cuatro meses (-1,6 por ciento en el índice Dow Jones), mientras que en los recintos bursátiles europeos hubo derrapes generalizados (Londres bajó 1,7 por ciento y Francfort, 1,9). Como suele ocurrir en esas circunstancias, la réplica en las economías emergentes fue todavía más intensa. El índice MerVal de la Bolsa de Buenos Aires retrocedió 2,7 por ciento, la Bolsa de México perdió 2,2 puntos y la de San Pablo se hundió 3,9.

En un mundo globalizado, la inestabilidad financiera en los países centrales tiene repercusión directa en las demás naciones. En el caso argentino, provoca la venta apresurada de los bonos en pesos que habían venido a comprar inversores del exterior, atraídos por la alta rentabilidad que ofrecían esos papeles. Frente a las turbulencias, esos financistas deciden volver a pasarse a dólares y sacar las divisas del país para comprar los más seguros bonos del Tesoro estadounidense. Lo mismo viene ocurriendo en Brasil, México, Chile, Venezuela y Ecuador, entre otros.

La mayor demanda de dólares por parte de esos fondos de inversión presiona en el mercado de cambios. El Banco Central, lejos de salir a vender dólares para evitar una suba en la cotización, siguió comprando divisas hasta el lunes. Es cierto que lo hizo en forma decreciente, ya que pasó de unos 50 millones diarios a principios de la semana pasada a 20 millones anteayer, pero fue suficiente para demostrar que no le incomodaba que el billete verde trepara algunos centavos. Ayer llegó a tocar 3,18 y según fuentes de la city intervino para bajarlo a 3,17. “El límite es el público. Si la gente se asusta y empieza a comprar dólares masivamente el Central se moverá para frenar esa reacción”, interpretó el economista Miguel Bein en diálogo con Página/12.

No es lo que viene pasando en los últimos días. De hecho, ayer el volumen de negocios en el mercado mayorista fue de 514 millones de dólares, contra un promedio diario de 500 millones. Bancos y empresas mantuvieron sus ritmos de compra habituales, aunque en los días anteriores su demanda fue algo mayor. En las operaciones a futuro, el dólar quedó en 3,17 para agosto y 3,18 para septiembre. Y el euro escaló a 4,33 y 4,44 pesos para la compra y venta.

El Banco Central tiene reservas suficientes para evitar cualquier corrida. De acuerdo con la visión de distintos analistas, la autoridad monetaria perseguiría dos objetivos con esta suba del dólar más veloz que lo acostumbrado. Por un lado, establecer un nuevo piso en torno de 3,15. Por otro, darle mayor volatilidad al mercado, para evitar que los capitales especulativos tengan tantas facilidades para venir a apostar con los bonos en pesos. Sobre este último punto, las opiniones están divididas. “Todavía es una incógnita si el Central cambiará de estrategia respecto de lo que venía haciendo hasta ahora”, señaló José Nogueira, de ABC Mercado de Cambios.

La quietud del dólar en los últimos tres años provocó una reducción en la ganancia de competitividad para los sectores productivos, que de todos modos sigue siendo elevada. Unos centavos más en el precio de la divisa les sienta bien a los sectores exportadores, que estos días retrasan la liquidación de dólares. En contrapartida, puede dar lugar a aumentos de precios. “Si el dólar encuentra un nuevo escalón más alto sin duda repercutirá en el índice de inflación”, aseguró Bein, debido, además, al incremento en los productos de importación. Desde el Banco Central intentaron llevar tranquilidad. “El aumento del dólar es puramente coyuntural y propio de un mercado volátil. No se trasladará a los precios”, enfatizaron cerca de Redrado.

Las mismas fuentes oficiales interpretaron la escalada como resultado de la tensión financiera internacional. El sacudón se debe al temor de que se pinche la burbuja especulativa con los créditos hipotecarios en Estados Unidos –varias empresas vienen registrando problemas de morosidad y caída de ganancias– y que eso altere la tendencia de crecimiento en esa economía y, en consecuencia, en el resto del mundo. Curiosamente, eso debilita el valor del dólar en los principales mercados: ayer el euro tocó su nivel más alto de la historia y cerró a 1,382 dólar.


Primeros reclamos

El ministro de Economía, Miguel Peirano, recibirá mañana a las 15 a las entidades del campo por primera vez desde que asumió el cargo, la semana pasada. Así lo confirmó el titular de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens. La cita coincide con la apertura de la tradicional Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria que se realizará en el predio que la entidad tiene en Palermo.

Los productores reclaman que se flexibilicen las exportaciones de carne y también los controles de precios que realizan la secretarías de Comercio Interior y de Agricultura.

Miguens confirmó a este diario el lunes que también le reclamarán la eliminación gradual de las retenciones a las exportaciones implementadas a comienzos de 2002. Ese es uno de los reclamos históricos del sector. Sin embargo, el Gobierno no tiene previsto introducir cambios en este impuesto que le ha permitido consolidar el superávit fiscal y ponerle freno a la suba de los alimentos.

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