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Casi todas las propuestas económicas que se están delineando para lo que será el gobierno que nace el 10 de diciembre próximo están siendo incluidas en un documento cuyo título es “El Pacto Social”. Este será el marco dentro del cual quiere gobernar la presidenta electa Cristina Fernández de Kirchner. Página/12 tuvo acceso exclusivo al proyecto contenido en ese informe de 68 páginas, que tiene objetivos cualitativos y metas cuantitativas para los dos primeros años de gestión. Según consta en la primera carilla de ese documento fundamental del futuro gobierno, expone como aspiración principal “la institucionalización de las relaciones económico sociales”. Además de diferentes proyecciones de variables clave de la macroeconomía, la que definirá la aceptación de esa iniciativa será la vinculada al sendero previsto para el salario: la idea es que mejore dos puntos porcentuales en términos reales más un porcentaje no determinado vinculado al incremento de la productividad.
El texto del documento “El Pacto Social” comienza con el detalle de las metas que propone: “Proveer el desarrollo nacional con inclusión social, mejorar la distribución de la riqueza, incrementando el empleo y mejorando la calidad de las relaciones laborales, incentivar la inversión y elaborar un proyecto productivo de acuerdo a las ventajas que el país ofrece”. El proyecto habla de un acuerdo lo más amplio posible, que comprometa a los principales actores de la economía a moderar sus reclamos sectoriales en función de un plan de crecimiento general que beneficie al conjunto. Entre las metas cuantitativas se destaca la propuesta de alcanzar para el 2009 una tasa de inversión del 27 por ciento del PBI, un incremento de las exportaciones del 20 por ciento y una cosecha cerealera de 120 millones de toneladas de granos.
La presidenta electa y su grupo más cercano de colaboradores piensan que deben cortar ya mismo las expectativas inflacionarias. Para eso trabajan en una mejora del superávit fiscal, que vendrá de la mano de una contención del gasto y un incremento de la recaudación. También esperan conseguir un shock de inversiones, atraídas por una nueva ley de desgravación progresiva de la reinversión de utilidades. La negociación de esa iniciativa impositiva formará parte del “Pacto”. Pero también creen que deben contener la puja distributiva. Para eso trabajan en un acuerdo patronal-sindical que brinde el marco a las negociaciones colectivas del año próximo.
El proyecto que prepara el equipo que trabaja en el pacto social también afirma que sólo conseguirá inversiones importantes si se presenta un horizonte de país de largo plazo, con metas claras y la exposición de los caminos sobre cómo se lograrán. Por ejemplo, se mencionan objetivos de producción agrícola, de exportaciones, de aumento del valor agregado de esas ventas externas, de la infraestructura necesaria para sustentarlas, de los recursos humanos que habrá que formar para lograrlo y de un sistema financiero al servicio de la producción.
Lo siguiente es un resumen de los conceptos principales de los 10 capítulos que conforman el proyecto del Pacto Social que el próximo gobierno presentará en sociedad:
Inversión
La meta es conseguir un aumento de dos puntos porcentuales por año hasta alcanzar un nivel de inversiones equivalente al 27 por ciento del PBI en el 2009. Para ello el gobierno se compromete a mantener el marco macroeconómico, con superávit gemelos con un leve crecimiento de sus saldos, una estructura tributaria y tarifaria establecida y conocida para los dos años que dura el Pacto y la recomposición de las relaciones con los organismos financieros internacionales. A la vez, propone un régimen del impuesto a las ganancias en el que los que inviertan un mayor porcentaje de sus utilidades paguen menos.
Precios
Al igual que en el punto anterior el Gobierno se compromete a mantener las herramientas macroeconómicas que están en sus manos. Y a eso suma el control del precio de los insumos de uso difundido (aluminio, plásticos) a través de la Secretaría de Defensa de la Competencia. Un sistema de retenciones móviles que, sin restarle recursos al campo, equilibre la oferta del sector y modere los picos de precios de productos sensibles como el trigo, maíz, girasol y otros de similar importancia. También indica que se trabajará en intentar encuadrar las negociaciones salariales dentro de un marco de moderación.
Salarios
Al respecto, el proyecto de Pacto Social subraya varias veces la necesidad de ir hacia una mejor distribución de la riqueza y de seguir fortaleciendo el mercado interno. Pero explica que en una carrera entre precios y salarios siempre perdieron los últimos. Por eso la iniciativa es comenzar las negociaciones del año próximo con la base de una inflación esperada acorde con el nuevo contexto, sumándole a fin de año la mejora de la productividad más otros dos puntos porcentuales de mejora en la distribución de la riqueza generada.
Calidad laboral
En el documento se reconoce la enorme diferencia que sufren los trabajadores no registrados con respecto a los que disfrutan de un empleo en blanco, y la magnitud de los que aún viven en esa carencia. Para superarlo se planea ir hacia un sistema que diferencie más fuertemente la situación de las pequeñas empresas de las grandes, en cuanto a porcentaje de cargas sociales y formas de registración. A la vez sugiere penas mucho más severas por incumplimiento. En este tema se hace un pedido de colaboración a los sindicatos para denunciar a los que no cumplen con la legislación laboral.
Cadena de valor
En este capítulo se hace una convocatoria a terminar con la pelea campo versus industria. Se propone que ambos sectores, junto con las secretarías respectivas y el asesoramiento de especialistas de universidades, conformen un ente que sea el impulsor del desarrollo de un gran polo agroindustrial que agregue el mayor valor agregado posible a la producción agrícola nacional, que es el bien con mayores ventajas comparativas de Argentina frente al mundo.
Exportaciones
El Pacto Social propone que el fortalecimiento del mercado interno debe ir de la mano de un potente aumento de las exportaciones. Pero que éstas deben ir modificando su perfil. Por un lado, tienen que seguir diversificándose para lograr romper dependencias que fueron perjudiciales en el pasado. Por otra parte, debe dejar de depender de la producción primaria, que aun con el fuerte aumento de sus precios, el promedio de las ventas externas argentinas se sitúe apenas en 400 dólares por tonelada. Para eso, es necesario un fuerte trabajo de la marca “Argentina” por parte de la Cancillería y de embajadas profesionales en el exterior. Y, además, seguir sumando valor agregado a los productos nacionales, como lo indica el capítulo anterior.
Infraestructura
El proyecto explica que en un sendero de crecimiento harán falta más energía, más caminos, puertos y todo tipo de infraestructura. A la vez, reconoce que en años anteriores se esperó que los privados cumplieran con sus compromisos y, por no creer en el país, no lo hicieron. Por eso, el Estado se responsabilizará de que los distintos sectores económicos cuenten con la infraestructura necesaria para seguir creciendo. Luego detalla una serie de proyectos en curso y otros por realizar.
Recursos humanos
La otra asignatura pendiente, reconoce el proyecto, es la urgente formación de recursos humanos que acompañen el proceso de desarrollo económico social. Para eso el gobierno se pone a disposición para apoyar al sector privado en la búsqueda de los mejores mecanismos para que empresas, sindicatos, universidades y el mismo Estado den una rápida solución a este cuello de botella que perjudica a empresas y trabajadores.
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