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El país|Martes, 28 de agosto de 2007
TELERMAN POSTERGO POR 30 DIAS LA APLICACION DEL AUMENTO IMPOSITIVO

Una tregua para hABLar de revalúo

Después de los cuestionamientos, pero sobre todo por la falta de apoyo de sus aliados, el jefe de Gobierno suspendió la aplicación del aumento del ABL que había anunciado al viernes. Una comisión de legisladores y de representantes del Ejecutivo debatirá posibles modificaciones al decreto.

Por Santiago Rodríguez
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Por la mañana, Telerman defendió el aumento; tras descubrir que sólo lo apoyaba el macrismo, por la tarde, anunció la suspensión.

El aumento del impuesto de Alumbrado, Barrido y Limpieza decretado por Jorge Telerman no duró en pie ni siquiera tres días: vituperado por el kirchnerismo y sin respaldo de sus propios socios, el mandatario porteño suspendió la aplicación del incremento por treinta días para que durante ese tiempo una comisión integrada por representantes del Ejecutivo y el Legislativo busque una mejor alternativa a su propuesta. Telerman justificó su marcha atrás en la “necesidad de abrir la discusión para mejorar las condiciones” de su iniciativa y abogó por un debate “genuino” y alejado de planteos “demagógicos”. Fue un tiro por elevación a los kirchneristas, a quienes en la jefatura de la ciudad acusan de haber “politizado” el tema. El macrismo, que en solitario había defendido a capa y espada la suba del tributo, le renovó el crédito a Telerman y se mostró de acuerdo con la apertura del juego a los legisladores.

Del viernes pasado en adelante, Buenos Aires vivió un revuelo de una magnitud que hacía mucho no se veía. El motivo fue justamente la suba promedio del 115 por ciento del ABL anunciada por Telerman.

El kirchnerismo y su aliado Aníbal Ibarra se erigieron como los principales críticos del incremento –que fue cuestionado también por entidades de inquilinos y vecinales– y acusaron a Telerman de actuar en línea con el jefe de Gobierno electo, Mauricio Macri, para dejarle la administración porteña con las cuentas en orden.

Los macristas negaron tener injerencia en las decisiones del actual mandatario porteño, pero fueron los únicos que salieron a defenderlo. “Es un disparate que se pretenda instalar la medida como una instrucción de Macri”, repitió ayer su vice Gabriela Michetti, aunque admitió que “lo que le pedimos es llegar a fin de año sin deficit” y dijo: “No estamos ciento por ciento de acuerdo; seguramente hubiésemos hecho otro diseño”. De esa frase se tomaron después para no mostrarse defraudados por la decisión de Telerman de abrir la posibilidad de hacer cambios a su propuesta.

Telerman dispuso el incremento por decreto. Y lo hizo según un esquema en el que la ciudad quedó dividida en tres zonas con diferentes ajustes: Puerto Madero quedó en un extremo con 225 por ciento de aumento y en el otro Villa Soldati con un 50 por ciento.

Estaba previsto que la suba fuese inmediata, pero ahora todo quedó diferido, como en su momento la consulta sobre la creación de la policía metropolitana o el pago de peaje diferenciado según la cantidad de pasajeros por auto (ver recuadro). “Hemos conversado con los legisladores, compartiendo la necesidad de abrir la discusión para mejorar las condiciones de esta iniciativa”, explicó Telerman sobre la postergación.

La aplicación del aumento fue suspendida por treinta días. En ese lapso, una comisión legisladores y funcionarios del Ejecutivo buscará alternativas que mejoren lo propuesto por Telerman. La convocatoria a la conformación de esa comisión data de la época en que gobernaba Aníbal Ibarra, pero nunca fue integrada. Sólo el kirchnerismo nombró en su momento a sus representantes –Diego Kravetz, Sebastián Gramajo y Juan Manuel Olmos– y el Ejecutivo recién el mes pasado designó a los suyos, encabezados por el titular de Rentas, Jorge Serdalevich. El resto de los bloques –cuatro lugares corresponden al macrismo y otros tres a los aliados del jefe de gobierno– no tienen aún quiénes los representen.

Telerman llamó a dar allí una discusión “genuina” y alejada de planteos “demagógicos”, tras lo cual recordó que “durante muchos años se habló de hacer una tasa de ABL más equitativa”. También pidió abandonar las posturas “hipócritas”.

Esa referencia tuvo por destinatarios a los kirchneristas y a Ibarra, a quienes en la jefatura de gobierno atribuyen haber “politizado” la cuestión. Además de movilizar a los vecinos, los kirchneristas anunciaban para este jueves en la Legislatura un intento de aprobar un proyecto que favoreciera a los contribuyentes con descuentos similares a los aumentos. El bloque K responde al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien denunció que Telerman está haciendo “el trabajo sucio” para Macri.

Lo que llevó a Telerman a dar marcha atrás con la suba tras haberla defendido enfáticamente durante la mañana y apenas horas después de su publicación en el Boletín Oficial no fueron las críticas de los K, sino las de sus propios aliados. Durante el fin de semana llegaron a oídos del jefe de gobierno quejas de sus socios del socialismo, la Coalición Cívica y de otros legisladores del bloque telermanista de Autonomía Porteña por las características del aumento y la falta de consulta al respecto.

“Está perfecto que haya progresividad en los impuestos y nadie discute que el ABL está desactualizado, pero no vamos a acompañar un aumento de estas características sobre el que ni siquiera fuimos consultados”, fue el mensaje del socialismo. Los socialistas llegaron, incluso, a barajar la posible renuncia de su titular, Roy Cortina, al Ministerio de Descentralización y su retiro del gobierno porteño.

Telerman tomó nota de la situación y ayer al mediodía convocó a sus aliados a una reunión. Concurrieron los legisladores Helio Rebot, Florencia Polimeni, Alejandro Rabinovich, la socialista Verónica Gómez y Guillermo Smith, de la Coalición Cívica. El encuentro –que empezó a la una y terminó tres y media– fue en el Salón de Acuerdos, contiguo a su despacho, y participaron los ministros Sergio Beros (Hacienda) Juan Pablo Schiavi (Planeamiento) y Enrique Rodríguez (Producción), el procurador General, Agustín Zbar, y su vocero Oscar Feito.

Ninguno de los presentes cuestionó la necesidad de corregir las distorsiones de más de una década en la recaudación del ABL, pero hubo varios objeciones de índole técnica. Y se señalaron varias situaciones de “injusticia”, como ser la consideración de las zonas en forma homogénea y la falta de previsión sobre los jubilados y las familias de menores recursos exceptuadas del pago del tributo.

“Abrimos una discusión que estaba parada desde hace 14 años porque nadie tuvo el coraje de plantearla. La responsabilidad ahora es de la Legislatura y si en treinta días no hay ninguna propuesta, vamos adelante con este decreto”, resumió Feito.

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