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El país|Viernes, 2 de noviembre de 2007

La CC y la UCR pelean por un lugar en el Consejo de la Magistratura

La determinación de la primera minoría en el Congreso repercutirá en los lugares previstos en la Magistratura y en la Auditoría.

Por Irina Hauser
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La vacante que dejará Federico Storani está en disputa en el Consejo.

La pelea entre la Coalición Cívica y el radicalismo por quién será finalmente la primera minoría en la Cámara de Diputados ya empieza a tener eco en ámbitos extraparlamentarios. En el Consejo de la Magistratura, por lo pronto, ambas fuerzas se disputan el lugar que actualmente ocupa Federico Storani (UCR), que se va en diciembre. En ese organismo se definen los nombramientos de jueces, las sanciones y los juicios políticos. En la Auditoría General de la Nación (AGN), encargada de asistir al Congreso en el control de las cuentas y contrataciones del Estado, la pulseada es –en principio– por un cargo entre los seis auditores que la componen.

Con los números que surgen hasta el momento, la agrupación de Elisa Carrió cuenta con alrededor de 35 bancas de diputados seguras, aunque apuesta a tentar a más legisladores todavía. La UCR tiene 28 bancas propias, pero aún está en duda a qué lugar del tablero irán a parar los radicales K y los que apoyaron a Roberto Lavagna. Algunos especulan con reconquistar también a cuatro o cinco “margaritos”, seguidores de Margarita Stolbizer. A ella, sin embargo, se la ve muy apegada a la Coalición Cívica (CC).

Hacia adentro del Congreso, los radicales están empeñados en sumar diputados para poder, entre otras cosas, conservar la vicepresidencia segunda de la Cámara Diputados. Los “lilitos” también la quieren. La UCR parte del razonamiento de que la Coalición es “un interbloque” y eso le quita poder para reclamar cargos. Como sea, la segunda fuerza no se ha consolidado todavía. “Hay una situación de mucha movilidad”, admiten desde ambos bandos.

Para los que logren convertirse en primera minoría, una aspiración adicional será ganar espacios de poder y decisión en dos organismos clave. Uno de ellos es el Consejo de la Magistratura, que tiene trece miembros en total desde su achicamiento hace algo más de un año. Uno de esos lugares corresponde a la primera minoría de Senadores y otro a la de Diputados. El consejero senador seguirá siendo radical (Ernesto Sanz), pero el diputado está en duda. A Storani se le termina el mandato como legislador y la CC ya mira con ansias la vacante que dejará como consejero. Si la CC se impone en la Cámara baja, habrá una discusión extra, debido a que Storani no completó los cuatro años que le correspondían como consejero. La pregunta es: ¿no debería entonces asumir un radical?

Antes de la reducción del Consejo de la Magistratura, el ARI tenía allí una delegada, que era Marcela Rodríguez. La diputada fue, en la historia del organismo, una de sus integrantes más activas, a la par del ex consejero-abogado Beinusz Szmukler, con quien promovió numerosas investigaciones y mecanismos para transparentar la actuación de los jueces. Para el ARI, sin duda, fue un puesto político y judicialmente estratégico que aspira volver a explotar, más aún teniendo en cuenta del dominio que el oficialismo tiene en el cuerpo, donde no ha contado con una oposición estable ni con suficiente fuerza.

“Nuestra aspiración es ocupar todos los cargos posibles, también estamos mirando hacia la AGN”, comentó un vocero de la CC. Difícilmente pueda la Coalición desplazar de la conducción de la Auditoría a Leandro Despouy, que encarna al radicalismo. La propia Constitución dice que el titular de la AGN representa al partido político de oposición que tenga más número de bancas en el Congreso, lo que abarca a las dos cámaras. En ese sentido, se sigue imponiendo la UCR.

Sin embargo, la fuerza de Carrió tendría chances de conquistar un lugar en el directorio, que está compuesto por seis auditores, tres por cada Cámara (en cada caso dos de la mayoría y uno por la primera minoría). Los tres correspondientes a Diputados se deben renovar a fin de este año. Los del Senado recién cambiarán en 2009. Aquí también podría haber chisporroteos, porque como las normas referidas a la representación en la AGN hablan de partidos políticos y no de alianzas o coaliciones.

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