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El país|Lunes, 19 de noviembre de 2007
BALANCE Y PERSPECTIVAS DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES KIRCHNERISTAS

Entre renovación y más de lo mismo

Para Libres del Sur, la elección exhibió potencial transformador. Para el Movimiento Evita, casi no hubo renovación legítima.

Por Julián Bruschtein
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Humberto Tumini, uno de los líderes de Libres del Sur, y Emilio Pérsico, dirigente del Evita.

Las organizaciones sociales aliadas al kirchnerismo tuvieron dispares resultados en las últimas elecciones presidenciales. Tanto Libres del Sur como el Movimiento Evita consiguieron distintos niveles de representación legislativa, así como instalar a algunos referentes como funcionarios de gobierno, pero mantienen percepciones diferentes sobre la nueva etapa que se abre. “La renovación política mostró un gran potencial”, afirmaron desde Libres, mientras que desde el Evita eligieron señalar que “el único caso de renovación legítima fue el de Quilmes, porque casi todos los demás intendentes se quedaron o los que aparecieron son más de lo mismo”.

Entre las organizaciones políticas con representación en los movimientos sociales, Libres del Sur fue una de los que más capitalizó el apoyo a la gestión del presidente Kirchner. El saldo que les dejó la elección fue muy positivo, aunque “ya teníamos compañeros en algunas legislaturas antes de las elecciones”, indicó Humberto Tumini, uno de los líderes del espacio que se volcó definitivamente a la propuesta kirchnerista. Dos diputadas nacionales, una por Córdoba (Cecilia “Checha” Merchán), y otra por la provincia de Buenos Aires (la nieta recuperada por las Abuelas de Plaza de Mayo Victoria Donda Pérez), legisladores locales en al menos seis provincias y cerca de veinte concejales en los municipios bonaerenses fue la cosecha. Libres del Sur está conformado por un espectro político de izquierda nacional y popular, y es la culminación de la propuesta que la Corriente Patria Libre impulsó desde sus inicios, cuando nació formalmente al calor de la escalada neoliberal bajo la presidencia de Carlos Menem.

Por su lado, el Movimiento Evita es la conclusión de una cantidad importante de organizaciones sociales peronistas de desocupados que fueron confluyendo en la misma época. Con una construcción más vinculada a la tradición peronista, el Evita se concentró en la discusión hacia dentro de las candidaturas del Frente para la Victoria, sobre todo en la provincia de Buenos Aires. Desde su dirigencia afirmaron que ahora “la fuerza se encuentra en estado deliberativo. Se están analizando los resultados y las decisiones tomadas”. Lo que pasó es que, a pesar de haber conseguido concejalías y diputaciones, los referentes explicaron que les había ido mejor “en las elecciones del 2005, cuando nos presentamos por afuera”, y consideraron que había “algunos de los representantes electos” que no se sabe si van a continuar en las filas del Movimiento “porque son personas que en su momento adhirieron a la propuesta”, no militantes orgánicos.

Para Tumini, ex subsecretario de Descentralización porteño –renunció a la gestión de Jorge Telerman cuando éste se alió a Elisa Carrió en las elecciones por la jefatura de gobierno–, el resultado de Libres del Sur fue “muy bueno, porque esta etapa va a ser de debate legislativo. Se está saliendo de la crisis y se va a marcar el rumbo del país y las provincias. Para eso hace falta una reforma constitucional e impositiva”.

Los dos espacios sostienen enfoques diferentes sobre la existencia de un proceso de apertura para la renovación política en el país. “La renovación perdió en casi todos los lugares. El único caso se dio en Quilmes, donde el (candidato ganador a la intendencia, Francisco) “Barba” Gutiérrez renovó legítimamente. Lo que quedó bastante claro fue que hay muy pocos espacios para los movimientos sociales y que no hubo una consolidación de una fuerza nacional y popular”, indicaron desde el Evita. Para Libres “en realidad el proceso de renovación mostró su potencialidad. No sólo hay que computar donde perdieron los representantes del PJ, porque (el intendente de Merlo, Raúl Alfredo) Othacehé ganó con el 43/45 por ciento de los votos, cuando siempre lo había hecho por el 65”, aseguró Tumini.

A la representación legislativa las dos organizaciones le sumaron la inserción en los estamentos de gobierno que les fueron cedidas en los últimos años. El Movimiento Evita acordó en su momento la designación de su máximo dirigente, Emilio Pérsico, como vicejefe de Gabinete del gobierno bonaerense que conduce Solá. En el gobierno de Daniel Scioli mantendrán su espacio, aunque “seguramente pasará a depender del Ministerio de Desarrollo Social”, que quedará en manos de Alberto Nadalich, así como la diputada Cristina Alvarez Rodríguez desembarcará en Infraestructura.

Libres del Sur tuvo una secretaría en el Ministerio de Desarrollo Social, que gestionó Jorge Ceballos, coordinador de Barrios de Pie a nivel nacional, así como la dirección de varios programas en la misma cartera y en funcionarios en la Cancillería. Ahora les ofrecieron “la Subsecretaría de Derechos Humanos en Chaco, otros cargos en los gobiernos de Río Negro y Salta y en la intendencia de Córdoba”, especificó Tumini. “Nosotros no sostenemos un apoyo crítico al Gobierno como dicen por ahí. Formamos parte del kirchnerismo, de este proceso, pero tenemos pensamiento propio. Por ejemplo con la cúpula del peronismo de la capital –agregó el dirigente– no tenemos ningún tipo de relación ni nos interesa tenerla. Sí con los compañeros que están construyendo el kirchnerismo y militan desde hace años.”

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