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El país|Miércoles, 31 de octubre de 2007
TRAS LAS CRITICAS, IMPULSAN CAMBIOS EN EL SISTEMA DE BOLETAS ELECTORALES

El misterio de las boletas voladoras

Argentina es el único país en Latinoamérica con este sistema. La mayoría tiene una boleta de presidenciables donde están todos los candidatos y el elector marca con una cruz. Lo mismo con los demás cargos. La crisis de los partidos provocó la crisis del actual sistema.

Por Raúl Kollmann
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Las dificultades para votar el domingo pasado impulsaron el pedido de la Justicia Electoral.

La Justicia Electoral, a través de varios carriles, le pidió al Gobierno que elaborara un proyecto de ley para modificar el actual sistema de boletas electorales que el domingo se transformó en fuente de problemas. En el Ejecutivo lo evaluarán y es muy posible que la idea prospere. La Argentina es uno de los pocos países de América latina donde cada partido tiene su boleta y donde, además, es responsabilidad de las fuerzas políticas que las boletas estén en las mesas. El sistema que se propondría es el de una sola boleta, en el que figurarían, por ejemplo, todos los candidatos a presidente. El votante tiene que marcar con una cruz al candidato que elige. También habría una boleta para las otras categorías –diputados, senadores, gobernadores–, pero siempre incluyendo a todos los candidatos y el sistema de marcado. Por otra parte, la responsabilidad de que esté la boleta única ya no sería de los partidos sino del Estado. Incluso si se continúa con el sistema de una boleta por partido, también la responsabilidad de que estén en los cuartos oscuros sería del Estado. El domingo la votación se complicó aún más porque se utilizó un padrón de casi 400 votantes por cada mesa, lo que llevó a demoras insoportables. La Justicia lo decidió por reclamo de la mayoría de los partidos chicos y, en especial, de la Coalición Cívica, la fuerza política de Elisa Carrió, que no contaba con los fiscales suficientes y que incluso pedía un padrón de 600 votantes por mesa. Por último, en la Justicia Electoral admiten que los presidentes de mesa deben ser convocados con mucha mayor antelación y que no se pueden estar buscando autoridades de mesa 48 horas antes del comicio.

Desde el punto de vista organizativo, las elecciones del domingo fueron una enorme fuente de problemas que terminaron en denuncias. En especial, la polémica se planteó por el faltante de boletas de los partidos, que afectó fundamentalmente a las fuerzas más chicas. Desde el punto de vista legal, el operativo oficial tiene la obligación de que dentro de las urnas haya boletas de todas las fuerzas, pero hubo dos fuentes de conflicto.

- Por un lado, algunos partidos no entregaron las boletas a las juntas electorales cuando venció el plazo.

- Por otro lado, ocurrió que partidarios o militantes de otros partidos se robaron las boletas de los adversarios.

La ley del Código Nacional Electoral establece que es obligación de los partidos, a través de sus fiscales, asegurar la presencia de boletas en los cuartos oscuros. Los partidos de oposición sostienen que ellos proveían las boletas, pero que éstas eran robadas de inmediato. Varios testimonios de presidentes de mesa señalan que efectivamente los votantes les decían que en el cuarto oscuro faltaba la boleta de tal candidato, por ejemplo, de Carrió, pero que a veces esos presidentes de mesa no lograban encontrar a ningún fiscal de la Coalición que las reemplazara. Distinto fue lo ocurrido con numerosos casos en Capital Federal, en los que se robaron todas las boletas de Cristina Kirchner, algunas de las cuales taponaron los inodoros, pero como el Frente para la Victoria tenía fiscales, se reponían. En Capital, los demás partidos también tuvieron fiscales y el robo de boletas no se convirtió en un problema generalizado. En cualquier caso, en la Justicia y también fuentes del Ministerio del Interior admitieron que el sistema arrastra un agujero negro. Es más, la Cámara Nacional Electoral ya advirtió sobre la cuestión hace varios años: en casi ningún país de América latina la responsabilidad de proveer las boletas es de los partidos. “Estaba claro –dicen en la Cámara– que esto iba a pasar alguna vez.” Según los especialistas, las confrontaciones electorales habituales de la Argentina tenían al peronismo de un lado y al radicalismo del otro. Ambas fuerzas contaban con estructuras extendidas y eso era una especie de garantía de que las boletas no faltaran. Lo más común en el pasado era que cada ciudadano hasta recibía la boleta de los partidos en su casa y muchísimos ya iban a votar con la papeleta en su bolsillo. Con la baja en la militancia partidaria todo fue cambiando y la aparición de fuerzas preponderantemente mediáticas hace difícil conseguir fiscales suficientes para cubrir las necesidades de control.

En la Justicia Electoral afirman que se necesita una ley que cambie el Código Nacional Electoral en ese punto. En la mayoría de los países de América latina y también en Italia el método es de una sola boleta. Funciona de la siguiente manera:

- El votante llega a la mesa de votación y no sólo se le entrega un sobre, sino que también se le da una boleta única.

- En el cuarto oscuro marca el casillero del candidato que vota.

- Si hay varias categorías, gobernadores, diputados, senadores, intendentes, concejales, se entrega una boleta por categoría, o, si el espacio lo permite, una boleta única que englobe, por ejemplo, a intendente y concejales.

- El ciudadano marca entonces a sus candidatos preferidos y pone la boleta única en el sobre.

- El resto del proceso es el mismo. El voto va a la urna y al final del día el conteo se hace de forma similar.

En realidad, también se puede dar un paso distinto manteniendo el sistema de la multiplicidad de boletas, o sea una por partido, pero adjudicándole en forma específica al Estado la responsabilidad de que la boleta esté en los cuartos oscuros. O sea que si se roban las boletas de tal partido, no sea un fiscal de esa fuerza el que tenga que hacer la reposición, sino las mismas autoridades de mesa.

Desde hace años se vienen proponiendo cambios todavía más profundos en el sistema electoral, incluyendo el voto electrónico, que ya existe en Brasil y Venezuela. Semejantes transformaciones no prosperaron hasta ahora por el ambiente de desconfianza que existe entre los partidos. Algunos argumentan que el sistema electrónico es manipulable, otros dicen que no, están los que sostienen que a los partidos tradicionales les conviene el sistema actual, que es más favorable a los aparatos, y no faltan quienes dicen que el voto electrónico hace más fáciles los cortes de boleta, algo que tampoco les gusta a los partidos con más historia. Lo cierto es que después de los inconvenientes del último domingo, la Justicia Electoral –que admite haber incurrido en fallas– le empezó a insistir al Ejecutivo en la necesidad de producir cambios cuanto antes. Para eso se requiere una ley que, seguramente, conllevará un largo debate hasta llegar a algún consenso: la Constitución prevé que para normas de ese tipo se necesita el voto de los dos tercios de los diputados y dos tercios de los senadores.


El voto electrónico

El voto electrónico también puede llegar a colarse en la Rosada. Durante una entrevista con la señal de la CNN en español, la presidenta recién electa, Cristina Fernández, lo admitió anoche: “Hay que estudiar” la implementación del voto electrónico, dijo cuando comentó las demoras y las denuncias por la falta de boletas en las elecciones del domingo. El voto electrónico se usa en Brasil, en Chile y en Estados Unidos; sin embargo, especialistas en sistemas electorales ponen algunos reparos por la falta de un reaseguro en papel. En el Cippec explican que el sistema tradicional de votación “tiene falencias que es necesario modificar”, pero si se analiza el sistema de votación electrónico se focaliza sobre el aspecto más cuestionado: la seguridad. “En todo proceso electoral tiene que haber fiscales, debido a que son los ojos del partido”, dijeron. Quienes lo ponderan, en cambio, mencionan la velocidad para realizar el escrutinio; la posibilidad de que los votantes emitan su voto desde cualquier parte del mundo a través de Internet y se refieren a los costos.

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