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El país|Domingo, 21 de octubre de 2007
ROBERTO LAVAGNA, CANDIDATO A PRESIDENTE POR UNA

“Carrió hace demagogia de derecha”

Se presenta como “lo único nuevo en la política argentina”. Dice que el Gobierno hace “populismo trucho” y que el método de gobierno Kirchner “se agotó”. Defiende su gestión en el Ministerio de Economía y afirma que Duhalde apoya a Scioli.

Por Eduardo Tagliaferro y
Nora Veiras
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Viernes 4 pm. La zona norte de la ciudad está pendiente de Los Pumas. Los bares desbordan de parroquianos que se agolpan frente a las pantallas televisivas. A pocos metros, y lejos de ese clima entre lúdico y festivo, en sus oficinas, Roberto Lavagna estudia minuciosamente sus próximos pasos. El año de campaña no pasó en vano. Produjo cambios evidentes en el candidato a Presidente. El economista riguroso, obsesivo, monótono y dueño de un lenguaje catedrático, dio paso a un político que entrega respuestas más breves y efectistas. Muestra sonrisas y hasta accede a posar para las fotos. Toma distancia de Néstor Kirchner y de “la candidata ausente”, como llama a Cristina Fernández, y también de Elisa Carrió. “Duhalde apoya a Scioli”, dice despegándose del caudillo bonaerense. En esta entrevista con Página/12 afirma que “Carrió hace demagogia de derecha cuando pide eliminar las retenciones al agro”.

–El Presidente dijo que el asesinato de tres policías bonaerenses a tan pocos días de las elecciones “no era casualidad”. ¿Cuál es su opinión?

–El hecho es claramente un fusilamiento. Yo le diría al Presidente que se entere que en número de vidas esto sucede todos los días. Las estadísticas dicen que durante el año pasado hubo 2115 asesinatos violentos. Ocho asesinatos por día. El Presidente parece no haberse enterado porque para él la palabra seguridad no existe. No empecemos a fabular y sacar conclusiones apresuradas.

–¿No cree que hay causas para sospechar de los motivos que pudieron haber rodeado al caso?

–Estamos viviendo de tergiversación en tergiversación. Una son las rebajas de precios que no existen. Otra son los créditos que no van a existir. Otra es presentar como un triunfo que las papeleras en lugar de comenzar a funcionar el primero de octubre lo harán el primero de diciembre. Basta de macaneos. Nos toman a todos de tontos. Ahora tratan de sacar rédito electoral de esta matanza.

–No es lo mismo un asesinato por robo que tres policías apuñalados y baleados en un predio del Ministerio de Seguridad bonaerense.

–Hay cosas que no son equiparables, es cierto. No es lo mismo la payasada de Gerez, que el caso del primer desaparecido en democracia, Julio López. Un muerto es un muerto. El Presidente sólo manipula los muertos que le convienen. Luego de la payasada, Gerez apareció y a López lo seguimos buscando.

–¿El 28 de octubre se imagina en una segunda vuelta?

–Evidentemente habrá segunda vuelta.

–Carrió dice que ella estará en el ballottage.

–Sabe qué pasa, lo único nuevo en la política argentina soy yo. Los Rodríguez Saá ya estuvieron, los Kirchner ya estuvieron, López Murphy ya estuvo, Carrió ya estuvo. La única oferta electoralmente nueva es la Concertación para Una Nación Avanzada. No sólo mi nombre es algo nuevo. Nosotros presentamos nuestro programa de gobierno el 18 de octubre del año pasado. Nadie lo hizo. Yo quise construir alrededor de un programa. Hoy veo que con el copy and paste en las computadoras se copian de nuestro programa. La segunda diferencia es la forma en la que participan los partidos dentro de la Concertación. En la Argentina cada vez que hubo un frente hubo un partido dominante que absorbe al resto o que lo intentó, como por ejemplo la idea del Tercer Movimiento Histórico. Desde el primer momento dijimos que los partidos políticos ingresaban con sus símbolos y sus cánticos al estilo de la Concertación Democrática de Chile que gobierna hace 20 años y que contiene partidos tan distintos como el Partido Socialista, el Partido Demócrata Cristiano y el Partido Radical Chileno.

–El kirchnerismo dice lo mismo cuando defiende la Concertación Plural.

–Por favor, el Gobierno tiene la billetera. Nos copiaron la película con la que presentamos nuestra concertación. Gastan mucha plata y no inventan nada. Ponen a la candidata con el sol detrás cuando desde hace nueve meses ese es nuestro símbolo. Nosotros tenemos dos sectores. Un sector del peronismo, obviamente que no el mayoritario. Y tenemos la representación formal del radicalismo. Aquí no hay fusión, ni desaparición de los partidos.

–Usted dice que es la cara nueva de la política pero su candidatura fue presentada en los medios apadrinada por dos viejos caudillos como Eduardo Duhalde y Raúl Alfonsín.

–Una tontería total. Duhalde lo apoya a Scioli y que yo sepa Scioli es Kirchner. Duhalde lo apoyó abiertamente. Alfonsín no tuvo ningún papel relevante en la construcción. Esa fue la imagen que el Gobierno intentó imponer con el control que tiene sobre los medios.

–¿Hilda “Chiche” Duhalde no se cansa de decir que lo apoya?

–Chiche sí manifestó su apoyo a Jorge Sarghini en la provincia y a nuestra fórmula presidencial. Es problema de ellos, yo no me meto.

–¿Entonces considera que Duhalde es kirchnerista?

–Siempre tomo datos objetivos. El dato objetivo es que Duhalde apoyó a Scioli y que Scioli es el candidato de Kirchner.

–¿Coincidirá con Duhalde en la reorganización del Partido Justicialista?

–Las medias verdades terminan siendo una mentira. La secuencia tiene su importancia. El Presidente de la Nación dijo que se dedicaría a los negocios y a la construcción de un partido político que no es el Justicialista. Es decir, cumplir su vieja idea de enterrar el justicialismo. Después que el Presidente dijo esto, Duhalde afirmó que se dedicaría a reconstruir el peronismo. Yo les dije a ambos: si dos ex presidentes son capaces de discutir un proyecto de país, no sólo los aplaudo sino que me sumo con mis ideas. Si no se construye alrededor de un proyecto, no sirve ni el enterrador ni el que quiere hacer de partero.

–¿Qué posición tiene frente a los crímenes de la dictadura militar?

–Nosotros decimos que los juicios no van suficientemente rápidos. Sólo se juzgaron dos casos: Etchecolatz y Von Wernich. Si no se modifican los procedimientos, estos juicios no van a terminar nunca. Por eso hemos presentado un proyecto para acelerar el mecanismo de los procesos. Proyecto que duerme en el despacho de la senadora Kirchner. Cuando dicen que la oposición no se junta por los proyectos económicos, no es cierto. No sabemos qué opinión tienen los otros candidatos sobre estos temas. Por cierto, hay quienes piden impunidad.

–¿Ubicaría a Mauricio Macri entre quienes apuestan a la impunidad?

–Pareciera. El que ha sido muy claro en reclamar el fin de los procesos fue López Murphy.

–Usted había dicho que su modelo económico tendría que tener crecimiento del consumo, redistribución, dólar alto, superávit fiscal, desendeudamiento y tasas bajas. ¿Sigue apostando a ese modelo?

–Por supuesto, ése es el modelo. En mis discursos de ministro dije que cuando el populismo trucho se equivoca y se le termina la caja el péndulo se va para otro lado y viene la derecha. La derecha está rodeando a la candidata ausente: la señora de Kirchner, y también la hay en la oposición. Generalmente estamos hablando de sectores vinculados al sector financiero. Por una vez en 30 años el péndulo tiene que pararse en el proyecto nacional. Que no es ni la cosa chanta del populismo insostenible, ni la actitud represiva y regresiva que suele tener la derecha en la Argentina.

–¿Cómo define al populismo fácil?

–La lista es enorme. Controles de precios que no sirven, créditos que no se darán, escuelas y rutas que no se construyen, negar la crisis de energía, la crisis de seguridad, pegotearse con Hugo Chávez y negar a nuestros socios estratégicos. ¿Cómo termina esto? Con inflación. La pobreza disminuyó hasta el 2006 y ahora aumentó porque la inflación crea pobres.

–Su modelo económico, en lo discursivo, no es muy distinto del kirchnerismo. ¿Sólo la gestión lo diferencia?

–Veamos las cifras. Junio 2004, agosto 2005, marzo del 2007: se anunciaron 670 mil viviendas. Según datos oficiales se terminaron 48 mil. Nosotros conseguimos en el BID en el 2003 plata para construir 700 escuelas. Se hicieron no más de 300 en cuatro años y medio de gobierno. Yo avalo lo que digo con datos de mi gestión. Ahora, por primera vez la deuda mostró un crecimiento. Miremos los números, no el bla bla.

–Muchas de estas cosas, como la no construcción de escuelas, se veían en el 2005 cuando usted dejó el gobierno.

–Yo no me fui del gobierno. Si se fijan con atención, yo no empleé la palabra renuncia en mi carta al Presidente. Pregúntele a Kirchner cuando le dije que pagábamos comisión de compromiso por el préstamo del BID y no se están haciendo las escuelas. Lo llamó a (Daniel) Filmus y le pidió el dato. Le dijo que se estaban construyendo dos y que el resto de las licitaciones estaban demoradas por el departamento de arquitectura del Ministerio de Educación. Dos años después y aún luego de la presión del Presidente, las escuelas construidas no llegan a 300. ¿Quieren hablar de los créditos para los inquilinos que comprarían viviendas? Menos de cinco mil créditos. A esta altura, el método del gobierno Kirchner se terminó, se agotó. Transformar el Salón Blanco en una especie de teatro donde todos los días se presenta una obra, se terminó. No prometan más.

–El Gobierno defiende las retenciones al agro como forma de mejorar la redistribución de la riqueza. Elisa Carrió dijo que las anularía. ¿Qué posición tiene frente a las retenciones?

–El populismo, para defender las retenciones llama oligarcas y retrógrados, a la gente de campo. Eso no es lo mismo que explicar racionalmente por qué son necesarias. Del otro lado hay una derecha que se acerca a ciertos intereses. Yo ni lo uno, ni lo otro. El campo es un sector vital y hay que decirle con respeto por qué hay retenciones. Lo dije frente a la Sociedad Rural cuando expliqué que las retenciones a la soja no se sacan. También digo que algunas retenciones regionales, como el tabaco, el té, la yerba mate, hay que analizarlas. Los que dicen que hay que sacar las retenciones hacen demagogia de derecha.

–Se le cuestiona haber atado algunos cupones de la deuda a la inflación y que eso motivó la alteración de los índices oficiales.

–Me encanta la pregunta. Primero, el Presidente tiene que decir si hizo algo o no en la reestructuración de la deuda. No hizo mucho y no tenía por qué intervenir en la cosa técnica. El Presidente tendría que saber que el 70 por ciento de los bonos indexados está en manos de las AFJP, ergo, los jubilados. Al falsear los índices de inflación les está sacando plata a los jubilados. Pero les está dando plata adicional a los grandes fondos internacionales ya que está falseando el producto para arriba. Hay un cupón ligado al crecimiento y cuando falsea este dato, les está dando ganancia extra a los Fondos Buitres que tienen estos cupones de la deuda. El Presidente no quiere terminar su gestión con índices de crecimiento menores al 8 por ciento cuando en la realidad crecemos al 6 por ciento. Esto es lo que pasa al hacer política electoral todo el tiempo.

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