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El país|Lunes, 31 de diciembre de 2007

“Parecía que no éramos soldados, éramos linyeras”

Una compilación de denuncias de ex combatientes en Malvinas recupera testimonios sobre maltratos y desnutrición. Las mayoría de las acusaciones apunta contra militares en actividad. La Justicia federal abrió una causa.

Por Laura Vales
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El trabajo describe la muerte de cuatro conscriptos y numerosos casos de soldados estaqueados.

“Hay casos de estaqueamientos en todas las unidades de Malvinas. El 70 por ciento de las denuncias son contra militares en actividad; pertenecen a las capas medias y altas de la Armada y el Ejército”, dice Pablo Vassel. El subsecretario de Derechos Humanos de la provincia de Corrientes acaba de presentar Memoria, Verdad, Justicia y Soberanía. Corrientes en Malvinas, un libro que compila denuncias de los ex combatientes de su provincia. El trabajo fue la base de la presentación para que la Justicia federal abriera un causa para investigar los maltratos sufridos en las islas por los soldados.

El libro relata la muerte de cuatro conscriptos –uno ametrallado y los otros por desnutrición– y un enorme número de estaqueados. El ex combatiente Jorge Delgado recuerda: “El hambre que teníamos era una constante, porque estábamos muy mal alimentados; la carne y la verdura se repartían entre los oficiales y suboficiales”. Marcos Ojeda agrega: “Al mes del combate el 90 por ciento del regimiento estaba con desnutrición, incluso mi compañía tuvo un deceso por esa causa. Yo siempre pesé 70 kilos y cuando terminó la guerra estaba en 52 kilos y medio”. Mario Romero: “Nosotros estábamos a un kilómetro del Puerto y ahí pegado había un lugar donde los ingleses faenaban las ovejas y tiraban las vísceras. Los soldados iban y alzaban eso (...) buscaban cáscaras de papa, de naranja y comían, juntaban y comían. Llegó un momento en que parecía que no éramos soldados, éramos linyeras buscando comida. Se tomaban sanciones contra quienes hacían esto. Los estaqueaban o lo enterraban en un pozo, con sólo la cabeza afuera”.

Vassel comenzó a recopilar estos testimonios en el 2005, luego de que el cineasta Tristán Bauer hiciera el preestreno de Iluminados por el fuego en Corrientes. A la proyección fueron muchos ex combatientes, que esa noche prolongaron su encuentro en un asado. “Hablamos obligadamente de la película; al comentar los vejámenes mostrados, me sorprendió que todos decían `es cierto, pero se quedaron cortos’”. Así nació la idea de reunir las denuncias. Vassel las filmó en video y finalmente armó con ellas el cuerpo central de 23 casos, presentación que llevó al Juzgado Federal de Río Grande, en Tierra del Fuego.

La jueza Lilián Herraez se hizo cargo del caso y en agosto pasado viajó a Corrientes para que los denunciantes ratificaran sus testimonios. Luego se sumaron nuevos: “En la actualidad hay 41, que podrían llegar a 60 en los próximos meses”, detalla Vassel. En el expediente la mayoría de los relatos son de soldados de Corrientes, pero también de hay casos de Santa Fe, Chaco y Tierra del Fuego.

La causa está en la etapa probatoria, todavía sin procesados, aunque a raíz de las revelaciones el Ministerio de Defensa separó a algunos militares, como el subteniente Gustavo Malacalza, subdirector del Liceo San Martín. También la Armada inició sumarios internos.

De los casos analizados por la Justicia el más grave es el de Rito Portillo, un soldado ametrallado por un cabo. Los militares lo hicieron figurar como muerto en combate, y amenazaron con un consejo de guerra a un compañero de Portillo que intentó denunciar lo que había sucedido. Entre los muertos por desnutrición está Remigio Antonio Fernández. Recuerda uno de los testimonios: “Era un compañero mío, muy flaquito, muy quedado diría yo. No se la supo rebuscar también, falleció en la trinchera, arrolladito”.

Muchas de las historias reunidas en el libro fueron relatadas por primera vez después de 25 años. “Hubo tres formas de presión sobre los ex combatientes: la imposición de silencio de los jefes militares, que los amenazaron para que no hablaran al volver de Malvinas, la campaña de desmalvinización posterior y el olvido que se impuso en los ’90”. Una de las consecuencias del silencio ha sido el alto número de suicidios de ex combatientes, más de cuatrocientos, un número que supera al de los caídos durante la guerra. Pero además de las políticas impulsadas desde el Estado, el tema de los soldados de Malvinas siempre ha provocado frialdad social. Vassel asiente: “Para mí, tiene que ver con que Malvinas expresa las contradicciones de los argentinos: el haber salido a la Plaza de Mayo a apoyar a Galtieri, y luego el hecho de que mucha gente asocia el tema a una reivindicación de la dictadura. Esto deja a los soldados en una situación difícil, porque para los militares, ellos son civiles, pero para los civiles son militares”.

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